Bienvenida

Hola, amig@.
Este es un blog dedicado a los caminos del ser humano hacia Dios. Soy cristiano, pero no pretendo dar una visión exclusivamente cristiana de estos temas.
Tampoco, y esto es muy importante, deseo que nadie tome lo que escribo como temas doctrinales. No imparto cátedra, líbreme Dios de algo que sólo está adjudicado a los sabios doctores con autoridad para impartir doctrina.
Lo mío es mi experiencia de vida y pensamiento, y lógicamente, puedo estar equivocado.
Dicho esto, y sin intención de cambiarle los esquemas a nadie, la pregunta que debes hacerte si quieres encontrar algo interesante en este blog es la siguiente:
"Si tengo y siento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
"Si no tengo o no experimento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
Si esta declaración va contigo, entonces, bienvenido seas.
Si no te dice nada, échale no obstante un vistazo; mal no creo que te haga, aunque sí puede que te haga rascarte la cabeza y plantearte cuestiones acaso "religiosamente incorrectas". Sobre todo ve a la entrada 19.- sitúate en el umbral
En cualquier caso, que la Paz esté contigo.
El título de blog "Todos los santos de Dios", afirma un convencimiento personal de que "todos los santos de Dios son todas aquellas personas de buena voluntad y sincero corazón, para los que Dios tiene sentido en su vida, aunque sean pecadores, aunque caigan una y otra vez, aunque incluso sean "ovejas perdidas de Dios", pero sienten algo dentro de sí que no saben lo que es, pero buscan el Camino de Regreso a Casa, con independencia de raza, nación y religión que pudieran profesar. Incluso aunque digan no creer. Si aman, y creen en la verdad, con todos sus defectos, forman la gran comunidad de Todos los Santos de Dios. Una Comunidad para los que Jesús de Nazareth vivió, murió y resucitó, aunque ni lo sepan, e incluso, ni lo crean.
Ya empezamos mal, desde el punto de vista doctrinal católico, pero no creo que esto a Dios le importe demasiado.

Si es la primera vez que entras, abre primero de todo la página "¿Quienes somos?, creo que te sorprenderás.
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Si, por otro lado, te interesa el pensamiento sistémico, te invito a que pases también a ver mi nuevo blog "HORIZONTE TEMPORAL", una visión sistémica del mundo para imaginar algo más allá de lo que pueden percibir nuestros sentidos.
Va de temas de aquí abajo, y de cómo plantearnos una forma holística de comprender los problemas que nos abruman en este mundo.

Correspondencia: alfonsoypaloma@gmail.com

domingo, 12 de junio de 2011

107.- Pentecostés



El cristianismo celebra hoy la festividad de Pentecostés. No sé si en todas las confesiones cristianas se celebra con el mismo entusiasmo y veneración, pero con independencia de cómo se lo tome cada una, la venida del Espíritu Santo es     un acontecimiento trascendental en la vida de las Iglesia cristianas, pues se considera "el día de la Fundación de la Iglesia". Es cuando los discípulos se caen del guindo, dejan sus tontunas y temores y toman conciencia de una profunda realidad, que Dios, a través del Espíritu Santo habita en sus corazones, y les aporta la fuerza y la energía para transmitir el mensaje de Jesús a todo el que se le ponga por delante.

No voy a comentar aquí el pasaje de los Hechos de los apóstoles, 2, 1-11, aunque sí apunto el detalle de la alegoría de las lenguas de fuego sobre sus cabezas.
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Mi reflexión es "no oficial", "no doctrinal", porque la doctrina la puedes encontrar en el catecismo, sobre la que no tengo nada que alegar como católico, como no podía ser de otra forma.
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La reflexión que quiero exponer es sobre la temporalidad de los acontecimientos, sobre quién aplica, y sobre lo que significa o puede significar en la práctica la venida del Espíritu Santo.
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Respecto de la temporalidad del acontecimiento, es importante detenerse en la secuencia de los hechos, que ya comenté en otra ocasión, en la entrada 46.- Egolatría o el síndrome de Adán y Eva, y de cómo la interpretación literal de los textos sagrados desemboca casi en el absurdo.
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"Sctricto sensu" y de modo catequéticamente literal, el Espíritu Santo no tuvo ninguna aplicación a los seres humanos hasta Pentecostés. Si existía, cosa que nadie duda, estaba "por ahí" revoloteando, pero sin ningún efecto práctico sobre los seres humanos. En Pentecostés es cuando se manifiesta y comienza a obrar sobre los humanos. Hasta entonces la Humanidad tenía que aguantarse sin Espíritu Santo, así que se las tuvo que apañar para más o menos imaginarse su relación con Dios, excepto los judíos que fueron llevados por Yaveh, el imponente del Sinaí, con brazo de hierro, hasta que nació Jesucristo. El resto de los humanos no cuenta en todo este negocio de la salvación, así que los pobres, abandonados del Dios verdadero, se inventaron sucedáneos de la auténtica fe, tal como el hinduismo, el Tao, el animismo, el zoroastrismo, etc. Adoradores de dioses paganos sin derecho a la salvación.
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Esto es lo que a mi me enseñaron en el colegio, y jamás logré entender. Ha sido siempre como un defecto en la Teoría que no logra explicar la realidad. Porque las doctrinas teológicas, igual que las escuelas filosóficas tratan de exponer una visión del mundo, de la existencia, donde el modelo elaborado permita comprender, más o menos, el mundo, la existencia. Pero como siempre existen aspectos que no encajan, que quedan sin una explicación convincente, esa es la razón por la que el pensamiento humano evoluciona y se adapta a los nuevos escenarios. Sin embargo esto no suele ocurrir con las doctrinas teológicas. Son inmutables, porque se supone que son directamente dictadas por Dios. Pero esta inmutabilidad del modelo, pero sobre todo la temporalidad de los acontecimientos conducen a callejones sin salida que se tratan de ocultar al común de las gentes que asisten a misa de una. Quizás estén guardados celosamente en los archivos secretos del Vaticano, que por cierto, el simple hecho de que una organización religiosa como el Vaticano mantenga un descomunal archivo secreto me da mala espina, porque esto significa que hay verdades auténticas que no deben salir a la luz porque pondrían en peligro la misma esencia futuro de la Iglesia católica. A saber qué nos tratan de ocultar que nadie debe saber. Esto no es jugar limpio. Es como la Ley de secretos oficiales, que garantizan que ciertas cosas no salgan a la luz a riesgo de poner en peligro la seguridad del Estado. ¿Qué verdades, si se conocieran pondrían en serio peligro la misma existencia de la Iglesia, razón por la que están celosamente guardadas? Esto da para varios cientos de novelas del tipo "El código Da Vinci". Que no se quejen si la imaginación del novelista le da por cuestionarse cosas.
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Recuerdo a este respecto cómo cuando escuché del jesuita D. Juan García Pérez la interpretación de la Resurrección como la presencia de Jesús en medio de nosotros y en nosotros "con toda su realidad", sin hacer demasiadas referencias a los hechos físicos de la digamos, resurrección biológica, le pregunté al salir de clase "oiga, padre, esto no lo dirá usted en misa de una..."; a lo que me contestó, "ni se me ocurriría". Porque algo así puede hacer perder la fe de las gentes que se creen que la resurrección es literalmente la vuelta a la vida del cuerpo biológico de Cristo tras su muerte.
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Y como estas reflexiones, hay muchas otras, que se caen por su propio peso, que la Iglesia no puede difundir, porque compromete su soberanía religiosa.
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A eso vamos.
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Un instante eterno
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El primer aspecto en cuestión es la temporalidad del acontecimiento de Pentecostés. Digamos cincuenta días después de la Resurrección en el año 26 de nuestra era. Antes el hombre se las apañó como pudo sin Espíritu Santo y después, qué maravilla, el Espíritu Santo empieza a influir en los humanos, pero solamente en los bautizados. Los que no lo hayan sido, que les den, aunque sean personas intachables en conducta y fe.
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Como fanáticos adoradores del Tiempo, los humanos no podemos elaborar modelos de realidad no dinámicos. Todo modelo de realidad tiene el tiempo como una variable independiente e inexorable. Todo evento sucede en un momento concreto entre un antes y un después. No existe en el humano conciencia alguna de eternidad; ni se la imagina, y si lo hace, lo interpreta como un mogollón de años sin fin, de cualquier cifra imaginable o superior. Total, un aburrimiento.
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Cuando Yaveh se presentó a Moisés como "El que Es", esto supone que Dios no ha sido ni será, sino que Es, siempre Es. Es el eterno presente. Pero eso a los humanos no nos cabe en la cabeza. Quiero decir con esto que habiendo sido históricamente Pentecostés un evento en T(n), es decir en un momento "n" de la variable de tiempo T (digamos el domingo 8 de mayo del año 26 a las 12:00, en la hora sexta, la meridiana, suponiendo el nacimiento de Cristo el año -7 y la Pascua judía de aquel año y la Resurrección en la semana del 14 de Nisán o marzo), sin embargo el acontecimiento espiritual de la "evidencia" del Espíritu en el alma humana, es algo fuera del tiempo y del espacio, es un instante eterno. Ya sé que es difícil de entender. Pero esta interpretación atemporal permite comprender otras muchas cosas que la temporalidad del hecho deja sin comprensión.
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Iluminación o la comprensión de "otras lenguas"
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El proceso de recibir el Espíritu Santo, el pasaje de Hechos de los apóstoles, se describe como una situación tras la cual...
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
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Más allá del detalle de la "glosolalia" (que como anécdota no deja de ser curiosa), lo que realmente sucede en el alma es una conmoción tras la cual  es como si la inteligencia o el propio alma despertara de su noche oscura, quedara liberada de su ceguera, de su ignorancia, de sus temores, y una Energía impetuosa (en forma de lengua de fuego) se posara sobre el séptimo chacra, el situado en la coronilla de la cabeza, y la persona quedara plenamente iluminada por el Espíritu Sagrado, por el Espíritu Santo y pudiera así comprender y expresarse en "otras lenguas", de otro modo jamás imaginado por ella hasta entonces, porque esas "otras lenguas" no es ni más ni menos que lo que la Filosofía perenne y las Teologías denominan "Sabiduría".
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Este proceso de iluminación, es el proceso por el que el alma humana toma plena conciencia de su identidad con lo divino. Hasta entonces la persona evoluciona en su proceso de perfección espiritual, pero desde sus propias fuerzas, por su propia y además limitada capacidad de comprensión. El instante de la iluminación marca efectivamente un antes y un después en la existencia del alma, de la persona, que queda liberada de la variable tiempo, de lo temporal, para entrar en el terreno de la eternidad, momento en el que el alma se reconoce a sí misma como la misma esencia que su Creador. Es la unión del alma con Dios, la entrada en la séptima morada, el matrimonio espiritual, la cima del Monte Carmelo, la perfecta quietud del alma, el momento en el que el alma se da cuenta de que ya no ella la que vive, sino Dios quien vive en ella y por ella.
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La Iglesia habla de las tres Pascuas, la Navidad, la Resurrección y Pentecostés. La Navidad es la puerta de entrada, el deseo de la persona de entrar por la senda estrecha. Y así comienza un proceso nada fácil de formación y de depuración espiritual. Es el paso del desierto, la aridez de épocas de sequedad que permiten fortalecer la voluntad y la fe. La segunda Pascua es la Resurrección, el momento de la "mortificación", de morir a uno mismo, de entregarlo todo, de despojarse de los frutos de las obras, de no esperar nada de esta vida, salvo lo dispuesto por su majestad, y así comprender que es necesario morir antes de morir, para comprender que la muerte no existe, y así poder saltar a una nueva vida, resucitar. Y la tercera Pascua es Pentecostés, la plenitud del Espíritu de Dios en el alma hasta ser una misma esencia consciente.
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Pero este proceso no es exclusivo del cristianismo. Si uno estudia el Tao te king, el Bhagavad Gita o Canto del Señor, o el Dhammapada o camino de rectitud de Buda, se da cuenta de que la Iluminación es un hecho experimentado por los Santos de Dios de todas las épocas y culturas, en la medida en que han sabido tomar conciencia de que la Divina Realidad habita en sus corazones.
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En otras palabras, el Espíritu de Dios no viene de lejos para posarse en el alma humana como la alegoría de la paloma, sino que habita en el corazón del ser humano sí o sí. No puede ser de otra forma. La diferencia entre el iluminado y el que no lo está es la "toma de conciencia" de este hecho, de que Dios habita en nosotros queramos o no, pues somos su misma esencia; somos inseparables de Él. Otra cosa es que esa fábrica de sueños que es nuestro elaborado intelectual que denominamos "yo", "ego", eso que vemos cuando nos miramos al espejo, se empeñe en tomar las riendas de nuestra vida y trate de hacer lo que le "salga de las pelotas" sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Este es el síndrome de Adán y Eva, fuente de nuestros males, como comenté en la entrada 46.
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En la pedagogía del amor (ver la página "Os doy mi vida entera" de este blog), suceden cuatro fases a saber:
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1.- Saber que Dios nos ama.
2.- Ser conscientes de que Dios nos ama.
3.- Dejarnos amar por Él.
4.- Amar a los demás como Él nos ama.
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La iluminación es el paso de saber que Él nos ama a ser plenamente consciente de esa realidad, lo que sin solución de continuidad permite soltar los mandos de nuestra vida para dejarnos amar por Él y a continuación o en paralelo, comenzar a amar a los demás como Él nos ama.
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Así que de los cuatro pasos, el que nos cuesta casi toda nuestra vida es esa toma de conciencia de la Plenitud; es la que exige el proceso ascético de penitencia y de mortificación de los sentidos, o las tres sendas del Bhagavad Gita, la primera de las obras, la segunda de la devoción para cruzar el umbral de la tercera senda, la de la Sabiduría.
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Conclusión heterodoxa

 
La conclusión heterodoxa es que el Espíritu de Dios ha cubierto la faz de la Tierra desde siempre, y desde que el hombre habita este Planeta. El Espíritu Sagrado ha sido percibido por todos los Santos de Dios que en el mundo han sido y han evolucionado espiritualmente hasta dejarse ser iluminados por Él. Es Patrimonio de toda la Humanidad.
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Cuando uno es capaz de romper los límites de la diócesis y del catecismo, y es capaz de abrir sus ojos al resto de la Humanidad y del Universo, las cosas se ven de muy distinta manera que cuando nos obstinamos en mantener las orejeras de burro y sólo nos limitamos a ver lo que quieren los demás que veamos.
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Esto, creo yo, es lo que nos trató de decir Jesús de Nazareth, que el Espíritu de Dios habita en el corazón del hombre; que no hay que buscarlo en los templos ni en las liturgias ceremoniosas, sino en lo más profundo de tu corazón, allí en lo escondido, donde Él habita desde que fuiste concebido en algún momento de la Historia, vaya usted a saber si hace los años que tienes o muchos más tras varias o muchas vidas anteriores...
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¿Quien se atreve a saberlo realmente?
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