Justo antes de que Júpiter encendiera su recién creado horno estelar, con la nave Leonov ya a una distancia segura, Bowman regresa a la Discovery para darle una última orden a HAL: la transmisión de un mensaje a la Tierra. El mensaje dice: "TODOS ESTOS MUNDOS SON PARA VOSOTROS, EXCEPTO EUROPA. NO INTENTÉIS ATERRIZAR ALLÍ".
(Arthur C. Clark. 2010 Odisea 2)
16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.» (Gen 2, 16-17)
Lo de feliz Navidad y próspero año nuevo es la frase tipo, estándar, protocolaria, que se envuelve como un caramelo en un celofán de Santa Claus o de portal de Belén, según gustos y preferencias del personal.
Queda mono, y además uno queda bien.
Pero los que nos conocéis, sabéis que solemos ser en este sentido bastante heterodoxos. Así que este año no queremos que sea menos, a riesgo de parecer insufribles para los amantes de la superficialidad.
En estos días, la peña está bastante revoleada con eso del 21 de diciembre, no sea que sea verdad lo de las profecías mayas. Aunque nunca se sabe, no parece que esté previsto ningún cataclismo geológico, ni el Big One, ni el estallido de Yellowstone, ni que un pedrusco celeste vaya a impactar con la Tierra. Así que por esa parte, tranquilos, que no se prevé ningún acontecimiento medioambiental ni cataclísmico ni fuera de lo normal, en principio... aunque nunca se sabe.
Pero si uno bucea por Internet, hay mogollón de páginas que, contradiciéndose unas a otras, hablan de la curiosa profecía desde múltiples puntos de vista, hasta que nos visitarán los marcianos… Gilipolleces!
Pero una de las mejores reflexiones que han salido por ahí, en ningún caso apocalíptica, presenta el siguiente escenario:
la Humanidad se enfrenta a un nuevo nacimiento.
¿El enésimo nacimiento de Jesús en el portal de Belén, devaluado encima por el ERE impuesto de Benedicto XVI?... que menuda coña se ha armado con lo del burro y el buey… sin queriendo…
Pero ahora sin coña, ni deseando parecer neoeristas para los muy católicos, os quisieramos compartir lo siguiente; metidos y encorsetados como estamos dentro de un útero a modo de “mátrix” (como la peli), donde todo es verdad, pero nada es real, la Divina Providencia nos sugiere la posibilidad de “nacer” (nacer significa “no-hacer”). Porque para “nacer” sólo hace falta decir “sí”, “hágase en mí según tu palabra”. Pero para esto, hace falta ser como Neo (el de la peli), que se malicia que algo falla en esta aparente realidad.
Puede que esta Navidad, para aquel que se lo plantee, pueda ser realmente diferente, y sin ánimo de parecer Zen. Os propondríamos unos días de recogimiento entre el 21 y el 25, a ver si realmente pudiésemos vernos como el feto de la fotografía aadjunta a este correo, dispuestos a nacer, a salir del útero que nos oprime (y nos da la vida que vivimos), y arriesgarnos a lo desconocido, a dejarnos arrastrar hacia el Océano de Dios, en vez de clamar por mejorar nuestras condiciones carcelarias, las de aquí abajo (sueldo, impuestos, trabajo, pensiones, etc). Porque sin tomarnos a coña lo del 21 de diciembre de 2012, ni pensar que esto es cosa de los “sin-dioses” de la New Age, podría tener algo de trasfondo de verdad, una segunda oportunidad que nos ofrece la Providencia para toda la Humanidad (y al decir toda, es toda, y esto va para los que pretenden poseer la exclusiva del Reino de los Cielos). Al fin y al cabo es lo que le propuso Jesús a Nicodemo.
1Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: 2Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él. 3Jesús le contestó: En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba. (Jn 3,1-3)
Y es que esta navidad, podría ser una invitación a la quietud, al silencio interior. Dicen que habrá entre los días 21 a 25 varios días de oscuridad. Todos los necios piensan en que el sol simplemente se apagará, como quien apaga una bombilla y luego la enciende. Lógicamente nada de esto sucederá (eso son supercherías de los ateos, pensarán los muy católicos), pero si puede que sea un mensaje de la Providencia; tal como este, y para aquel que separ decir "sí", como proclamamos en Oasis:
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
(San Juan de la Cruz, Noche Oscura)
Una invitación a toda la Humanidad para poder vivir los elegidos (aquellos que la acepten), desde la lucidez, a partir de ahora, en el ojo del huracán, donde reina la paz (interior) en medio de la tormenta (exterior). ¡Porque la que se avecina va a ser tela marinera!
29 Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto. Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen. 30 Los que lloran, como si no llorasen. Los que están alegres, como si no lo estuviesen. Los que compran, como si no poseyesen. 31 Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa. (1Cor 7, 29-31)
Tras treinta, cuarenta, cincuenta o sesenta o setenta navidades que hayamos podido vivir cada uno (según nuestra edad), a veces, sólo a veces, la cosa se sale de lo convencional, y sucede en el hondón del ser algo que transforma. Puede que a alguno le toque, aunque para la generalidad, esta será una navidad como otras tantas, eso sí, con más apreturas económicas, con mortadela en vez de jamón, y con gaseosa y vino, en vez de cava. Es lo que toca.
Feliz Navidad, amigos.
Y como dijo Aquel, “el que tenga oídos, que oiga”.
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