FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Capítulo 2)
Resumen y comentariosLa Divina Base es una forma de referirse al Absoluto, a Dios, como fuente, como principio y fin. En esto, todas las religiones coinciden básicamente. En este capítulo de la Filosofía perenne, Huxley hace un recorrido por todas las grandes religiones, haciéndonos ver cómo sólo nos diferenciamos en la forma de describir, de imaginarnos lo inimaginable, y cómo, ya de paso, lo que parece ser copyright cristiano, es simplemente una versión de los mismos principios manifestados en culturas milenarias.
Todos los sistemas de creencias coinciden en la "naturaleza de la Divina Base" (dicho con diferentes expresiones, con diferentes modelos para el mismo sistema). Sólo las castas sacerdotales, tratan de singularizar las creencias y los dogmas. Es la forma de mantener su autoridad sobre los fieles.
Sentido de la existencia
1. ¿Qué es Eso al cual el tú puede descubrirse afín? La Base de toda existencia
es un Absoluto espiritual, inefable en términos
de pensamiento, pero en determinadas circunstancias susceptible de ser
experimentado por el ser humano.
2. El Absoluto es Dios, el que Es, en términos
místicos, tanto cristiano como hindú.
3. La razón final de la existencia del ser humano
es el conocimiento de la Divina Base. Y sólo es accesible ese conocimiento a
los que están dispuestos a morir para el yo, y así permitir que Dios ocupe toda
su existencia.
4. “Es Cristo quien vive en mí” (San
Pablo)
5. La Base Absoluta de la existencia tiene un aspecto personal. Brahm se manifiesta en Isuara, que es la Trinidad hindú. Dios en el cristianismo también se manifiesta en la Trinidad, con
atributos de personas; tres personas y un sólo Dios. Y además se da la
encarnación en un ser humano.
6. Para los cristianos sólo se ha producido una encarnación de Dios en los
hombres, para los hindúes se ha producido muchas veces.
7. Para los contemplativos, tanto cristianos como orientales, la encarnación
se concibe y percibe directamente renovada. Cristo está siendo engendrado
dentro del alma humana, por el Padre.
8. Para los budistas, Buda tiene tres cuerpos. Primero el
“absoluto” o Dharmajaya (Buda primordial o Mente o Clara
Luz en el Vacío). Después está el Sambhogakaya, que es el Isuara o Dios
personal de los cristianos, islam y judaísmo. Y después está el Nirmanakaya o cuerpo material en el que el Logos es
encarnado, el Buda histórico.
9. Para los sufíes, Al Haqq es el Real, abismo de la Divinidad
en que descansa Ala. Y el profeta Mahoma es la encarnación del Logos. Digamos
que para el islam, Cristo y Mahoma son encarnaciones del Logos.
10. La oración del Padrenuestro, refleja la inagotable
riqueza de la divinidad.
11. “Padre nuestro” refleja que
Dios es inmanentemente nuestro. “Que
estás”, que eres, que trasciendes la Unidad. “En el Cielo”, en un estado diferente al nuestro en el Origen, pero
al que podemos aspirar en fusión con Él, por ese “venga a nosotros tu Reino”, haciendo que nuestro reino de criaturas
mortales se vaya.
12. Dios puede ser adorado en cualquiera de sus aspectos, pero no exclusivamente
en uno de ellos, porque esto nos arriesga a reducir nuestro acercamiento según
una sola idea preconcebida, que conduce sólo a ritos, sacrificios y
observaciones legalistas.
13. Dios es aquello inabordable, pero no sólo Aquello, pues nos ceñiría a
una religión cósmica.
14. Dios es por otro lado, fuente de moralidad, pero no sólo, porque esto
nos reduce a una religión de código de conducta.
Inmanencia y trascendencia
15. Sólo se llega a un culto sincero cuando la idea de Dios es inmanente
(es decir, personal) y trascendente a la vez.
16. Un Dios sólo inmanente, lleva a la quietud y abandona el amor a los demás.
17. Un Dios sólo trascendente es inabordable, tan sólo una idea filosófica
que tampoco insta al cambio de conciencia.
18. Sólo la dualidad inmanente y trascendente es la que se revela en plenitud.
19. El Padre (trascendente) que habita en el corazón del ser humano, (Espíritu
Santo inmanente), se encarna en un ser humano (el Cristo) para revelarnos su
misterio.
20. Dios no puede ser definido. El fin de las palabras es ilustrar el
significado de algo, por 1-sustancia, 2-cualidad y 3-relación.
21. Dios, Brahm, no puede ser encorsetado por ninguno de estos atributos. Es simplemente
“Aquel” ante el que retroceden todas las palabras. Esto lo ratifica San Juan de
la Cruz en la frase “Dios es absolutamente incomprensible para el
ser humano”.
22. Eckhart afirma cómo es la iluminación
(penetración de Dios en el alma humana) diciendo que Dios es mucho más que todo
lo imaginado. Es lo inmóvil que mueve todas las cosas.
23. Se puede imaginar algo más allá de la experiencia comparándolo con algo
experimentado. Por eso, cualquier explicación de los místicos sobre sus experiencias
sólo alcanza a la elaboración de un símil, más bien tosco, un “es como si…”
(parábolas), porque lo supra racional hay que transformarlo en algo
comprensible o imaginable por la mente.
24. La mente afecta al cuerpo de cuatro modos:
25. Primero de modo subconsciente, mediante la inteligencia fisiológica,
muy sutil, con entelequias.
26. Segundo de modo consciente, con actos premeditados por la voluntad.
27. Tercero de un modo también subconsciente, mediante reacciones orgánicas
emocionales.
28. Y cuarto, de un modo supra normal, con manifestaciones llamémoslas
“sobrenaturales”, conscientes o inconscientes (como la transverberación de
Santa Teresa, o el éxtasis místico)
Influencias de la mente en el cuerpo
29. Fuera del cuerpo, la mente influye en la materia de dos modos, por medio
del cuerpo, o por un proceso supra normal denominado “efecto PK”.[1]
30. Por otra parte, dos mentes se conectan bien por medios sensoriales o
comunicación indirecta o por telepatía o comunicación directa.
31. El efecto mente cuerpo, está demostrado. Está verificado que las personas
tenemos un órgano diana donde se manifiestan fisiológicamente nuestras
preocupaciones. También está demostrado la existencia de curaciones instantáneas
y milagrosas, vehiculadas tan sólo por la fe; o la levitación, o la influencia
en juegos de azar por el efecto PK. Está demostrada también la percepción extrasensorial (ESP). Es decir, de un modo empírico, que no conocemos
cómo, la mente influye en la material.
32. Sabiendo esto se nos plantea qué tenemos derecho a concluir respecto
del divino objeto de nuestra casi total ignorancia.
33. Primero, respecto de la Creación, ésta es perfectamente factible para
Dios, inmanente y trascendente, la acción de crear.
34. Segundo, respecto a la sustentación de lo creado, lo que es, es ahora,
pero difiere de lo que fue, que ya no es, y de lo que será, que aún no es. La
divina Mente puede actuar en lo creado, según las leyes físicas conocidas o directamente,
con fenómenos paranormales, a los que se suele denominar milagros.
35. De igual forma, la comunicación entre la mente divina y sus criaturas, se
puede hacer y de hecho se realiza a través de los acontecimientos naturales,
pero hilvanados en un rosario de hechos no casuales, que interpretados, según
la lógica divina, tiene sentido y significado. O bien puede comunicarse
directamente por transmisión de pensamiento y experiencias místicas.
36. Según Eckhart, los hombres, para comprender si fuera posible el concepto divino,
hemos desgajado de la Divinidad eterna, fuera del espacio y del tiempo, a algo
que llamamos Dios, que participa un poco de la temporalidad, evoluciona, tiene
planes, cambios de humor, en la batalla va con unos en contra de los otros,
muestra ira, misericordia, premia y condena. En una palabra, participa como
agente inductor del mundo creado y se relaciona con los hombres, toma partido
por unos contra otros, un Dios que tiene unos seres humanos como elegidos, mientras
según estos elegidos, no se ocupa (o no tiene por qué ocuparse) del resto de
los hombres, etc.
37. De esta forma, Dios deviene y desdeviene. Este Dios es tan distinto de
la Divinidad, como lo es la tierra del Cielo, concluye Eckhart.
38. Es en suma, el conocimiento inferior de Brahm, de Dios, del Dios personal. Y este conocimiento y devoción, con ser
bueno, lo es sólo como paso previo para el auténtico conocimiento de la
divinidad eterna, la Unión espiritual con Dios.
39. Este conocimiento es una caricatura de lo auténtico, similar a un
cuento de fantasía contado a un niño antes de dormirse, pero que supone la base
dogmática de casi todas las religiones cara a sus feligreses.
La Divinidad sin atributos
40. Aquí se da un Factor Común: la divinidad sin atributos (de Vedanta, mística cristiana, budismo mahayánico y sufí), es la Base de todas las cualidades poseídas por el Dios personal y
la encarnación. Así, la divinidad no es el Absoluto metafísico, sino la perfección
absoluta, que ha de ser adorada más que el Dios personal y su encarnación
humana, el Cristo.
41. La Divinidad, el Padre, es el Absoluto hacia el que es necesario
practicar unas disciplinas arduas, más que las impuestas por cualquier
autoridad eclesiástica.
“El
simple ser de Dios es un Eterno reposo y el de todas las cosas creadas” Ruysbroeck[2]
42. La Santa Luz de Dios es tan pura, que todas nuestras
particulares luces son impurezas. La idea que tenemos de los santos, la Virgen
y el propio Jesucristo, son un obstáculo para el real conocimiento de la Luz de
Dios, según J.J. Olier.[3] Con
todo, estas imágenes imperfectas suponen el camino para llegar a la visión de
Dios. Según Olier, es una locura recomendar el culto al Dios sin forma a
personas normales que sólo son accesibles a comprender los aspectos personales
encarnados de la Base divina.
43. Pero la aspiración del ser humano se refleja en la sentencia: “Debemos amar a Dios como “no Dios”, no
Espíritu, no persona, no imagen; tal como es, el puro Uno absoluto, separado de
toda dualidad” de Meister Eckhart. Esta idea de Eckhart, tiene su
equivalente en el budismo mahayánico en la idea de “La Clara Luz del Vacío”.
44. En resumen, existe una jerarquía de la Real.
45. Dionisio el Areopagita[4], del
Siglo V, estableció para la cristiandad, contacto con el neoplatonismo y, a
varios grados de distancia, con el pensamiento metafísico y la disciplina de la
India. Duns Escoto[5]
tradujo al latín el Siglo IX los textos de Dionisio, y estos fueron el
referente fundamental de los cristianos seguidores de la Filosofía perenne, cuando eran amenazados constantemente por la jerarquía eclesiástica.
46. “La visión de Dios precisa lo
mismo que ha de hacer el escultor que, de un trozo de roca, esculpe una figura.
No lo hace añadiendo roca, sino quitando la roca que oculta la forma. Alabar a
Dios consiste en quitar, más que en añadir. Alabar a Dios consiste en apartar
de Él todas las cosas, subiendo de los particulares a los universales, para
conocer lo que se oculta bajo las cosas que pueden conocerse.” Dionisio.
47. El lenguaje humano es la mejor herramienta que tenemos para la comprensión
del mundo. Pero cuando el objeto de la reflexión es un continuo, la síntesis y
el vocabulario resultan inadecuados. La Matemática ha inventado nuevos símbolos
y conceptos para superar este problema.
48. Pero la Base divina está fuera del tiempo y del espacio, con lo cual,
ni el lenguaje ni las matemáticas tienen recursos para expresar nada de esta Base
de modo comprensible.
49. Es por eso que en Filosofía perenne hay que acudir a la paradoja y al simbolismo,
a la metáfora y hasta a la blasfemia, según los códigos eclesiásticos
estructurados. Pero no existe ningún sistema de expresión humana capaz de
representar ni de lejos la naturaleza de la base divina.
50. Por eso Jesús explicaba en parábolas, “el
Reino de Dios es como si…”.
51. Por tanto, el discurso de la Filosofía perenne de la Base es necesariamente peradógico.
52. El conocimiento directo de la Base sólo puede obtenerse por la unión
con la Base, pero eso requiere la aniquilación del yo, que es la barrera que
separa el “tú” del “Eso”, hasta comprender que “Eso eres tú”.
[1] PK o
Psico-kinesia. Es un cambio físico que corresponde a una intención mental,
una que no puede ser explicada por la intervención de procesos físicos. También
puede designar a grandes, extraños cambios físicos, no correspondientes a una
intención mental conocida (como lo es el caso del poltergeist).
[2] Beato Jan Van Ruysbroeck (Llamado el Admirable nació cerca de Bruselas,
1293-abadía de Groenendaal, y murió también cerca de Bruselas, 1381) Teólogo y
escritor brabanzón. Es uno de las principales representantes de la mística
europea, al que Geert Groote, Tauler y Tomás de Kempis consideraron como su
maestro. Fue capellán de Santa Gúdula, en Bruselas (1318). Como reacción frente
al iluminismo de su tiempo, se retiró a Groenendaal, donde formó una comunidad
(1343) que posteriormente se agregó a los canónigos regulares de San Agustín.
[3] Jean-Jacques Olier (París, 1608- id., 1657) Sacerdote francés.
Discípulo de San Vicente de Paúl y ordenado sacerdote en 1633, desempeñó un
importante papel en la historia de la Iglesia de Francia como organizador de
seminarios, párroco, promotor de la compañía de Montreal y autor espiritual. Fundó
el célebre seminario de San Sulpicio. Entre sus obras destacan Catecismo
cristiano para la vida interior (1656), Introducción a la vida y a las virtudes
cristianas (1658) y Cartas espirituales (1672).
[4] Dionisio Areopagita (es el nombre que se dio a
sí mismo) se consideraba el único griego que convirtió Pablo de
Tarso cuando llegó a Atenas y predicó en su Areópago,
como señaló el mismo apóstol de los gentiles, pero en realidad se trata de un
anónimo teólogo bizantino que vivió entre los siglos V y VI después de Cristo.
Este teólogo bizantino fue quien escribió las cartas de Dionisio (el discípulo
del apostol San Pablo), firmándolas con el mismo nombre de Dionisio Areopagita,
seguramente para resaltar la autenticidad de las mismas. "Alrededor del
siglo sexto aparecieron una serie de volúmenes neoplatónicos cristianos bajo el
nombre de Dionisio Areopagita, que fue el primer discípulo de San Pablo en
Atenas. Estos volúmenes fueron considerados casi como de valor apostólico, en
tanto que Dionisio fue el primer discípulo de San Pablo. De hecho los libros
fueron escritos bien al final de siglo V o principios del VI en Siria. El
desconocido autor simplemente firmó en ellos con el nombre de Dionisio Areopagita
para darles mayor cobertura entre sus contemporáneos. Él era un neoplatónico
que había adoptado el cristianismo y que combinaba la
doctrina de la filosofía neoplatónica y prácticas del éxtasis con doctrinas
cristianas." Por algunos rasgos de sus obras parece proceder de Siria y haber escrito
hacia los 20 ó 30 años de edad, situándolo alrededor del 500 después de Cristo.
Sus obras, algunas de las cuales aparecen como dirigidas a Timoteo, Tito,
Policarpo y aún al mismo apóstol San Juan, fueron ya reputadas apócrifas por un obispo oriental
de la primera mitad del siglo VI; pero hasta el siglo XVI no se volvió a
discutir sobre este tema, rebautizándose entonces al autor con el nombre de
Pseudo Dionisio, con el que desde entonces se le suele conocer. Wkp.
[5] John Duns Scoto o (latinizado) Johannes Duns Scotus (*Duns (Escocia),
1266 - †8 de
noviembre de 1308,
enterrado en la iglesia Minoriten, de Colonia)
fue un teólogo
escocés perteneciente a la escolástica.
Ingresó en la orden franciscana y estudió en Cambridge,
Oxford
y París;
fue profesor en estas dos últimas universidades. La sutileza de sus análisis le
valió el sobrenombre de "Doctor Sutil". Se le consideró santo y se le
veneró sin mediar canonización. El 20 de marzo
de 1993
el Papa Juan Pablo II confirmó su culto como beato.
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