Bienvenida

Hola, amig@.
Este es un blog dedicado a los caminos del ser humano hacia Dios. Soy cristiano, pero no pretendo dar una visión exclusivamente cristiana de estos temas.
Tampoco, y esto es muy importante, deseo que nadie tome lo que escribo como temas doctrinales. No imparto cátedra, líbreme Dios de algo que sólo está adjudicado a los sabios doctores con autoridad para impartir doctrina.
Lo mío es mi experiencia de vida y pensamiento, y lógicamente, puedo estar equivocado.
Dicho esto, y sin intención de cambiarle los esquemas a nadie, la pregunta que debes hacerte si quieres encontrar algo interesante en este blog es la siguiente:
"Si tengo y siento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
"Si no tengo o no experimento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
Si esta declaración va contigo, entonces, bienvenido seas.
Si no te dice nada, échale no obstante un vistazo; mal no creo que te haga, aunque sí puede que te haga rascarte la cabeza y plantearte cuestiones acaso "religiosamente incorrectas". Sobre todo ve a la entrada 19.- sitúate en el umbral
En cualquier caso, que la Paz esté contigo.
El título de blog "Todos los santos de Dios", afirma un convencimiento personal de que "todos los santos de Dios son todas aquellas personas de buena voluntad y sincero corazón, para los que Dios tiene sentido en su vida, aunque sean pecadores, aunque caigan una y otra vez, aunque incluso sean "ovejas perdidas de Dios", pero sienten algo dentro de sí que no saben lo que es, pero buscan el Camino de Regreso a Casa, con independencia de raza, nación y religión que pudieran profesar. Incluso aunque digan no creer. Si aman, y creen en la verdad, con todos sus defectos, forman la gran comunidad de Todos los Santos de Dios. Una Comunidad para los que Jesús de Nazareth vivió, murió y resucitó, aunque ni lo sepan, e incluso, ni lo crean.
Ya empezamos mal, desde el punto de vista doctrinal católico, pero no creo que esto a Dios le importe demasiado.

Si es la primera vez que entras, abre primero de todo la página "¿Quienes somos?, creo que te sorprenderás.
Luego consulta la página "Presentación del blog"
Y para navegar por las entradas de la página principal, vete mejos a la página "Índice", porque así encontrarás las entradas por orden de incorporación al blog.

Si, por otro lado, te interesa el pensamiento sistémico, te invito a que pases también a ver mi nuevo blog "HORIZONTE TEMPORAL", una visión sistémica del mundo para imaginar algo más allá de lo que pueden percibir nuestros sentidos.
Va de temas de aquí abajo, y de cómo plantearnos una forma holística de comprender los problemas que nos abruman en este mundo.

Correspondencia: alfonsoypaloma@gmail.com

martes, 31 de diciembre de 2013

186.- Nosotros también nos apuntamos a la movida






“La predicación moral cristiana no es una ética estoica, es más que una ascesis, no es una mera filosofía práctica ni un catálogo de pecados y errores.

Todas las virtudes están al servi­cio de esta respuesta de amor. Si esa invitación no brilla con fuerza y atractivo, el edificio moral de la Iglesia corre el riesgo de convertirse en un castillo de naipes, y allí está nuestro peor peligro.”

Papa Francisco.

Exhortación apostólica “Evangelii gaudium”



Me está empezando a caer bien Jorge Mario Bergoglio. A las 11:30 del 26 de noviembre, se presentaba la primera exhortación apostólica del Papa Francisco.

Por lo que he podido leer, es una loa a vivir el Evangelio con la alegría de saber que estamos salvados, y que nuestra misión fundamental en este mundo es “no hacer daño” y “hacer el bien”. Esto es, vivir el Amor, la Caridad.

Y ya está. Lo demás es valor añadido.

Pero hay algo muy importante que aparece por primera vez de forma explícita, para que la gente lo entienda, tras dos mil años de doctrina católica; que la moral, stricto sensu, es un conjunto de virtudes que fuera del contexto del amor corre el riesgo de convertirse en un castillo de naipes. Yo diría en román paladino, una gazmoña gilipollez.

Se nos ha obsesionado de tal manera con esa moral estoica que ve en todo motivo de pecado, hasta en lo que son comportamientos naturales por el simple hecho de ser seres humanos que sentimos y que hemos de vivir con nuestras virtudes y con nuestras debilidades, que ha terminado ser para nosotros más incriminatorio un pensamiento impuro que desviar caudales públicos a nuestros bolsillos (por ejemplo), o dejar a un amigo en la estacada cuando nos necesitaba.

Nuestra fe no se basa en un catálogo de pecados y errores a evitar, aunque es lo que se nos ha trasmitido, sino “amar a los demás como Él nos ha amado”, que es lo que Francisco trata de decirnos por primera vez en la Historia después de Jesús de Nazaret de forma que todos lo entendamos.

Por eso le río la gracia de haber escrito esta su primera Exhortación apostólica, porque es lo que le va a hacer completamente diferente al resto de Papas que le han precedido. Porque empieza a decir cosas que tienen sentido para el común de las gentes, sean o no católicas.

Con el Evangelio y esta Exhortación apostólica, los humanos podemos tener una hoja de ruta para aprender a ser eso, seres humanos, y no meros cumplidores de una doctrina religiosa.

Yo, que soy bastante cortito de entendederas la he comprendido…, lo que ya puedo decir que es un triunfo; porque ha quitado, aunque no totalmente (le queda todavía camino por recorrer para liberar al discurso de la Iglesia de la esclavitud de sus propias palabras), esa terminología dialécticamente y hermenéuticamente ramplona al uso de los anteriores papas y obispos que hablan y escriben para sí mismos.

Esta encíclica me libera de mis terrores, y me pone el foco en proyectar mi amor a los demás y no a mis grandísimas culpas por el simple hecho de ser de carne y hueso y de vez en cuando experimentar subidones de serotonina y testosterona.

Por fin puedo “ser yo”, para así liberarme de mí mismo, aceptándome tal y como Dios y la Naturaleza me han creado, con mis virtudes y con mis naturales defectos y debilidades, que no son necesariamente fuente de inconfesables pecados.

A buen entendedor, creo que esto queda claro.

“Te basta mi gracia porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad.” (2 Co 12,9)

Creo que esta cita de Corintios, inserta en el texto del Papa (Epígrafe 85), dice claramente que hasta nuestros defectos son virtudes, si suponen la base de la necesaria humildad que necesitamos para aceptar que nada podemos si él no está presente en nuestra vida.

Yo creo que la lectura de esta Exhortación apostólica es autocontenida en todo sus aspectos; y más que un comentario sobre algunos de sus extremos, es preferible saborear el texto del Papa, porque me da la sensación de que “va sobrado”.

Y algo muy importante. Pone el dedo en la llaga en la génesis de todas las crisis de la Humanidad, el egoísmo, la egolatría, la prevalencia de mis intereses frente a las necesidades de los pobres, siendo evangélicamente pobre “todo aquel que necesita de mi amor

Por eso si algo nos falta para alcanzar el Reino de los Cielos es “venderlo todo y dárselo a los pobres”.

Porque nada en este mundo, en esta vida es nuestro ni de nuestra propiedad. Ni nos lo hemos ganado, ni nos lo merecemos.

La clave de “aprender a ser” es “aprender a vivir”.

Y la base de aprender a vivir es tomar conciencia de que el personajillo que veo en el espejo es una fábrica de mis pensamientos, básicamente una egoísta quimera que pretendió un día valerse por sí misma, ser dueña de su propio destino, ser como dios, el rey del mambo, pretendiendo pasar como una apisonadora por encima de las cabezas de los demás.

Para eso sirven los defectos, no para vivir con un permanente complejo de culpa que aliviamos  periódicamente echando nuestro cubo de basura en el confesionario (bueno, aquellos que todavía lo hagan, que ya son pocos), para volverlo a llenar de nuevo, sino para tomar conciencia de nuestra pequeñez, para limpiar nuestro templo vacío de nosotros mismos y dejar a Dios el lugar que le corresponde en nuestra alma.

Sólo así, el Evangelio puede ser para nosotros motivo de alegría.

No obstante...
Pero siempre hay un no obstante. De la lectura de esta exhortación, que me parece más dirigida a los predicadores sacerdotales que al común de los creyentes (pero esta es una apreciación demasiado personal), Francisco hace un repaso de todos los problemas que tiene la Iglesia (sus cizañas internas), y de los problemas que tiene el mundo, pobreza, desigualdad, guerras, explotación social y económica, diálogo interreligioso, relación ciencia-fe, ante lo que los católicos no podemos permanecer impasibles. Francisco hace una decidida llamada a la acción, tanto para depurar y limpiar las cloacas del Vaticano de la podredumbre que le infecta, curia incluida (razón por la que creo que su vida está seriamente amenazada, ver entrada 184), pero también a la acción contra un mundo injusto, donde los pobres han de ser una decidida opción evangelizadora.

Y etc, etc.

¿Qué quiero decir con etc., etc.? Que la exhortación, con ser bastante cañera, bastante rompedora, es la única que podía escribir este nuevo Papa, a riesgo de permanecer en el rancio discurso de toda la vida del Vaticano, razón por la que los templos se han quedado vacíos. Es un poco aquello de que “nosotros también nos apuntamos a la movida”, una movida en pos de la justicia que no ha sido promovida de facto, aunque sí de iure, por la Iglesia y su doctrina social, sino tradicionalmente por los sectores más de izquierdas y antisistema.

La Iglesia católica ha estado siempre socialmente muy apegada a los sectores más conservadores de la sociedad, a la derecha (por no decir “derechona”), a los ricos y potentados y ppijos, para los que los pobres son una excelente oportunidad de, al echarles una limosnita, acallar sus conciencias y de paso desgravar a Hacienda.

Quiero decir con esto que, a Francisco no le ha quedado otra que escribir lo que ha escrito, a riesgo de perder toda la credibilidad. No tiene margen de maniobra, a riesgo de reconocer “que el último apague la luz”. La Iglesia huele a rancia, y no le queda otra que abrir de par en par sus ventanas, sin demasiadas exigencias ante una Sociedad que ha comenzado a tomar su propio camino.

Los nuevos Areópagos

El epígrafe 257 hace referencia a los nuevos Areópagos…

Los percibimos como preciosos aliados en el empeño por la defensa de la dignidad humana, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia de lo creado.
Es un detalle por su parte.

Es un no dejar al margen a un sector inmenso de la Sociedad que empieza a tener claro el devenir de la Historia.

Yo, la verdad sea dicha, me siento más cercano a los areopagitas que a los católicos, siendo como soy católico de fábrica. Creo que tachar a los nuevos areopagitas de “no creyentes”, es un insulto a la inteligencia y a la caridad.

En mi experiencia personal, después de vivir cincuenta años la espiritualidad de la mística cristiana y de vivir comprometido con movimientos católicos en muchos aspectos, creo que los cristianos (los católicos mejor dicho), seguimos manteniendo el mensaje de Jesús envasado al vacío. Pero este mensaje está rezumando por los poros de la vasija en la que permanece enclaustrado, y no puede permanecer por más tiempo bajo la custodia de una religión extremadamente institucionalizada.

La exhortación del Papa Francisco, me da la impresión de que trata de llevar a cabo una limpieza a fondo de esa estructura, una estructura que debe permanecer hasta el día del Juicio final.

Los movimientos espirituales que están brotando en la actualidad desde los cuatro puntos cardinales, los que conforman la Comunidad de Todos los Santos de Dios, (católicos marchosos incluidos) están tratando de romper las cadenas religiosas de un mensaje que sólo puede ser Universal, y que sólo puede ser Patrimonio de la Humanidad, y no exclusiva de una organización religiosa.

Las religiones han cumplido excelentemente su misión de portadoras de ese mensaje, pero en la actualidad se enfrentan a un reto jamás imaginado, la de una Humanidad que empieza a despertar del secular letargo en el que ha vivido hasta ahora. Una Humanidad que pide a gritos el tránsito a una nueva era. Los movimientos New Age, son un conjunto de iniciativas, que distan mucho aún de ser una tendencia sólida y unificada en torno a lo que se podría llamar “Segunda Venida”, pero ahí están, con sus luces y sus todavía muchas sombras. Han de madurar y converger muchísimo en torno a las bases de la Filosofía perenne, antes de ser una opción. Pero para la Iglesia todas estas iniciativas son desviaciones, aberraciones, herejías, amenazas y peligros para los creyentes.

Sin embargo, creo que esta posición ante estos movimientos nuevos no son sino una actitud defensiva frente a una megatendencia planetaria que terminará inundando el Planeta como un tsunami.

Hoy finaliza 2013. Mañana comienza 2014.

El proceso de transformación continua en marcha. Una nueva humanidad que está renaciendo ante una envejecida humanidad manipulada por la Gran Meretriz y sus hijos, los hijos de la Gran Puta (banqueros, políticos, magnates de la corporatocracia, etc).

No sé si los católicos nos estamos dando cuenta de esto, y eso que la carta de Francisco nos incita a apuntarnos a la movida.

Feliz año nuevo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

185.- Solsticio de invierno



Solsticio de invierno en Stonehenge, Gran Bretaña

En todas las culturas, más o menos, el Solsticio de invierno es un acontecimiento muy especial, en la medida en el que el Sol supone el poder cósmico supremo, la fuerza vital que permite la vida.
Tal es su poder que algunas religiones lo equiparan con el Padre Universal.
Sobre esta base, el ciclo circadiano del día y la noche reproduce el ciclo vital del nacimiento (en el amanecer), la vida durante el día, la muerte en el anochecer al ponerse el Sol, y la noche como símbolo del más allá,
Según esto, el año como tal también marca este ciclo, nacimiento en el solsticio de invierno, el crecimiento durante el invierno, el esplendor de la vida en primavera y verano, el envejecimiento en otoño y la muerte en el solsticio de invierno de nuevo, para de nuevo volver a renacer.
El invierno, que sobreviene tras el solsticio es una época muy dura por lo extremo del clima, donde la tierra parece que está muerta, pero las semillas ya están plantadas. Es como un embarazo doloroso, en el que la vida, oculta debajo de la nieve, empieza a germinar, para eclosionar con dolores de parto en la primavera.
El ciclo vital es el mismo siempre, en todas las culturas, y hoy, es un día que marca el comienzo de todo… otra vez.
Que los acontecimientos de Belén de Judá no sucedieron un 24 de Diciembre, es un hecho prácticamente comprobado; es más si la hipótesis de Kepler respecto de la estrella de Belén es correcta como la conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, lo más probable es que Jesús naciera en algún momento del mes de octubre del año 7 antes de Cristo. Pero dejando el pragmatismo científico a un lado, y comprendiendo por qué la tradición cristiana fija  la Navidad donde desde el punto de vista religioso es más significativo, la fecha del 20 al 24 de Diciembre es totalmente lógica, primero para aprovechar las tradiciones religiosas previas en los pueblos a cristianizar, que veían al Sol como ser supremo (cambiar el Sol por Jesús), y segundo porque el significado del hecho astronómico del solsticio tiene mucho más valor religioso que cualquier día de un mes de octubre, y todos sabemos que las tradiciones religiosas en lo que hechos históricos reflejan, no tienen el valor histórico que se le quiere dar, sino un valor simbólico.
Y esto es lo que simboliza la Navidad, el renacimiento de la Vida, la Nueva Vida, una Nueva Edad para el ser humano.
Así que si diariamente durante el día nuestro yo pequeño (Pocoyó), hace y deshace, y se cree el rey del mambo, al dormir se produce cada día nuestra pequeña muerte, en la que nuestro Pocoyó descansa, deja de estorbar, y en nuestro sueño profundo, permite que nuestro Ser se haga uno con el Todo. En el sueño profundo permanecemos unidos a Dios durante unos minutos.
Luego por la mañana, el correspondiente chute de cortisol, espabila a nuestro pequeño yo dormido y lo activa para que vuelva a enredar dedicándose a sus asuntos, como es el comer, el trabajar, y ver el partido de liga o champions que corresponda.
Pero voy a fijarme por un momento en lo que sucede durante la noche. La noche diaria es como el invierno de la vida. Todo cesa, todo es oscuridad, todo parece como muerto. Nuestra consciencia está apagada, y sin embargo lo que en realidad sucede es que en nuestra más  profunda intimidad, nuestra auténtica identidad está tranquilamente unida a la Divina Realidad. Se repite algo así, cada noche, como el proceso de crisálida del gusano de seda.
Este proceso, que visto desde la fisiología está lleno de complejidad neuro eléctrica, desde lo sutil está lleno de poesía, de encuentro íntimo con la Consciencia. En ambos casos al sueño se le atribuye un proceso de descanso.
Pero hasta la palabra descanso tiene un significado físico de recuperar fuerzas debido al trajín de la vida diaria.
Sin embargo, en el ámbito de la vida sutil, es más adecuado denominar al descanso físico, como el reposo del alma, la quietud, el abandono del alma entre las azucenas de Dios.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.  
(Última estrofa de la Noche Oscura de San Juan de la Cruz)
Cuando amanece cada día, además de haberse producido un descanso físico, deberíamos de tomar conciencia de que lo auténticamente importante  que ha sucedido ha sido el reposo del alma, el abandono entre los brazos del amado. El único problema es que Pocoyó, nuestro yo pequeño (lo que creemos ser), va a su puta bola y no se da cuenta de este proceso. Para él lo único que importa es el descanso físico para poder, al día siguiente, seguir trajinando en “lo suyo”.
Trasladando esto al ciclo anual, el solsticio de invierno es el paso de la vigilia al sueño, y el invierno es lo que sucede durante la noche del alma. En realidad es de nuevo, el nacimiento del Sol tras haber caído a lo más profundo de nuestras envejecidas simas.
La tradición cristiana representa todo esto en la evocación anual de los acontecimientos de Belén de Judá.
Pero todo esto ha caído en el olvido gracias al gordo de la Coca Cola, que vestido de rojo convierte estas fechas en una mera campaña comercial, gracias a la cual, y dicho sea de paso, muchos pequeños y medianos comercios logran evitar la quiebra de sus negocios.
Así que lo del espíritu santaclausiano de navidad, no es tampoco tan malo.
Todo en sus justos términos.
Pero como lo que pretendo es una reflexión del sentido de la Navidad, más allá de la preceptiva felicitación, os motivo a que en estas fechas meditemos sobre hasta qué punto somos conscientes de que lo realmente importante es tomar conciencia de lo que todos los días se produce en nuestras vidas, cuando nos acostamos y nos rendimos al repodo nocturno, es un intento de dejar que la Luz que nace y viene de lo Alto, se derrame en nuestras vidas.
Esto es lo que la tradición cristiana fija como los hechos acontecidos en Belén de Judá, pero que en realidad Dios intenta que se realice todos los días, y que nosotros, no sólo los cristianos sino todos los santos de Dios, conmemoramos todos los años, con permito del gordito simpático y sus sponsors.
Feliz Navidad, feliz solsticio de invierno, y feliz nueva invitación a vivir un año más.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

184.- Como ovejas en medio de lobos





La foto está dando la vuelta al mundo: un niño sentado en la sede del Papa. Por unos segundos, la sede de Pedro estuvo ocupada por uno de los que Jesús decía que "de ellos es el Reino de los cielos". Una foto hermosa y llena de simbolismo. Una foto que habla a las claras de la nueva primavera eclesial de la mano del Papa Francisco. Un niño convertido, por unos instantes y de forma simbólica, en el otro Vicario de Cristo o, mejor dicho, en el vicario de los pobres, como llaman al Papa los Santos Padres.

Esta es una noticia que como tantas otras, está convirtiendo al Papa Francisco en un serio motivo de esperanza para una inmensa mayoría de católicos y también de no católicos, pero también está siendo motivo de escándalo y de preocupación para una cúpula del sumos sacerdotes del Vaticano, enrocada en posturas “tradicionales”, integristas, ultra ortodoxas,  fundamentalistas, y dispuesta a impedir que el “imperio vaticano” se vea amenazado  por un excéntrico personaje que está, según ellos poniendo en peligro la esencia de la tradición católica.
El Papa Francisco parece ser que se encuentra seriamente amenazado por los sumos sacerdotes vaticanos, por la guardia pretoriana del Opus Dei y demás fundamentalistas, que no me extrañaría estuvieran dispuestos a eliminarle como hicieron ya hace mas de treinta años con el Papa Juan Pablo I.
Os muestro esta reseña que me ha venido donde se indica las amenazas que pesan sobre el actual Papa.
Está en internet, en muchas páginas web. Una de ellas es esta:
¡Qué pronto han salido a la luz las maniobras de seres oscuros con intereses que no tienen nada que ver con la fe en Cristo!
Pronto se reunirán los sumos sacerdotes vaticanos para dictar sentencia contra Francisco, como otros sumos sacerdotes hicieron hace veinte siglos.
La Historia se repite una y otra vez.
No me gusta ser difusor de falsos rumores, pero este impresiona de ser cierto, tratándose de los que pueden estar detrás de la noticia, los mismos de la misma calaña que acabaron en un mes con Juan Pablo I.
Leed y juzgad por vosotros mismos...

INICIAN ATAQUES Y DURAS CRÍTICAS CONTRA EL PAPA FRANCISCO

Rebotes que circulan entre la comunidad de inteligencia en Roma, indican que sectores radicales conservadores de la Iglesia Católica Romana han iniciado duras críticas y feroces ataques contra el Papa Francisco, a través de medios de comunicación, sitios webs y redes sociales por su actitud reformista.
Entre los argumentos que como ejemplo esgrimen los radicales conservadores Católicos están:

1. El Papa Francisco rompió con la tradición y violó el rito vaticano al realizar el lavado de pies del jueves santo fuera de los muros vaticanos, en la prisión de menores "Casal del mármol" en Roma, incluyendo a 2 musulmanes y 2 mujeres no católicos. 
Este es un hecho inédito en la historia y tradición de los rígidos rituales de la Iglesia Romana. 
El ritualismo vaticano de la Iglesia Romana siempre por siglos desde su fundación, había marginado y no tomado en cuenta a la mujer en estos rituales. 
Los conservadores miraban con horror el "sacrilegio" del sonriente Papa Francisco, a quien llaman burlonamente "Papa Piacione", expresión despectiva que alude a alguien que sonríe siempre y se lleva bien con todo el mundo.

2. La negativa del Papa Francisco de residir en el apartamento papal en el palacio vaticano, decidiendo por su seguridad personalresidir en la residencia Santa Marta, el hotel cuatro estrellas del Vaticano donde hay muchas personas, y evadir así el aislamiento que rodea al Papa al residir en el Palacio Vaticano. 
El PapaFrancisco quiere estar pendiente de lo que ocurre a su alrededor y fuera de los muros vaticanos. En el apartamento papal estaría compartimentado y vigilado, de cierta forma, controlado y mediatizado, y lo más esencial, desinformado y a merced de las "hienas vaticanas" que ya planean sacarlo del medio.

3. En el encuentro almuerzo con Benedicto XVI en Castel Gandolfo, este le confió al Papa Francisco que una de las causas que influyeron en su renuncia eran las amenazas que recibió y por temor a ser envenenado, pues ya se había tomado la decisión de matarlo, por lo que Benedicto XVI en una jugada para neutralizar ese atentado contra su vida, hace pública su renuncia con lo cual desarmó el intento de matarlo.

4. El alto poder enquistado en la cúpula vaticana está totalmente opuesto a los planes del Papa Francisco de reformar, eliminar, modificar la pompa, el ritualismo y el lujo y ostentación de la Iglesia Católica Romana. (Francisco tiene un deseo y pensamiento secreto y es el de permitir que la mujer pueda acceder al sacerdocio católico, lo cual tendría un efecto tipo terremoto a lo interno de los ensotanados).

5. La Curia Romana y los grupos de poder rechazan que el Papa Francisco haya hecho un llamado público a la Iglesia Católica a estrechar el diálogo y las relaciones con el Islam. Lo acusan de ser un relativista teológico.

6. El Papa Francisco marginó a los más altos cargos vaticanos en el acto y ceremonia de lavado de pies el Jueves Santo.

7. Acusan al Papa Francisco de hacer caso omiso a las reglas y normas de la Iglesia Católica Romana, ya que como Papa está actuando sin consultar ni pedir permiso a nadie para hacer excepciones sobre la forma en que las reglas eclesiásticas se relacionan con él.

8. La organización "Opus Dei" <obra de Dios> ha prohibido (censurado) a todas sus librerías "Troa" la venta del primer libro acerca del nuevo Papa Francisco.

9. La Fiscalía romana anticorrupción hizo importante decomiso de cientos de cajas de documentos que comprometen y vinculan a las finanzas vaticanas y a importantes personajes con la "mafia" italiana y gigantescas operaciones de blanqueo de capitales y desvío de fondos vaticanos en un complicado mecanismo para desaparecer dineros. 
Este escándalo será el "Sansón" que derribará las columnas que sostienen la capilla sixtina y todos los edificios de la ostentosa y lujosa estructura vaticana.

10. Tanto el "Opus Dei", la "Masonería Iluminatti", importantes e influyentes sectores bancarios, económicos, sectores mafiosos italianos, los propios Cardenales que forman la "mafia y el poder vaticano" se sienten en inminente peligro por el decomiso de estas cajas de documentos supremamente comprometedores por parte de la Fiscalía romana anticorrupción, y por parte del Papa Francisco que tiene toda la intención de sanear y poner controles a las finanzas vaticanas y a todos los negocios e inversiones de este multimillonario Estado religioso.

11. Otra de las situaciones que tienen sumamente enojados y furiosos a estos grupos que siempre fueron el poder tras el poder, es que el Papa Francisco no está de acuerdo en que delincuentes con sotana vivan en terreno vaticano, refugiados, escondidos, evadidos de enfrentar la ley. 
Por lo pronto ha girado instrucciones para que todo aquel con cuentas pendientes con procesos o acusaciones penales, salgan de suelo Vaticano, ya que en su pontificado el vaticano no será santuario de infractores de la ley... 

¡Se imaginan lo que viene ....! 
¡Dios le proteja a él y a nosotros de los lobos oultos con disfraces de cardenales y arzobispos de aspecto amable, que en gran número, ya empiezan a rodearlo para cazarlo!

sábado, 16 de noviembre de 2013

183.- Como los lirios del campo




Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Mt 6, 28.

Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden todas estas cosas, sabed que el Reino de Dios está cerca. Lc 21, 29-31

Jesús no creo que eligiese los lirios por su belleza, exclusivamente, aunque de ellos dijo que ni Salomón con todo su poder y riqueza se vistió con tanta majestad. Hay flores igualmente bellas, o incluso más.
Pero los lirios tienen una peculiaridad sobre las demás; que viven en las ciénagas, en los pantanos, en aguas salobres. Son ambientes por lo demás poco agradables para la vista, para los sentidos, e incómodos para estar. Y sin embargo, allí viven, poniendo el contrapunto a la fealdad, incluso al hedor en ocasiones.
Jesús, en su permanente filosofía de la contradicción, predica el saber vivir a medio camino entre la pena y la dulzura, entre la tristeza y la alegría, entre la paz y la violencia.
Jesús nos anima incluso a alegrarnos de que sucedan “todas estas cosas”, “cuando veáis que sucede esto”, como indica en la parábola de la higuera.
Sabed que el Reino de Dios está cerca.
Sabed que está cerca cuando Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo” (Lc 21, 11).
Estos pasajes, que son los del anuncio del fin del mundo, solemos interpretarlos en plan apocalíptico, y realmente tiene sentido. Pero más allá de su vector histórico, más allá de que estas cosas (que por ejemplo acabamos de ver en televisión con el huracán Haiyan, o el tsunami de Fukushima, etc), pocas veces las meditamos en clave personal, lo que nos lleva a no entender por qué suceden “estas cosas” en nuestra vida.
Como somos adoradores de Chronos, sujetos al tiempo, asumimos que “todas estas cosas” son el anuncio, con trompetería querubínica incluida, del fin histórico del Planeta Tierra (el tercero del Sistema Solar), que tras un estallido del Sol, o la caída de un descomunal asteroide, nos mandará a todos a freír espárragos, acontecerá (en una fecha histórica), el Gran Juicio Final, y se acabó el gran teatro del mundo, con unos al cielo y otros al infierno.
Qué necios y torpes somos.
¿Cuántas veces no han acontecido y acontecen “todas esas cosas”?
Pero si todo esto está sucediendo desde que el mundo es mundo. Si desde la extinción de los dinosaurios, por poner una fecha muy, muy lejana para los seres humanos, vienen sucediendo grandes desastres, estallidos del Sol, y caída de cometas y asteroides.
Mas allá de que al Planeta, y con el a nosotros como especie, nos llegue la hora, para ti y para mi, “todas estas cosas” están sucediendo, aquí y ahora.
Si lo que nos está tratando de decir Jesús es que el Reino de Dios está tan cerca que en realidad está aquí y ahora. Y que además no pasará esta generación (nuestra generación) sin que todo esto se cumpla.
No es un anuncio del fin del mundo planetario, sino el anuncio del fin de la tristeza, de la oscuridad, del desánimo, de la angustia porque sucedan todas estas cosas. Es el anuncio del la llegada del Reino a nuestros corazones, del nacimiento de los lirios entre la ciénaga, entre la podredumbre, entre la pena y la tristeza de un mundo sin esperanza, un mundo que vive en la oscuridad.
Y todo esto sucede aquí y ahora, entre las guerras, la amenaza terrorista, las crisis económicas, la multitud que vive en el umbral de la pobreza, con los ricos llenándose los bolsillos y los de clase media sin poder llegar a fin de mes. Los dictadores mandando al holocausto a los inocentes y los humildes sufriendo la devastación de las desatadas fuerzas de la Naturaleza, furiosa por el destrozo climático causado por nosotros los humanos.
Y etc., etc.
Vivimos el tránsito entre la tristeza y la alegría. Y en ese tránsito los acontecimientos nos inducen al desánimo. Pero Dios nos ofrece la alegría.
A dónde te escondiste
Amado y me dejaste con gemido
Como el ciervo huiste
Habiéndome herido
Salí tras ti clamando y eras ido.

Este gemido de dolor profundo no lo experimentan sólo los místicos de vida contemplativa, aunque sea la primera estrofa del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz. Este gemido de dolor profundo lo experimentamos todos sin excepción al ver cómo suceden “todas estas cosas” que refiere Jesús en Lucas 21. Porque “todas estas cosas” son las secuelas que en nuestra vida personal supone haber vivido de espaldas a Dios, pensando que nuestra vida es nuestra, que somos dueños de nuestro destino. Y lo somos, pero si sólo contamos con nuestras capacidades y nuestras fuerzas, el resultado es que Dios se va (aparentemente), y aparentemente nos deja solos, para que caigamos en la cuenta de que sin Él todo es tristeza, conflicto y amargura; para que comprendamos que sin Él no podemos absolutamente nada.
Y además, todos los cabellos de nuestra cabeza están contados.
Dura lección de humildad a la que somos sometidos, hasta comprender que el Reino de Dios está cerca en la medida en que sepamos dejarle que Él nos alimente, como a los pajarillos del bosque, o que nos vista, como a los lirios del campo.
Por eso escogió a los lirios, porque saben desplegar toda la belleza en medio de la tristeza de la ciénaga.
Por eso nos escogió, para que sepamos, para que aceptemos ser lirios, luz del mundo cenagoso.
Y así vivir alegres, no por decreto ley, sino desde la humildad y la aceptación de que la alegría no nace del exterior a nosotros, generándonos ese sentimiento, sino desde nuestro interior, como la belleza y perfume que el lirio derrama en su ambiente degradado.
Y aceptar que mientras estemos en este mundo viviremos en la contradicción entre la pena y la dulzura, entre la tristeza y la alegría, aguardando que “todas estas cosas” sean para nosotros el anuncio de la paz.
Os dejo con la preciosa canción "Alegría" del Circo del Sol en imagenes de Yucatán, con una gente que todos los años sufre el azote de la adversidad de muy diversas formas, y sin embargo saben vivir alegres, derramando su belleza como los lirios del campo.




sábado, 26 de octubre de 2013

182.- Los caprichos de la Divina Providencia



Hemisferios

Para desenvolvernos en este mundo, la Naturaleza nos ha dotado de un cerebro que básicamente funciona bajo dos principios, el racional que reside en el hemisferio izquierdo, y el intuitivo, que reside en el hemisferio derecho. La decusación de los haces cerebroespinales a nivel de las pirámides del bulbo raquídeo hace que cada hemisferio cerebral controle realmente el lado contralateral del cuerpo. El derecho controla el lado izquierdo y viceversa.

Pero más allá de esta explicación de neuroanatomía, el hecho que viene al caso, es que el buen funcionamiento de nuestra mente, de nuestra conciencia se basa en un estado estable entre la actividad de cada hemisferio, de modo que empleemos lo racional para lo que debe emplearse, con la lógica como bandera, y lo intuitivo y afectivo para desarrollar lo que podríamos calificar, al hilo de Daniel Goleman, nuestra “inteligencia emocional”. Bien es cierto que nuestra condición sexuada, masculina (hemisferio izquierdo predominante) o femenina (al revés, aunque no necesariamente), nos hace escorarnos hacia el predominio de un hemisferio o de otro.

Pero esta es nuestra naturaleza, y con estas dotes se nos ha colocado aquí. Y con estas capacidades es con las que juzgamos e interpretamos la vida y sus acontecimientos.

Si el hemisferio izquierdo controlara toda nuestra vida, sería como el predominio absoluto del negro sobre el blanco; pero si predominase el hemisferio derecho totalmente, sería como el predominio del blanco sobre el negro. Como realmente ambos intervienen y se mezclan en una permanente lucha de fuerzas antagónicas, o de pacífica convivencia complementaria, según lo queramos ver, la vida al final no nos parece ni blanca ni negra, sino compuesta de infinitas tonalidades de grises.

Pero en el detalle microscópico la realidad sí es binaria, sí es blanca y sí es negra, es una trama pixelada de puntos blancos puros y negros puros, mezclados como un tablero de ajedrez, que visto desde una suficiente distancia y en perspectiva, sí impresiona de ser gris.

Esta visión de la vida es la que siempre ha tratado de expresar la Filosofía oriental con el Yin y el Yang, con ese círculo donde la mitad es blanca y la otra mitad es negra, pero no absolutamente blanca la primera o absolutamente negra la segunda, sino que ambos tienen un punto opuesto, negro sobre blanco y blanco sobre negro, para indicar que nada hay absoluto, que en esta vida, ni la luz es perfecta, siempre hay un punto de duda, de incertidumbre, ni la oscuridad es total, pues siempre queda un punto de esperanza.



Es la convivencia del Sol y de la Luna, cada uno iluminando, bien el día, aunque nublado o bien la noche.

Es la convivencia de los amantes, opuestos entre sí, pero necesitados el uno del otro desesperadamente.

En la mística, uno de los estados, por no decir, el estado que más se valora es el de la quietud, el sosiego, el éxtasis; en general todo aquello que significa equilibrio, sin movimiento, perfección.

Ley de fuerzas antagónicas
Peso sabemos que existen dos formas de que un objeto permanezca quieto, parado. La primera es sin que ninguna fuerza actúe sobre el. A este estado se le denomina “equilibrio” o muerto. Pero también el objeto puede permaneces quieto, sin moverse, si las fuerzas que actúan sobre él se neutralizan entre sí, de modo que el vector resultante es cero. A este estado se le denomina “estabilidad”, estado estable, “steady state” en Inglés. En realidad, tal y como está concebido el Universo, nada hay quieto, en equilibrio, sino que todo lo que permanece en apariencia quieto, realmente está en estado estable. Y así ha de ser, porque este estado es al que aspira la vida como tal, a la estabilidad, dentro de un moderado grado de fluctuación periódica. Nada permanece sin presentar ningún grado de variabilidad.

Esta es la ley de las fuerzas antagónicas o tercera ley de Newton, que hace posible la existencia del Universo y de la Vida.

Esta reflexión inicial viene al caso de que, al tener los seres humanos nuestros muebles intelectuales colocados de esta forma, nuestros modelos de realidad se construyen con estas herramientas intelectuales, donde algo que resulta completamente rechazable es la contradicción. Por eso afirmo que las cosas, en el detalle son o blancas o negras, pero no pueden ser grises, aunque en perspectiva así lo parezcan. Un pájaro o está vivo o está muerto. Puede estar enfermo, pero sigue vivo, aún estándolo. O se es hombre o se es mujer, los intermedios son fruto de la sociología. O respiras o no respiras. Una máquina o funciona (aunque pueda tener fallos) o no funciona, pero no puede funcionar y no funcionar a la vez. En un camino, o vas o vuelves, aunque luego te encuentres cruce de caminos. Una línea o es recta o no lo es, pero no puede ser recta y no recta a la vez; un renglón de escritura o es recto o es torcido, pero no existen los renglones a la vez rectos y torcidos. Y así todos los ejemplos que nos podamos imaginar.

Sólo la visión en perspectiva desdibuja la dicotomía hasta convertirla en un comportamiento estocástico, para entrar en los escenarios de las gradaciones, de las probabilidades, de las variables cualitativas y cuantitativas del “nada, poco, regular, mucho y muchísimo”, que es donde nos vemos obligados a desenvolvernos. Por eso el hombre inventó los números, para cuantificar los gradientes y abandonar la subjetividad estimativa, sobre todo tratándose de dinero y de bienes materiales, “cuanto me debes y cuánto te debo”.

Y luego están los caprichos de la Naturaleza, los caprichos de la Creación, donde en muchas ocasiones, nada es lo que parece, donde una mariposa puede hacer que lleva al otro lado del mundo, con lo que entramos en el mundo de lo caótico, de lo impredecible.

La respuesta con la que el ser humano reacciona ante estos escenarios es el desasosiego, la incertidumbre, la ansiedad de no tener certeza ante las cosas, de no poder conocer la verdad, o la Verdad, ni de lo que sucedió, ni de lo que sucede, ni de lo que sucederá. Para minimizar esta ansiedad, desarrollamos los técnicos, herramientas científicas que nos permitan analizar lo sucedido mediante métodos analíticos y estadísticos; desarrollamos sistemas de recogidas de información cada vez más complejos y sofisticados, y técnicas de investigación operativa y de prospectiva para intentar conocer qué sucederá.

Pero todo esto es una batalla perdida. La Realidad ha ido, va e irá siempre muy por delante de nosotros y de nuestra capacidad de conocerla y sobre todo, de dominarla, a pesar de que pensemos que disponemos de un arsenal metodológico altamente avanzado.

El resultado, desde lo más profundo de nuestro interior es que nos quedamos ante la frustración de seguir inmerso en esa impenetrable “nube del desconocimiento”, con desagradable regusto de amargura.

Codificar la vida
Por eso, en la medida de lo posible tratamos de “normalizar” nuestras actividades, y de “modelizar” la realidad, al menos la que nos afecta directamente, mediante modelos, esquemas mentales que nos permita comprender, o al menos establecer un sistema de coordenadas para saber dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Nos marcamos objetivos y hojas de rutas con fases, etapas e hitos para lograr las metas deseadas en nuestra vida. Y un sistema de mando y control, para ser conscientes de dónde estamos en cada momento; pues no hay nada más desagradable en un viaje, una navegación o un vuelo, que no tener ni idea de dónde nos encontramos o en qué dirección vamos.

Y eso lo aplicamos a todas las facetas de nuestra vida. Y una de ellas, curiosamente donde más inútil resulta este intento, es en nuestro trato con la Divina Providencia. Todas las culturas, desde tiempos inmemoriales, han desarrollado los cuerpos doctrinales, rituales y de comportamiento para más o menos, lograr “entender”, de que va eso de la divinidad, y para mantenerla razonablemente apaciguada con ceremoniales y sacrificios, y con normas de buena convivencia, no sea que tras la muerte nos encontremos con un severo juez que nos vaya a joder vivos.

Sin embargo, ni las doctrinas, ni los ritos, ni las liturgias, ni las prácticas religiosas, ni el buen comportamiento sirven, cuando la Realidad se nos pone de frente y nos muestra la esencia de la contradicción, la ambigüedad, representada en sucesos fortuitos, unos agradables, y otros muchos, en realidad la mayoría, adversos, desagradables y que nos obligan a tener que luchar denodadamente para mantenernos a flote, cuando lo más querido se nos escapa, cuanto nuestra hacienda se arruina, cuando nuestro amor nos abandona, cuando nada parece tener sentido. Cuando desde nuestra lógica las cosas pierden su evidencia, el sentido, y todo se vuelve errático, sin relación causa efecto alguna.

Y cuando alguien nos dice, sobre todo si lleva sotana, “hijo hay que resignarse a la voluntad de Dios”, como que te dan ganas de mandarle a la mierda.

¿Resignarse o aceptar?

La resignación es una actitud propia de alguien que se da por vencido, derrotado, machacado ante la adversidad, vivida como un desastre, como una maldición.

La aceptación de esa misma adversidad es la actitud de alguien que sabe ver más allá de los acontecimientos, hasta encontrarle el significado profundo de todo lo vivido bajo tales circunstancias.

Pero para la mente hay hechos inaceptables. Y para los que tenemos trato con el Altísimo, solo nos queda, a veces, escupirle a la cara, como hicieron los judíos, recriminándole por permitir las putadas que nos pasan.

Oxímoron

Este palabro griego significa contradicción. Es una figura literaria que trata de que converjan dos atributos antagónicos. El recurso a esta figura retórica es muy frecuente en poesía mística y amorosa, por considerarse que la experiencia de Dios o del amor trasciende todas las antinomias mundanas. Por ejemplo, silencio atronador, vacío lleno, brillante oscuridad, etc.

Si la experiencia en este mundo está también llena de oxímoros, la experiencia de Dios lleva estas contradicciones hasta el paroxismo, de modo que el alma se siente totalmente derrotada ante el intento de comprender, de aceptar, de soportar todo ese cúmulo de contradicciones, de veleidades, de caprichos a los que la Divina Providencia le somete continuamente.

Efectivamente, nuestra vida va en continuos cambios del viento de Dios. Y a veces las cizalladuras en ráfagas, te hacen perder toda la sustentación. De modo que resulta muy difícil acostumbrarse a las "veleidades de la Divina Providencia", pero la verdad es que no te queda otra.

Hasta qué terminas por aceptar que Dios es el perfecto paradigma del oxímoron. De la contradicción.

Dulce pena.

Triste alegría.

Yugo suave.

Carga ligera.

Fe oscura.

Mueres porque no mueres.

Serena tempestad.

Paz y espada.

Adversidad tranquila.

Noche crepuscular.

Brillante quietud.

Y un infinito más de contradicciones, de recta escritura sobre renglones torcidos.

Creo que así es Dios.

Perfecta poesía.

Para el alma humana, sólo hay una escapatoria ante este estado, ante estas vivencias, la poesía.

La poesía es el gemido del alma ante lo que es incapaz de comprender con la lógica. El amor humano está lleno de poesía, porque está lleno de contradicción.

El amor de Dios resulta ser esto, pero en grado sumo. Por eso, el planteamiento cartesiano de una doctrina elaborada como una legislación humana, carece de todo sentido.

La poesía que arranca de lo más profundo del ser te hace gemir envuelto en una extraña paz...

A dónde te escondiste

Amado y me dejaste con gemido

Como el ciervo huiste

Habiéndome herido

Salí tras ti clamando y eras ido.

En mi experiencia personal, al final me he dado cuenta que detrás de la nube del desconocer, que me separa de Dios, y de la nube del olvido, que me separa del mundo, la vida, es decir, Dios, es poesía en estado puro.

Pero esa convicción te impide tener dónde reclinar la cabeza.

Pero sobre todo, te impide hablar de estas cosas con el común de las gentes.

Una barrera de silencio te envuelve y te separa.

Todo esto no es fruto ni del estudio, ni de la lectura. A esta convicción, por cierto bastante dura de aceptar, se llega por la vía de la experiencia; una experiencia que te tira por tierra la base de tu propia inteligencia, la que te permite comprender lo que existe, las cosas, la que te permite aplicar la lógica para entender y conseguir hacerte un modelo aceptable de tu pequeño mundo y vivir tu vida de todos los días.

Pues todo eso, Dios te lo tira por tierra, lo desparrama por el suelo del templo que te forjaste con los años, como desparramó las baratijas de los mercaderes y cambistas del templo. A veces violentamente, y a veces con la amabilidad con la que les sugirió a los vendedores de palomas, que las quitaran de allí.

Pero en cualquier caso, te tira por tierra “todo lo aprendido”. Porque no sirve absolutamente de nada, ya.

A mí me explicaron de pequeño en el colegio, que hay cinco tipos de teologías, la dogmática, la litúrgica, la moral, la ascética y la mística.

Qué lástima!
Al común de los católicos, la Iglesia nos ha conducido en el proceso de catequesis por los caminos de las tres primeras, que se centra en aprenderte y rezar el credo (doctrina), hacer buenas obras (moral) y frecuentar los sacramentos (litúrgica), como recomendaba Monseñor Rouco a los fieles en adviento. La ascética y la mística han quedado reservadas para los monjes y monjas de vida conventual. De hecho he podido comprobar que hay una barrera infranqueable entre las tres primeras y las dos segundas. La misma barrera que el joven rico fue incapaz de cruzar, porque tenía muchas riquezas, tenía mucho aprendido, el modelo religioso era simplemente perfecto, y si cruzaba el umbral, todo eso ya no le servía. Es más, se lo tenía que dar (explicar) a los pobres, a los que no sabían nada, a los que vivían en tinieblas. Y prefirió seguir al tran tran, aferrado a sus prácticas y creencias.

Para mí es cada día más evidente que la fe que practicamos los católicos, y que la Iglesia fomenta es esa, la fe del joven rico, la de frecuentar los sacramentos y hacer buenas obras; porque no he visto en mis cincuenta y siete años de vida, apenas indicios de mostrar lo que pudiera haber detrás del umbral, más allá, salvo que la persona desee entrar en vida monástica, supongo.

Pues es una pena, porque los católicos, la Iglesia que formamos todos, no hacemos otra cosa que ocultar el Gran Tesoro Escondido que es la vida interior en directa intimidad del alma con Dios. Y la gente, que lo que necesita es justamente eso, se ve obligada a buscar esa quietud, esa serenidad espiritual en el yoga, el budismo, el tantra y demás prácticas orientales.

El gran tesoro del Cristianismo es la mística, que no lo afirmo por haber leído mucho, sino por experiencia personal. No lo digo por absoluto convencimiento, pues como dice Nietczhe, el convencimiento absoluto es más peligroso para la verdad que la propia mentira, sino simplemente por vivirlo en mi día a día, y sin ánimo de convencer a nadie, pues como también dice Kierkegaard, han habido seres humanos que han conectado con la Verdad, pero pasan desapercibidos: “Al místico se le oye como se perciben ciertos gritos de pájaros, sólo en el silencio de la noche; por eso, con suma frecuencia un místico no adquiere importancia en  medio del bullicio de su ambiente, sino mucho tiempo después, en el silencio de la Historia, para las almas afines a la suya, y que le escuchan.”

Conectar con la Verdad. 
Más bien la Verdad conecta contigo, porque quedas a la escucha mediante una actitud de silencio, vacío, quietud y abandono. Inicialmente la ascética te induce a trabajar, como lo hace el hortelano para llevar agua al huerto, con pozos o construyendo canales y arcaduces, para al final, comprender que con la lluvia basta. Así pasas de la ascética a la mística.

Así que, cuando aceptas la evidencia de que Dios es así, no terminas por no tener otra pretensión que el puro abandono, porque entonces aceptas (que no significa resignarte) que todo lo que sucede viene de Él, y por tanto es bueno, muy bueno.

martes, 8 de octubre de 2013

181.- Sobran las palabras





Sobran las palabras, lees entre mis líneas,
si mi mente en blanco va tú eres mis ideas,
las ganas de avanzar cuando me atrapa la desidia
dice: “para conseguirlo solo hace falta que creas”
Zacarías Ferreira
Cuando dos enamorados se miran frente a frente y se olvidan de sí para llegar al clímax de su amor, sobran las palabras.
Cuando te sientes triste y buscas el consuelo de tu amado/a, sobran las palabras.
Cuando vives la alegría del reencuentro tras un largo tiempo separados, sobran las palabras.
Cuando no sabes cómo pedir perdón pero te sientes realmente arrepentido, sobran las palabras.
Cuando él se acerca a ti con el corazón desecho, sobran las palabras.
Cuando ya sois dos almas en un solo corazón… sobra cualquier palabra.
Porque todo está ya expresado, y lo que queda por expresar no necesita ya palabras.
Sólo queda… contemplar.
Sólo los gestos, la mirada, la llama de la pasión en los ojos y el infinito deseo de fusionarse en una sola entidad es lo que demuestra el inmenso amor que se establece entre ambos.
Cuando has vivido una experiencia semejante con tu ser amado, te lo aseguro, has experimentado lo que es la mística, el éxtasis del amor.
La palabra éxtasis, según la Real Academia significa estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración, alegría, etc. Y en el ámbito teológico, es el estado del alma caracterizado por cierta unión mística con Dios mediante la contemplación y el amor, y por la suspensión del ejercicio de los sentidos.
Pero más allá del significado académico, resulta más interesante reflexionar sobre el origen etimológico de la palabra.
Éxtasis procede del griego “estasis”, que significa estabilidad. En realidad la raíz “st-“ aparece en muchas palabras de origen griego que en esencia significan estado que no varía, quietud, estabilidad. Por ejemplo estática, estacionario, estación, estadística, homeostasis, estable, etc.
Cuando el alma experimenta esta situación, es embargada por una estable y extraña paz, no sentida hasta entonces, ni en el mejor de los momentos, porque no se debe al resultado de un esfuerzo realizado, sino al abandono de uno mismo en brazos del otro, rotas ya las fronteras, las membranas que separan, las barreras que distancian. Es ya “Uno” en el Todo, sin segundo. Desaparece la individualidad, para emerger la unidad.
En este estado… sobran las palabras.
Cierto es que cuando chico conoce a chica, en una primera etapa, “faltan palabras” para expresar los sentimientos que genera la atracción entrambos; el tiempo para el diálogo parece pasar volando, las horas parecen minutos cuando ya se tienen que despedir para cada uno irse a su casa, hasta que deciden vivir juntos, casados o sin casarse, porque necesitan una presencia mutua constante.
El devenir de la relación de amor es así, de “faltar palabras” para expresar el embalamiento emocional (término en el que Ortega expresa la fase de enamoramiento), a “sobrar las palabras” cuando el amor mutuo entra en esa etapa de total y absoluta intimidad y paz.
La relación íntima del alma con Dios no dista demasiado de esta experiencia.
La doctrina convencional de la tradición cristiana fija y centra esta relación especialmente en actos litúrgicos y devociones expresadas en rezos y, como he expresado en muchas ocasiones, un código de buenas costumbres que evite putear al vecino lo más posible. Y así al parecer, estamos en Gracia de Dios.
Esto funciona en la fase de enamoramiento (primeros tiempos, primeras moradas –donde la mayoría pasa toda su vida-), pero en la medida en que el alma evoluciona y la experiencia de Dios se vuelve más profunda y más intensa, es en la medida en que esa relación deja de ser litúrgica para convertirse en “pura poesía”.
El alma deja de ver a Dios como Alguien ahí fuera al que hay que adorar con actos solemnes y con elaboradas jaculatorias, para experimentarle como su misma esencia, más íntimo a ella que ella misma, donde lo más deseado para expresar el amor entrambos (Dios y el alma) es el silencio, la quietud, la contemplación.
Porque para Dios, “sobran las palabras”.
Porque Dios es poesía en estado puro.
Cuando San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús dieron el paso gigantesco para la época de expresar esta relación profunda e íntima con Dios en clave de poesía, se situaron en el punto de mira del Vaticano, sufrieron persecución y hasta cárcel, y una vez muertos se les colocó en el filo de la navaja entre la condenación inquisitorial por un lado y el proceso de canonización por otro, porque los eclesiásticos no tenían nada claro que esta fuera la forma “académica” de describir la vida religiosa.
Pero venció (no sé si milagrosamente, pero sí por intervención directa de Dios) la poesía frente al academicismo teológico, y las almas afines pudieron finalmente volar más allá de las imposiciones doctrinales.
La poesía habita más allá de las palabras, más allá de la mente, del raciocinio.
La poesía es la última frontera, tras la cual se sitúa la Divina Realidad, a la que ni la poesía puede acceder.
La poesía es el gemido entre una dulce pena y una triste alegría del alma arrebatada de este mundo, que desea morir, porque no muere.
La poesía es “la llama de amor viva” que devora el alma como un leño es devorado por el fuego hasta convertirlo en cenizas capaces de volar arrastradas por la suave brisa, y dejar este mundo sin dejarlo.
La poesía es la suprema expresión del Amor.