Radiación cósmica de fondo
Mapa de anisotropías de la radiación de fondo de microondas obtenida por
el satélite WMAP.
La radiación cósmica de fondo es la energía
remanente del Big Bang que dio origen al Universo. La predicción teórica de
esta radiación fue realizada por el físico ruso George Gamow y dos colegas
suyos Robert C. Herman y Ralph A. Alpher en 1946.
La radiación cósmica de fondo fue detectada
por primera vez por los radioastrónomos Arno Penzias y Robert Wilson en 1964.
Es interesante anotar que ya existía evidencia de la RCF 30 años antes del experimento
de Penzias y Wilson. Walter Adams y Andrew McKellar habían observado las líneas
de emisión resultantes de la excitación producida por la RCF en radical CN que
se encuentra en el medio interestelar. Los autores Helge Kragh y Steven
Weinberg explican el retardo en el descubrimiento de la RCF resaltando el hecho
de que por esos años la cosmología no era tomada en serio. De hecho, los
científicos que marginalmente tocaban el tema adoptaban el modelo del Big Bang
o el modelo rival cuasi-estacionario guiados no por resultados empíricos sino
por inclinación filosófica.
El
satélite COBE de la NASA detectó anisotropías (o pequeñas desviaciones de la
temperatura con respecto al valor promedio) en la radiación cósmica de fondo en
1992. En la gráfica aparece la temperatura de la radiación cósmica de fondo representada
por colores (caliente = rojo, frío = azul)
La estructura detectada por COBE da apoyo a la
teoría cosmológica del Big Bang ya qué según ésta, las galaxias se formaron a
muy temprana edad dejando una huella en la radiación (que corresponden a las
anisotropías detectadas por el COBE).
La Energía universal
Más allá de lo que ven nuestros ojos, oyen
nuestros oídos, percibe nuestro olfato, saborea nuestro gusto y nota nuestro
tacto, existe un Universo absolutamente inconmensurable, del que sólo hace unas
cuantas décadas, los seres humanos, fabricando complicados artilugios para
ampliar el espectro de percepción, hemos comenzado a captar. Los órdenes de
magnitud de nuestro conocimiento se están expandiendo de una forma jamás
imaginada en épocas anteriores. Hemos pasado de un universo de 105
potencias de diez, a un Universo de 1042 órdenes de magnitud, desde
lo más pequeño 10-16, hasta lo más grande 1026, en los
confines del Universo conocido.
Hemos pasado del Dios asociado a la
Naturaleza, propio de los orígenes de las religiones, al Dios Padre enseñado
por Jesús de Nazareth, que habita en lo más íntimo de nuestro ser, al Dios
cósmico de Spinoza y Einstein, creador de ese Universo de 42 órdenes de magnitud.
Los tres dioses son el mismo Dios, adorado por todas las culturas que han
existido, existen y existirán, desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Siendo conscientes de nuestro lugar en este
Universo sobrecogedoramente inconmensurable, de que nuestra posición, lejos de
ser el de reyes de la Creación, es el de literalmente “nada” frente al
Infinito, y agradeciendo a ese Creador que ha tenido a bien otorgar a estas
humildes criaturas, la capacidad de pensar, de sentir y de captar más allá de
lo que puedan percibir nuestros sentidos, y además, de hacerse uno de nosotros
para enseñarnos el camino de regreso a casa, me dispongo a expresar como yo
suelo hacerlo, la experiencia de aprender a canalizar lo que se viene en
llamar, energía universal.
Ha sido un curso impartido por un buen amigo
nuestro, Marino García, en el que nos ha enseñado los fundamentos de los
chakras, como vórtices que absorben, canalizan y distribuyen la Energía que
reciben del universo y de la Tierra.
Es esta una cultura milenaria que sólo ahora,
de la mano de la imparable corriente “new age”, se está diseminando por todo el
mundo occidental.
Es denominada como “Energía” universal, o
cósmica, acaso equivalente al concepto de “Elan vital”, término acuñado por
Henri Bergson en los albores del Siglo XX
Energía creadora y un enfoque desde la Física
Bergson define el Elan vital como…
“...El
impulso de la vida de que hablamos consiste en una exigencia de creación... No
puede crear absolutamente, porque ante sí encuentra la materia, es decir, el
movimiento inverso al suyo. Pero se agarra a esa materia, que es la necesidad
misma, y tiende a introducir en ella la mayor cantidad posible de
indeterminación y de libertad...”.La evolución
creadora. Cap III. Espasa Calpe, Madrid 1973.
La filosofía gnóstica se lo toma como Energía
creadora…
La Energía Creadora es el tipo
de materia y de fuerza más sutil, elaborada por el organismo. Si sabemos poner
atención consciente, podemos ahorrar Energía Creadora. Desafortunadamente, los
maestros y maestras no les enseñan a sus discípulos lo que es la atención
consciente. Doquiera dirijamos la atención, gastamos Energía Creadora. Podemos
ahorrar esa Energía si dividimos la atención, si no nos identificamos con las
cosas, con las personas, con las ideas. Cuando nosotros nos identificamos con
las personas, con las cosas, con las ideas, nos olvidamos de Sí Mismos y
entonces perdemos la Energía Creadora en forma lastimosa.
Es urgente
saber que necesitamos ahorrar la Energía Creadora para despertar Conciencia, y
que la Energía Creadora es el potencial viviente, el vehículo de la Conciencia,
el instrumento para despertar Conciencia.
Y cosas así…
Digamos que la energía es “sensu stricto” la
fuerza o capacidad que permite realizar un trabajo. Decir Universal, supone aceptar
que se encuentra en cualquier lugar del universo. En este sentido, hablar de
radiación cósmica de fondo, hablar de luz, de calor, de gravedad, de
electromagnetismo, es hablar de energía. Y este tipo de energía es universal,
porque se encuentra allá donde existe materia, de una forma o de otra. Estemos
donde estemos, nuestro organismo recibe una cantidad increíblemente diversa de
fuentes de energía. La física de partículas ha descubierto una cantidad
considerable de partículas subatómicas, en general asociada a ondas, que cruzan
el Universo y lo llenan absolutamente. El espectro electromagnético, desde el
ultravioleta hasta el infrarrojo y las microondas, llena todo el éter que nos
rodea, de modo que, sólo en un hipotético lugar donde la temperatura fuera el
cero absoluto, -273ºC, se podría decir que allí no operaría ningún tipo de
energía. En tanto la temperatura se eleve de esta cifra, las partículas, átomos
y moléculas que allí se encuentren estarán afectado por algún tipo de energía,
procedente de una determinada fuente de “calor”, del tipo que sea. Según la
teoría cosmológica basada en los tres principios de la Termodinámica, según la Primera
Ley (de Lavoisier), la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
La segunda Ley
(de Kelvin), el Universo se encamina lenta pero inexorablemente hacia lo que se
denomina “la muerte térmica”, un momento en el futuro profundo, quizás decenas
de miles de millones de años, en el que la entropía sea máxima y la entalpía,
por el contrario llegue a cero, con lo que cesaría todo tipo de actividad en el
Cosmos; pero esto contradice la tercera Ley (de Nernst), que afirma que es
imposible llegar al cero absoluto mediante un número finito de procesos. Otras
teorías están en desacuerdo, porque lo que jamás desaparecerá será la materia,
y con ella la gravitación universal. Esto da pié a la teoría del Universo
pulsante de Fred Hoyle, que llegado un momento de máxima expansión, si la
fuerza de gravedad comenzara a superar por razón de la materia visible y
oscura, a la energía centrífuga procedente del Big Bang y de los hornos
nucleares de las estrellas ya apagados, comenzaría una segunda era de contracción,
hasta llegar a un nuevo comienzo en un Big Crunch, seguido instantáneamente de
un nuevo Big Bang. Este apasionante tema, que abre las puertas a un Universo
literalmente eterno, que ha existido desde siempre, daría para gastar
centenares de páginas, pero en resumen, lo que viene a decir es que, hablar de
Energía Universal no supone hablar de esoterismo, sino de una realidad física
tangible que está presente allá donde nos encontremos.
[1]
http://www.gnosishoy.com/practicas/division.html
[2] La segunda
ley de la termodinámica o segundo principio de la termodinámica
expresa, en una forma concisa, que "La cantidad de entropía de cualquier
sistema aislado termodinámicamente tiende a incrementarse con el tiempo, hasta
alcanzar un valor máximo". Más sencillamente, cuando una parte de un
sistema cerrado interacciona con otra parte, la energía tiende a dividirse por
igual, hasta que el sistema alcanza un equilibrio térmico.
Lo que
engancha con los temas esotéricos es abordar la presunta (o cierta) interacción
de la Energía Universal, física, procedente de las innumerables fuentes de
radiación con el mundo sutil, el espiritual. Este enfoque abre todo un
horizonte nuevo, una nueva perspectiva del Universo en el que la frontera entre
lo físico tangible y lo sutil quede tan difuminada, que no seamos capaces de
saber dónde termina lo meramente somático y físico y donde empieza lo sutil o
espiritual, porque acaso, todo sea “la misma cosa”, todo sea “la misma
esencia”.
La Ciencia está buscando denodadamente una
Teoría de la unificación. Maxwel en 1864 consiguió el primer éxito al unificar
la electricidad y el magnetismo, de modo que hoy día se habla de energía
electromagnética. Einstein trató de ampliar el campo unificado fusionando
electromagnetismo y gravedad, pero no lo consiguió. En 1967 Sheldon, Glashow y
el pakistaní Salam trataron de unificar electromagnetismo y fuerza nuclear
débil, lo que se demostró experimentalmente en 1983. El siguiente paso ha sido
tratar de unificar las cuatro anteriores con la fuerza nuclear fuerte, la que
mantiene unido al núcleo atómico, Teoría de la Gran Unificación, pero los resultados
no son demasiado optimistas por el momento.
Y finalmente está la escurridiza gravitación, con cuya unificación con
las anteriores, se conseguiría la Teoría del Todo, con la que se explicarían
todos los fenómenos físicos conocidos. Todavía se está lejos de una primera
aproximación.
En la corriente principal de la física actual,
la Teoría del Todo podría unificar todas las interacciones fundamentales de la naturaleza,
que son consideradas como cuatro: gravitación,
la fuerza nuclear fuerte, la fuerza nuclear débil y la electromagnética. El patrón previsible de las
teorías es el siguiente:
Adicionalmente a las
fuerzas referidas aquí, la moderna cosmología
requiere una fuerza inflacionaria, energía
oscura, y también materia
oscura compuesta de partículas fundamentales fuera de la escena del
modelo estándar.
Hemos llegado con esta explicación al borde
extremo de capacidad de la Física moderna para explicar “lo que es”, lo que el
hombre puede detectar en el Universo.
Más allá de este punto, el método científico,
en aras de preservar el rigor que necesita para no caer en el mundo de las
creencias sin fundamento, se autolimita muchísimo a la hora de aceptar un hecho
como “verdad científica”. Para aceptar algo desde la Ciencia, el hecho debe, no
sólo poder ser descrito con un modelo adecuado en lo relativo a los elementos
que intervienen en el fenómeno y sus correspondientes interrelaciones, entre sí
y con el entorno, sino explicado con cierta lógica desde el punto de vista
formal, además demostrable de modo experimental, y que el experimento sea
reproducible por terceros investigadores, según un método probado, y por
último, predecible su comportamiento, según el modelo formal y en su caso matemático
que soporte la hipótesis convertida en tesis. Y ni siquiera con estas restricciones
se acepta lo demostrable como verdad científica, sino como teoría
transitoriamente aceptada, mientras tanto otra no rebata los argumentos de la
primera. Esto no es escepticismo, sino un rigor totalmente necesario para poder
asentar el conocimiento sobre bases suficientemente sólidas. Todo lo demás, para
la Ciencia entra en el terreno de la especulación.
Podríamos entonces, encuadrar los temas de la
Energía Universal, en relación con lo esotérico, dentro del terreno de la
especulación. Lo que sucede es que, no obstante ser materia especulativa,
parece existir “evidencia empírica”, es decir algo demostrable sobre la base de
la experiencia, aunque no se conozca el por qué, de que determinados fenómenos se producen
sistemáticamente y de modo demostrable. En este escenario es donde se puede
encuadrar la teoría de los chakras. Según los antiguos, la Energía universal,
sea de la naturaleza que sea, puesto que en sí misma no se conoce (de referirse
a algo distinto a las cinco fuerzas físicas mencionadas), es absorbida por los
seres vivos a través de unos elementos, no estrictamente materiales, físicos,
denominados chakras.
Los chakras son estructuras del cuerpo sutil;
no se encuentran en las disecciones de cadáveres. Esto supone aceptar el hecho
de que el ser humano está constituido por cinco capas del ser, como explicaba
Fidel Delgado en sus seminarios, y Marino en el actual. Hablamos del cuerpo
somático, el emocional, el mental, el espiritual o etérico y englobando a
todos, la Consciencia. Estas cuatro capas, íntimamente interrelacionadas entre
sí, generan un aura de energía, que se puede visualizar mediante la cámara
Kirlian, y que determinadas personas con un elevado nivel de clarividencia
pueden también percibir. De alguna forma, este sistema integral que denominamos
“ser humano”, interacciona con el entorno, intercambiando materia, energía e información.
La materia la ingiere a través de la alimentación, hidrolizando las proteínas
en aminoácidos, y determinados tipos de lípidos estructurales (ciclopentanos,
por ejemplo) y la expulsa mediante las emunciones; la información la incorpora
mediante los sentidos, y la transmite mediante el sistema neuromuscular, con
los gestos, el movimiento, el habla y la información escrita. La energía
también la incorpora mediante la alimentación, entre otras cosas porque los
nutrientes no sólo aportan proteínas y moléculas estructurales, sino biocombustibles,
sobre todo los hidratos de carbono y grasas, todo ello para sintetizar
moléculas de ATP (adenosín trifosfato) que es la moneda energética del organismo,
de todos los seres vivos en la Tierra. Pero existen otras fuentes de energía,
como por ejemplo, el calor (radiación de amplio espectro) procedente del Sol,
que todos los seres vivos absorben para mantener la termorregulación. También
recibimos partículas elementales, y una cantidad inconmensurable de esas partículas
fantasmagóricas denominadas “neutrinos”, procedentes del Sol y las estrellas,
que sólo dispositivos construidos con grandes piscinas de agua pesada
enterradas a cientos de metros de profundidad, son capaces de detectar, porque
el neutrino atraviesa la Tierra con una casi ínfima posibilidad de chocar
contra una partícula, protón, electrón, del Planeta.
¿Es la Energía Universal de los Antiguos una
energía tangible o intangible? No se sabe. Pero en el supuesto de que esa
intangible, tampoco es para despreciarla desde el punto de vista científico,
porque, por ejemplo, una de las fuerzas más poderosas del Universo, la
gravedad, es tan intangible que a día de hoy no se sabe qué hace que los
planetas giren alrededor de su estrella, y que toda una galaxia se mantenga
durante miles de millones de años, girando cohesionadamente sobre sí misma, o
que si alguien tropieza, se caiga al suelo y de con sus huesos en tierra,
haciéndose incluso daño. Nada hay tangible que justifique este poder de
atracción entre los cuerpos materiales, y sin embargo nadie duda de que la
Gravedad sea una fuerza incuestionable. La moderna teoría cosmológica de cuerdas,
y el hipotético gravitón, es el modelo que trata de resolver este enigma.
Si damos un paso más hacia la esfera de lo
sutil, más allá de lo meramente material, y nos adentramos en el mundo de los
sentimientos, de las emociones, cuando por ejemplo alguien del otro sexo te
mira y te sonríe, ¿qué es lo que uno recibe? En principio recibe información,
que el cerebro capta, ejecuta un reconocimiento de patrones, acaso mediante
transformadas de Fourier o modelos neuromatemáticos similares, que evoca un
patrón de relación agradable con la otra persona, y luego, dependiendo de la
ligadura afectiva que exista con el otro, puede que hasta se produzca una más o
menos intensa estimulación de la glándula hipofisaria y se vierta a la sangre
algo de hormona ACTH (adreno corticotropa), y se te ponga la piel de gallina.
Esta sería la explicación de un fisiólogo. Pero cuando uno siente que se establece
una relación de simpatía, es muy duro aceptar que esta fría y fisiológica
explicación es lo único que sucede, porque si sólo fuera esto lo que
aconteciera, una robótica adecuadamente evolucionada podría reproducir en
estructuras basadas en el silicio (ordenadores – robots), una reacción similar
o incluso casi idéntica. Inteligencia artificial, se llama.
Cuando los jugadores de un equipo deportivo
recibe las adecuadas palabras de ánimo de su entrenador, de su “coacher”; y
salen al campo, dispuestos a machacar al contrincante, y lo consiguen, ¿qué les
ha dado el “mister”? ¿Sólo información? ¿O también un cierto tipo de energía,
que les ha revuelto por dentro, y ha conseguido una explosión de coraje y
decisión de vencer?
Si energía es por definición toda capacidad de
producir trabajo, una palabra de aliento puede mover montañas. Esto es Energía
y de la fuerte. ¿Estará relacionada con la radiación cósmica de fondo, con los
milivoltios de los potenciales de acción de las neuronas motoras, o con las
“ondas” de gravitación que se establezcan entrambos? ¿Es la amistad un cierto
tipo de energía? ¿Es el amor un cierto tipo de energía? ¿Es acaso la Energía
que mueve todo el Universo, algo que se expresa unas veces como
electromagnetismo, otras como gravitación, otras como luz ultravioleta y otras
como el amor de una madre a su hijo recién nacido? ¿Es acaso Energía aquella
que unas veces se mide en Julios, otras en Kilopondios y otras en motivación y
coraje para afrontar la adversidad?
Estamos hablando “de la misma esencia”.
Siendo, por tanto, conscientes de que al
aceptar la evidencia empírica de la Energía Universal, estamos aceptando la
existencia de una energía, que no se sabe muy bien cuál es su naturaleza, lo
que sí se conoce es cómo actúa, tanto a nivel físico - biológico, emocional,
mental (el pensamiento) y espiritual, y a través de qué estructuras del cuerpo
áureo, penetra en el organismo y ejerce su función.
Estas estructuras son los chakras.
Chakra
es una palabra de origen sánscrito que significa círculo, rueda, y designa el
disco solar, atributo de Vishnú
.
En el ser humano existen 7 chakras fundamentales,
situados entre el cuerpo etéreo y la envoltura carnal y que les une a los
diversos cuerpos (somatico, emocional, mental y etérico) a través de una serie
de canales llamados ‘nadis’.
La función tanto principal como fundamental de
los Chakras es la de absorber la energía universal, metabolizarla alimentando
los distintos cuerpos del ser humano para, finalmente, irradiar energía hacia
el exterior.
La
energía discurriría por ellos con movimientos ascendentes y descendentes,
formando una especie de espiral, girando, propiamente como se ha citado en su
definición, como una rueda. De estos siete chakras, el inferior y el superior
son simples, mientras que los cinco restantes están formados por una parte
anterior y su correspondiente posterior.
Los chakras están representados en forma de
flor de loto, diferenciándose en el número de pétalos de que dispongan.
Asimismo, existen otras manifestaciones
relacionadas con ellos como pueden ser los mantras, notas musicales, yantras o
símbolos condensados del Cosmos (muy utilizados para la meditación), dibujos,
elementos, letras y colores.
Dentro de ese conjunto de puntos vitales,
existen 7 chakras principales, que se distribuyen desde la parte más baja de la
columna vertebral (donde se encontraría la “kundalini”, energía enroscada en
forma de serpiente) hasta la parte más alta de la cabeza (donde aparecería el
halo).
Fondo
Los chakras se describen alineados en una
columna ascendiente desde la base de la columna hacia la parte superior de la
cabeza. En las prácticas contemporáneas, a cada chakra se le asigna un color y
son visualizados como flores de loto con distinta cantidad de pétalos en cada
chakra[1].
Se piensa que los chakras vitalizan el cuerpo
estando asociados con la naturaleza física, emocional, mental y espiritual. La función de los
chakras es mantener la salud espiritual, física, emocional y mental, equilibradas.
La Medicina tradicional china también se basa
en un modelo similar del cuerpo humano como un sistema energético.
En la época actual ha surgido un creciente
interés por los chakras. En este movimiento, y para aproximar la evidencia de
estas estructuras sutiles con el cuerpo físico, se están apuntando unas
correspondencias entre la posición y rol de cada chakra y aquellas de las
glándulas del sistema neuro endocrino.
Los chakras son descritos en los textos
tántricos como Sat-Cakra-Nirupana, y el Padaka-Pancaka, como energía que emana de
lo espiritual y que gradualmente se hace concreta, creando distintos niveles de
chakras, y que eventualmente halla su reposo en el chakra Muladhara. Por lo
tanto, son parte de una teoría emanacionista, como aquella del kabbalah judío,
o árbol de la vida. Incluso, autores actuales, como Caroline Miss[2],
han elaborado una curiosa correspondencia del modelo de chakras con los siete
sacramentos de la doctrina católica. La energía liberada en la creación,
llamada Kundalini, yace dormida, entonces, en la base de la espina. Por ende,
es el propósito del yoga tántrico o kundalini el manifestar esta energía, y
hacerla elevar a través del canal central pasando por los chakras, hasta que la
unión con el Absoluto sea lograda en el chakra Sahasrara en la cabeza.
Además de escritos de India, algunos autores
occidentales han tratado de describir los chakras. Varios escritores
contemporáneos, entre ellos cabe destacar Leadbeater, el descubridor para
Occidente de Alcyone (Krisnamurty), han
escrito su opinión acerca de los chakras en gran detalle, incluyendo la razón
de su apariencia y función.
Se dice que los siete chakras reflejan cómo el
sentido humano (el humano inmortal o el alma), es dividido para manejar
distintos aspectos de la vida terrenal (cuerpo/instinto/energía vital/emociones/comunicación/contacto
con lo Absoluto). Los chakras se asocian con diferentes niveles de delicadeza
espiritual, con Sahasrara en la posición más alta relacionado con el puro
sentido, y Muladhara en la menor posición estando relacionado con la materia.
Orígenes y Desarrollo
La mención más antigua de chakras se encuentra
en el Upanishad (Siglo III
aC, aunque algunos autores los remontan hasta el 3000 AC), incluyendo específicamente
al Upanishad Brahman y el Upanishad Yogatattva. Estos modelos fueron adaptados
en el Budismo Tibetano como la teoría Vajrayana, y en la teoría Tántrica Shakta.
Es la teoría shakta de siete chakras
principales, a la cual se adhieren en Occidente un gran número de personas, en
mayor parte gracias a la traducción de dos textos Hindúes, el
Sat-Cakra-Nirupana, y el Padaka-Pancaka, por Sir John Woodroffe, alias Arthur
Avalon, en un libro titulado El poder de la Serpiente (The Serpent Power), y
también al controvertido C. W. Leadbeater en su libro Los Chakras, que son su
propia reflexión sobre el tema.
Hay otros varios modelos de chakras en otras
tradiciones, incluyendo la Medicina China y el Budismo Tibetano. Y también se
pueden hacer interpretaciones del kabbalah judío y el sufismo islámico, y hasta
con los sacramentos católicos.
Los siete chakras básicos
Los
antiguos tratados hablan de siete chakras principales, situados a lo largo de
la columna vertebral, o, más exactamente en un nadi central a lo largo del raquis
y hasta la mollera o vértex, llamada abadhuti, por donde asciende la serpiente
llamada kundalini o śakti, hasta encontrarse con el Brahman (en el chakra superior),
de gran importancia en el tantra
[1] Wikipedia. Chakras
[2]Caroline Miss. La medicina de la energía. Ed.
BSA. Barcelona 2007
Chakra 7, Sahasrara
Sahasrara
o Chakra Corona o Coronario es el séptimo chakra.
Es el chakra del sentido, el chakra maestro
que controla a los demás.
Su rol está asociado a la glándula pineal
(epífisis) secretora de serotonina y melatonina, y con la pituitaria o
hipófisis. Segrega hormonas para controlar el resto del sistema
endocrinológico, y también se conecta con el sistema nervioso central a través
de eje hipotálamo - hipofisario.
La hipófisis anterior secreta una serie de
hormonas cuya función es crítica para la regulación del crecimiento,
reproducción y metabolismo como son: Hormona del Crecimiento (GH), Prolactina,
Gonadotrofinas (LH, FSH, CG) y Hormona estimulante del Tiroides (TSH), de la
corteza suprarrenal (ACTH: Adrenocorticitropa) principalmente. La producción y secreción de
estas hormonas está regulada tanto por
una serie de hormonas o factores hipotalámicos como por las hormonas producidas
por las glándulas endocrinas periféricas, produciéndose mecanismos de
retroalimentación.
La hipófisis posterior segrega la hormona antidiurética ADH-Vasopresina
y la Occitocina, de importancia capital en el comportamiento humano, a nivel
del instinto maternal y neutralizante de los instintos primarios.
Por tanto controla todas las funciones superiores
asociadas al sistema nervioso central y
el eje hipotálamo – hipofisario.
Se le denomina el chakra de la buena muerte,
pues es el que se abre a los moribundos.
Dentro del simbolismo cristiano, se asocia al
sacramento de la unción de los enfermos.
Simbolizado por un loto con mil pétalos, de
color blanco o violeta, se localiza en la cabeza, fuera del cuerpo. Su piedra
es el cuarzo transparente.
Está situado en el vértex cefálico, que coincide
con la fontanela mayor, punto de convergencia entre los huesos frontal y los
dos temporales.
Chakra 6, Ajna
Ajna o
Chakra Tercer Ojo o Frontal se relaciona también con la epífisis o glándula
pineal. Está situada en el techo del diencéfalo, entre los tubérculos
cuadrigéminos craneales, en la denominada fosa pineal. Esta glándula se activa
y produce melatonina cuando no hay luz. Mide unos 5 mm de diámetro. Está unida
a través del hipotálamo con la retina, por lo que transforma la percepción
visual, lumínica en secreción hormonal, elemento fundamental del ciclo
circadiano. La melatonina se produce a partir de la serotonina, uno de los más
potentes neuropéptidos, participa en los cambios de ánimo, ritmos de sueño,
humor y sexualidad.
Ajna, el sexto chakra, es el chakra del tiempo, la percepción y luz.
Es el chakra de las potencias del alma, memoria, entendimiento y voluntad. Está
relacionado con la capacidad de visualizar y entender conceptos mentales. Esto
incluye los conceptos del mundo y del universo de la persona, o la forma en que
considera al mundo y las probables respuestas que éste le dará.
Es el chakra de la clarividencia, o sexto
sentido, aquel por el que la persona es capaz de tener precepciones extrasensoriales,
percibir la presencia de espíritus y fenómenos que quedan fuera de la capacidad
fisiológica normal de percepción.
Se le asocia al sacramento del Orden
sacerdotal, en referencia a la vivencia del Amor en su nivel supremo, el agapé,
la entrega a los demás, de modo absoluto.
Su vórtice está situado en medio de la frente,
en un triángulo equilátero formado con las pupilas de los ojos.
Simbolizado por un loto con dos pétalos, de
color índigo.
Chakra 5, Vishudda
Vishudda o
Chakra Garganta o Faríngeo, o simplemente quinto chakra, se relaciona con la
comunicación y el crecimiento; siendo el crecimiento una forma de expresión.
Este chakra se le asocia con la glándula
tiroides, que segrega la tiroxina T4, y la triyodotironina. Ambas, controladas
a su vez por el sistema hipotálamo – hipofisario que segrega la TRF (hipófisis)
y la TSH (el hipotálamo), creándose un feed back negativo estable. El tiroides
regula el metabolismo basal a nivel de la cadena respiratoria, así como regula
el crecimiento.
El quinto chakra es considerado el centro de
los cinco sentidos, del sonido, la vibración y la autoexpresión. Controla las
funciones respiratorias y la piel. Es el dominio de la consciencia que
controla, crea, transmite y recibe las comunicaciones, tanto con nuestra
sabiduría interna como con los demás.
Entre sus atributos figuran el escuchar, el
hablar, el canto, la escritura y todas las artes que tienen que ver con el
sonido y la palabra. De alguna forma, al controlar los sistemas de percepción y
comunicación, es el que regula nuestra relación con el entorno.
Se le asocia con el sacramento católico de la
penitencia o reconciliación, quizás por el efecto que posee de restablecer la
pertenencia con los demás mediante el perdón de las ofensas.
El vórtice está situado debajo de la séptima
vértebra cervical. En la parte frontal, se localiza justamente por debajo del
cartílago tiroideo (nuez de Adán en los varones). Está simbolizado por un loto
con dieciséis pétalos, de color azul.
Chakra 4, Anahata
Anahata o
Chakra Corazón o Cardíaco se relaciona con la emoción, compasión, amor,
equilibrio y bienestar.
Se relaciona con la glándula del timo, que
además de ser parte del sistema endocrino es parte del sistema inmunológico
(síntesis de linfocitos T), responsable de defender el cuerpo ante agentes
patógenos, es decir que causan enfermedades, y stress. Se le atribuye el
control del sistema cardiovascular. Es además responsable del crecimiento y el
desarrollo; de hecho el timo se reduce hasta su mínima expresión al llegar a la
edad adulta, es mucho más grande en los niños.
La apertura de este centro es directamente correlativa
a la merma del ego, pues es el centro a través del cual amamos; a través del
cual fluye la energía de la conexión con toda forma de vida. Cuanto más abierto
está este centro, mayor es nuestra capacidad de amar un círculo de vida cada
vez más amplio.
Cuando este centro se halla en funcionamiento,
nos amamos a nosotros mismos y a nuestros hijos, cónyuges, familiares, animales
domésticos, amigos, vecinos, compatriotas y extranjeros, a todos nuestros
semejantes y a todas las criaturas de la tierra. Se asocia con el sacramento
del matrimonio. En general, este chakra trata del segundo atributo del amor, la
philias, la amistad.
Está localizado a la altura de D6, la parte
más convexidad de la columna dorsal, o línea que une los extremos inferiores de
las escápulas.
Simbolizado por un loto de doce pétalos, de
color verde.
Chakra 3, Manipura
Manipura o
Chakra tres, del plexo solar o Umbilical se relaciona con energía, asimilación
y digestión, y corresponde a los roles de las glándulas adrenales externas o páncreas.
Está localizado en el plexo solar.
El plexo solar es una red densa nerviosa que
rodea a la arteria aorta ventral en el punto de donde salen la arteria mesentérica
y renal, a nivel de la primera vértebra lumbar, detrás del estómago. Procede
especialmente del gran simpático y del nervio vago. En él se combinan las
fibras nerviosas del sistema nervioso simpático y del parasimpático. El plexo
solar contribuye a la inervación de las vísceras intraabdominales.
Este nodo
de comunicaciones del sistema neurovegetativo controla todas las funciones de
las vísceras abdominales y el sistema digestivo y urinario.
Otro centro
importante que se ve afectado por este chakra son las glándulas suprarrenales.
Están constituidas por dos capas, la corteza y la médula.
La médula suprarrenal está compuesta
principalmente por células cromafines productoras de hormonas, adrenalina y
noradrenalina, siendo el principal órgano de conversión del aminoácido tirosina
en catecolaminas, adrenalina y noradrenalina, respectivamente.
La corteza suprarrenal está situada rodeando
la circunferencia de la glándula suprarrenal. Su función es la de regular
varios componentes del metabolismo con la producción de mineralcortidoides y
glucocorticoides que incluyen a la aldosterona (esencial en el control del
sistema renina angiotensina, regulador de la tensión arterial) y cortisol
(regulada por el sistema hipófisis hipotálamo, que segrega el factor CRH y la
hormona ACTH, y con funcionalidad esencial en el metabolismo, síntesis de
aminoácidos, regulación hidroelectrolítica y con alta propiedad antiinflamatoria,
al inhibir la sístesis de prostaglandinas). La corteza suprarrenal también es
un lugar secundario de síntesis de andrógenos.
La repercusión en el comportamiento que tienen
tanto el plexo solar como las adrenales, hace que este chakra está
tradicionalmente relacionado con la autoestima, emociones, reacciones de alarma
(disparo de adrenalina), acción, vitalidad, placer y extroversión, sabiduría
espiritual y conciencia de la universalidad de la vida y del propio sitio
dentro de ella.
Se asocia con el sacramento de la
confirmación, significando el efecto que tiene en la afirmación del “ego”, de
la propia personalidad.
El centro del plexo solar es muy importante en
lo que se refiere a la capacidad de conexión humana. Cuando nace un niño se
mantiene un cordón umbilical etéreo conectado entre él y su madre. Estos cordones representan una conexión humana.
Cuando una persona crea una relación con otro ser humano, crecen cordones entre
sus respectivos chakras del plexo solar. Cuanto más fuerte son las conexiones
entre ambas personas, mayor fuerza y número tendrán esos cordones. En los casos
en que se está terminando la relación, los cordones se van desconectando
lentamente.
El vórtice dorsal está situado en el corte de
la línea que une ambas crestas ilíacas con la columna vertebral, en la vértebra
L1. El ventral queda a la altura del ombligo, o un centímetro por arriba.
Se simboliza por un loto de diez pétalos, de
color amarillo.
Chakra 2, Svadhishthana
Svadhishthana
o Chakra Sacro o Esplénico se relaciona con la sexualidad y la creatividad.
Se relaciona con los testículos o los ovarios,
y los ejes hormonales relacionados, así como con la próstata, pene, trompas de
Falopio, útero y genitales femeninos externos.
Dados los órganos con los que está relacionado,
es fácil suponer que el grado de apertura de este chakra afecta por entero a la
vida sexual, al eros como tercer atributo del amor, ya que estos órganos
producen las hormonas involucradas en la reproducción y por ende, en la libido.
Estamos pues ante el principio del placer, que la naturaleza ha diseñado para
la reproducción de las especies. Estamos ante el principio de creación de la
Vida.
Se le asocia con el sacramento de la
Eucaristía.
Está localizado en el Hara, tres dedos por
debajo del ombligo y tres dedos a su derecha, y el vórtice se coge en el hueso
sacro, vértebra S1.
Está simbolizado por un loto de seis pétalos,
de color naranja.
Chakra 1, Muladhara
Muladhara (raíz)
o Chakra uno, Raíz o Fundamental se
relaciona con el instinto, seguridad, supervivencia y al potencial básico humano.
Se localiza en el periné (la región entre los genitales y el ano). Aunque no
hay una glándula endocrina aquí, se relaciona con las glándulas adrenales internas,
la médula adrenal. En esta región se localiza el músculo pubococcígeno que
causa la eyaculación en el acto sexual. Es la fuerza vital más primaria. Pero
en el modelo de los chakras, no regula ningún órgano.
El desarrollo de éste chacra es un proceso que
dura toda la vida pero es mas intenso su desarrollo en los primeros siete años.
El primer chakra representa nuestras raíces, nuestro cuerpo y nuestra
supervivencia. Es importante tener bien cubiertas las necesidades básica
(alimento, temperatura, cariño etc.) a lo largo del primer año de vida para el
desarrollo del primer chacra, la confianza en el entorno, dependerá de cómo
hayan sido atendidas sus necesidades en su infancia.
Los traumas, abandono, malos tratos,
privaciones o minusvalías perjudican al primer chakra, sufrir estas situaciones
hace que la persona vea el mundo con desconfianza y la vida como una dura carga
donde nada es fácil.
En este chakra 1, reside toda la carga de la
Energía vital, el Kundalini (serpiente enroscada), lo que es la persona, todo
su potencial como ser humano
Según el
Yoga, la técnica Kundalini yoga, trata de despertar y elevar el Kundalini, esta
sutil energía durmiente de forma que se eleve, la serpiente se desenrosque, desde la base de la espina dorsal hasta la
cabeza, activando los diferentes centros de energía (Chacras) y de esta manera
se producen cambios en la conciencia. El kundalini yoga permite al practicante
descubrir todo su potencial humano.
Se le relaciona también con la actividad de
las glándulas suprarrenales, y con todas las hormonas esteroideas, dado que
como el chakra 2, está íntimamente relacionado con la vida sexual.
Se asocia con el Bautismo cristiano.
Está simbolizado por un loto de cuatro
pétalos, de color rojo.
Vórtices de entrada de energía
Cada chakra es un vórtice de energía en
miniatura, girando en el sentido contrario de las agujas del reloj. Cada chakra
tiene dos extremos conectados, uno para la parte frontal del cuerpo y otro para
la espalda. Dependiendo de la salud de la persona y su evolución, la fuerza con
la que "brillan", su apertura y la velocidad de su giro serán de
diferentes maneras. Cuanto más evolucionada esté la persona, más abiertos
estarán sus chakras y más armoniosos serán su giro y brillo. A medida que se
crece se van abriendo de abajo a arriba.
Cuando hay
momentos de fuerte intensidad emocional, el chakra relacionado con la situación
aumenta su actividad respondiendo con sensaciones de hormingueo, zumbido, a
veces incluso dolor. Podría decirse que son vórtices de energía localizados en
el cuerpo asociados a funciones tanto biológicas como mentales y emocionales,
que nos permiten interactuar con la energía del entorno y la energía emocional
tanto de los otros como con la nuestra propia.
Los colores con los que se representan los chakras
están ordenados de la misma manera que los que abarca la percepción humana.
Cabría preguntarse si la correspondencia entre la energía electromagnética que
percibimos como colores, y los diferentes chakras, podría implicar una relación
entre las diferentes energías representadas por ellos y sus efectos sobre el
cuerpo humano. El chakra muladhara representado con el color rojo, está asociado
a los mismos conceptos con los que se asocia el color en áreas tan dispares
como la decoración de interiores y el esoterismo. Podría postularse una asociación
intuitiva entre los efectos de la energía que desprende ese color y cómo la
procesa nuestro cuerpo, en base a un centro de energía que responde a ella a nivel
muy sutil.
Características de cada chakra (Resumen)
Las propiedades asociadas usualmente a cada
chakra incluyen, además los colores del arco iris:
Se podría resumir que, según la cultura
oriental antigua, los chakras cumplen las siguientes funciones.
- Revitalizar cada cuerpo aural o energético y con ello el cuerpo físico.
- Provocar el desarrollo de distintos aspectos de la autoconciencia, pues cada chakra está relacionado con una función psicológica específica; y
- Transmitir energía entre los niveles aurales ya que cada capa progresiva existe en octavas de frecuencia siempre crecientes.
El Aura humana o el octavo chakra[1]
Texto
íntegro de la referencia:
Cuando pasamos del quinto al
sexto chakra estamos más allá de los elementos naturales. Hemos atravesado
todas las transformaciones de nuestra experiencia ordinaria que están
codificadas por la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter. No hay ningún
elemento vinculado a la Tierra asociado a los chakras superiores.
El sexto chakra está situado
en el entrecejo. Se asocia con la glándula pituitaria y se representa con sólo
dos pétalos. Ajna significa "mando" (comandar, dominar, conocer,
obtener maestría sobre algo). Éste es el chakra del dominio. Aquí es donde
alcanzas la integración de la personalidad por encima del dualismo de la
psicología humana. Desde aquí desarrollas el sentido de la intuición para saber
en qué dirección deseas ir. Es aquí donde se juntan los principales canales de
energía ida, pingala y shushumna, donde los tres ríos de tu energía interna se
integran en uno.
Es el chakra asociado con el
tercer ojo, con el cual ves más que con dos ojos. Los dos ojos te dan dimensión
en el mundo normal; el tercer ojo te da la visión, la profundidad y la
dimensión de los mundos sutiles. Su función es ver lo invisible y conocer lo
desconocido. Es el centro de la intuición y de nuestra conexión directa con la
fuente infinita de sabiduría. Es diferente del poder psíquico que usa energía
del tercer chakra y trabaja de él, y por ende, puede ser subjetivo en su
apreciación.
Ya en pleno siglo XIX, se
desarrollan varios experimentos encaminados a demostrar físicamente el aura.
Así en el año 1845, el químico alemán Barón Karl Von. Reichenbauch, publicó un
libro describiendo un experimento sobre el aura, en el que aludía a las
percepciones por él recibidas, procedentes de ciertos tipos de cristales, así
como de los polos de los imanes, llevándolo a cabo con varias personas, las
cuales encontrándose a oscuras en una habitación, visualizaron emanaciones
lumínicas de energía, procedentes de las extremidades de las personas que allí
se encontraban, ocurriendo de forma similar con animales y plantas. Las
emanaciones lumínicas eran de diferentes colores, destacándose el rojo, el
violeta, el naranja, y el verde.
En este chakra adquieres
también la maestría sobre la dualidad de la mente. Los dos pétalos representan
los pro y los contra de cada pensamiento. Cada vez que el intelecto dice
"sí", automáticamente implica "no". Cada vez que te da luz,
te da también oscuridad. Obtener dominio sobre el sexto chakra implica no
dejarse confundir por las polaridades de la vida, saber leer entre las polaridades,
saber leer entre líneas. También la glándula pituitaria asociada con este
chakra tiene dos partes, la pituitaria anterior y la posterior. Cada parte de
esta glándula surge de un área diferente en el embrión. Sus tejidos tienen
origen diferente y sin embargo están asociados. La dualidad, la polaridad y la
dinámica constante representada por los dos pétalos del chakra se refleja en
las estructuras físicas asociadas con él.
Cuando cantamos “Ong”, el
sonido nasal "ng" estimula la cavidad del cráneo, donde descansa la
pituitaria. Cuando el sonido vibra adecuadamente, la activa y desencadena una
serie de actividades que la relacionan con la otra glándula maestra, la pineal.
La glándula pineal está
asociada con el séptimo chakra, también conocido como el Chakra de la
Coronilla, el Loto de Mil Pétalos o la Décima Puerta.
Así como el sexto chakra está
asociado con la luz sutil, el séptimo chakra está asociado con el sonido
cósmico. Ahí, cuando se despierta la percepción, es como si escucharas el ruido
ensordecedor de miles de truenos estallando simultáneamente. Los videntes
antiguos intentaron captar ese sonido en el "gong". Si escuchas el
gong con toda atención, todos tus nervios se estiran hasta su límite. La
percepción del cuerpo y la imagen del cuerpo se disuelven en un flujo de
sinestesia, un complejo de sensaciones provenientes de varios sentidos a la
vez. Ante esa presión, tienes opción soltarte y entregarte a la experiencia o
contraerte y salir de ella.
La apertura del séptimo chakra
tiene una condición clave: la humildad, la entrega, la capacidad de postrarse
ante el Infinito. Por esto, en muchas tradiciones, las personas suelen
inclinarse o postrarse ante la divinidad. El tope de la cabeza se inclina hacia
la tierra y, al hacer este movimiento, la atención, la sangre, la circulación y
el prana se concentran en el séptimo chakra y la persona se siente abierta y
fortalecida.
El Aura es conocida en la tradición de Kundalini Yoga como el octavo chakra.
Imagínatela ascendiendo por encima de tu cuerpo físico, y, mirándolo desde
arriba, viendo una luz radiante que lo rodea con forma de óvalo o círculo. Se
conoce como la fuerza circundante, la fuerza del escudo que rodea a todos los
demás chakras. También tiene la apariencia de un chakra: un círculo o vórtice
de energía, un lugar donde se concentra el flujo de la energía universal.
Cuando esta fuerza circundante es fuerte, automáticamente filtras cualquier
influencia negativa. Cuando es débil, eres vulnerable a todo lo que pasa cerca
de ti. Un aura fuerte hace que todos los demás chakras funcionen mejor.
También se relaciona con la
integridad de tu campo electromagnético Este campo circundante aparece como el
aura y se percibe redondo y simétrico cuando tienes buena salud. Cuando estas
enfermo se contrae y tiene bolsas y es menos radiante. En general cambia de
color, intensidad y tamaño dependiendo del estado físico general y de los
pensamientos y sentimientos.
La sensación que se percibe a
través de este campo es la de estar conectado. La persona se entrelaza con el
universo entero. El alma siente inmensa dicha al asociarse y residir en el
cuarto chakra o en el aura, se afirma en la sensación de equilibrio y compasión
cuando llega al cuarto chakra y descubre la amplitud y la realidad impersonal
en el aura.
El aura no se asocia con
ningún elemento sólo con el sentido o la sensación del Ser. Establece tu campo
de dominio y lo proyecta en todos los lugares con tu presencia. Cuando ese
campo circundante es fuerte y los demás chakras están alineados y funcionando
bien, tu sola presencia actúa y dirige muchas de las fuerzas del universo para
satisfacer tus deseos y necesidades.
El Aura es la fuente
energética que todos poseemos desde el día de nacimiento, y nos acompaña hasta
el descanso eterno, se llama: aura.
Los estudiosos han visto a través de sus estudios todo lo referente a manifestaciones psicológicas, es decir, reconocen las radiaciones a que se dirigen en distintos sectores del cuerpo humano formando un campo magnético que se relaciona con lo biológico, la mente y, por supuesto con el funcionamiento de nuestras glándulas endocrinas y los cincos sentidos.
En parapsicología se considera el AURA, algo más de lo indicado, puesto que, el misterio de tales radiaciones que salen de las células del nuestro cuerpo es algo que atrae, fascina, ilumina, condiciona hasta el punto de envolverte en un poder mágico. Nadie puede negar que Aura y celebridad no tengan nada en común, y nadie puede comprar un pedazo de Aura, en ningún mercado del mundo, si ésa no se posee como herencia personal. Políticos, actores, actrices, gente de negocio, de comercio pueden trabajar mucho sin alcanzar metas anheladas, sólo por no tener un campo magnético atractivo que le permita abrir puertas más fácil, mientras, una persona del pueblo, analfabeta, sin darse cuenta, posee un carisma aurético tan atractivo, que puede hasta representar una fuerza social y ganar condiciones a favor de su mismo futuro.
En el 1939 el descubridor del campo magnético humano, fue el ruso KIRLIAN, que trabajaba en un laboratorio electro terapéutico, cuando vio centellas eléctricas sobre la piel de un paciente; su genial idea fue de fijar sobre una placa fotográfica este experimento (Cámara Kirlian). Desde entonces se tiene la evidencia del campo magnético alrededor del cuerpo humano.
Los estudiosos han visto a través de sus estudios todo lo referente a manifestaciones psicológicas, es decir, reconocen las radiaciones a que se dirigen en distintos sectores del cuerpo humano formando un campo magnético que se relaciona con lo biológico, la mente y, por supuesto con el funcionamiento de nuestras glándulas endocrinas y los cincos sentidos.
En parapsicología se considera el AURA, algo más de lo indicado, puesto que, el misterio de tales radiaciones que salen de las células del nuestro cuerpo es algo que atrae, fascina, ilumina, condiciona hasta el punto de envolverte en un poder mágico. Nadie puede negar que Aura y celebridad no tengan nada en común, y nadie puede comprar un pedazo de Aura, en ningún mercado del mundo, si ésa no se posee como herencia personal. Políticos, actores, actrices, gente de negocio, de comercio pueden trabajar mucho sin alcanzar metas anheladas, sólo por no tener un campo magnético atractivo que le permita abrir puertas más fácil, mientras, una persona del pueblo, analfabeta, sin darse cuenta, posee un carisma aurético tan atractivo, que puede hasta representar una fuerza social y ganar condiciones a favor de su mismo futuro.
En el 1939 el descubridor del campo magnético humano, fue el ruso KIRLIAN, que trabajaba en un laboratorio electro terapéutico, cuando vio centellas eléctricas sobre la piel de un paciente; su genial idea fue de fijar sobre una placa fotográfica este experimento (Cámara Kirlian). Desde entonces se tiene la evidencia del campo magnético alrededor del cuerpo humano.
Más tarde los estudios
llegaron a concluir que, la falta de fuerza de los laberintos luminosos, según
su compatibilidad del circulo aurético, hacen que el sujeto, sufra una grave
enfermedad o se encuentre en estado de fuerte depresión nerviosa.
Las ciencias ocultas han siempre puesto a trabajar profesionales de todas las esferas sociales, y desde siempre nunca ha llegado a resultados de reciproco entendimiento. Nadie puede desmentir que cuando se habla de ojos magnéticos o de persona fuertemente atractiva, estamos hablando de un sujeto solar, radiante, que posee un Aura intuitiva, comunicativa, expresiva, convincente, y es cierto, existen distintas clases auréticas: la intuitiva, cromática (de colores) curativa, cinematográfica, vegetal ( plantas, flores), animales y minerales.
El Aura intuitiva encierra un sí tan números de hechos buenos y malos que no necesita ningún adivino, o don particular, que determine el porqué de una idea brillante, de un resultado extraordinario del éxito de una empresa o del fracaso de una inversión. Estas evidencias que nuestro consciente tiene escondidas, nuestro subconsciente le libera en forma de símbolos, para que el humano sepa evaluar su intuición, y a precaverse por el futuro.
Los colores en parapsicología se llaman "los colores del alma", yo les defino: la expresión energética del momento. No acaso cuando no tenemos gana de nada, o nos han mortificado seriamente, yo no sé definir de que color es nuestra Aura. Un amigo contestó un día que el color de su Aura en aquel día debía ser negro, tan mal estaba. Por cierto los colores tienen gran importancia en nuestra existencia, y expresan particular estado de animo del momento que estamos viviendo.
Los colores vivos denotan:
acción, energía, decisión, y también; violencia agresión insatisfacción.
Los colores pasteles: sensibilidad,
ternura, indecisión, persona que conduce vida retirada, soñadores.
Los colores mixtos: pertenecen
a personas que se adaptan fácilmente a situaciones de vida particular, o
sobreviven en condiciones sociales difíciles.
El viaje a lo simbólico, o al interior de nosotros mismos
El desarrollo, la evolución personal del ser
humano está muy condicionada por la educación. A esto se le denomina el “poder
tribal”. Según este poder, las enseñanzas que la persona recibe de una
civilización como la occidental es eminentemente pragmática. Existe lo que ven
mis ojos y escuchan mis oídos. Todo lo demás forma parte de la especulación y desde
un calificativo despectivo, de la superstición y superchería. Como contrapunto,
las religiones tratan de imprimir en la persona el componente espiritual, pero
basándolo fundamentalmente en creencias y tradiciones, donde la persona es un
elemento de una comunidad que camina solidariamente, regida por un conjunto muy
definido de normas y de principios doctrinales, más allá de los cuales está “lo
desconocido”, que además es un terreno muy peligroso, que más vale no intentar
explorar a riesgo de correr el riesgo cierto de perderse para siempre.
Los indios toltecas describen muy bien esta
realidad, denominando al poder tribal como “el sueño de la familia, la
comunidad y en definitiva, el sueño del planeta”.[2]
Antes de alcanzar el uso de razón, nuestros
circuitos energéticos ya están conectados con las creencias.
Estas creencias activan el chakra 1, y la
serpiente comienza a desenroscarse por el chakra 2 y 3, que son eminentemente
tangibles, somáticos. El chakra 1 aporta los fundamentos de la familia. El chakra
2 aporta la motivación personal para el desarrollo sexual, económico y material. El chakra 3 refuerza la autoestima.
El poder tribal se desarrolló plenamente en la
Era de Aries (2000ac a comienzo Era cristiana).
Con el despertar de la inteligencia, la persona
comienza a desarrollar su poder individual. El poder individual se desarrolló
en la Era de Piscis, y está a cargo, preferentemente de los chakras 4, 5 y 6.
El chakra 4 desarrolla la capacidad de amar, la amistad, la afectividad. El
chakra 5 la capacidad de elegir y el chakra 6 nos abre la puerta de la
clarividencia, de poder ver más allá de lo que nos permiten nuestros ojos
físicos, de usar nuestro tercer ojo.
Con el desarrollo de los chakras básicos (1, 2
y 3), desarrollamos la percepción del mundo exterior. Con los chakras 4. 5 y 6,
comenzamos a adentrarnos en nuestro mundo interior, a conocernos como
individuos, a emerger del exclusivo plano físico y preferentemente pragmático.
Con el pleno desarrollo del chakra 6 y con el
desarrollo del chakra 7 se activa la capacidad de aprender a contemplar la vida
a través de la visión simbólica.
Comenzamos a salir de la mentalidad tribal y
adquirir poder individual y simbólico, cuando empezamos a plantearnos preguntas de tipo trascendente. Supone un
serio cambio de criterio sobre nosotros y nuestra existencia. Es pasar de marcarnos
como objetivo en la vida una buena posición social y económica a serlo nuestro
crecimiento espiritual y nuestra capacidad de amar. Es un cambio absoluto de
paradigma.[3]
Salir de la mentalidad tribal, reconociendo el
valor y las cualidades que nos aporta, es siempre taumático, porque de alguna
forma nos obliga a romper lazos de unidad. Es una forma de decir que hemos de
superar los límites que la tribu nos impone, para adentrarnos en ese territorio
ignoto del que ella avisa, está lleno de peligros. Es una medida disuasoria,
cuya función es atemorizar, a fin de que la grey no se disperse y la tribu no
se descomponga.
El ejemplo más claro del paso de la mentalidad
tribal a la mentalidad individual es la siempre dolorosa separación del hijo
del seno de su familia. Hasta entonces, la familia unida, padres e hijos
formaban una unidad, y los niños tenían prohibido aventurarse a ir por ahí
solos, y mucho menos atreverse a emanciparse a edad temprana. Sin embargo la
llamada de la Naturaleza les impulsa a, una vez alcanzado cierto grado de
madurez personal y capacidad de autonomía económica, salir de casa para vivir
su vida, incluso para formar una nueva familia.
La tribu tiende a tratar a sus miembros
subestimando su capacidad de autonomía. Pero el proceso es inevitable, a no ser
que el individuo se resigne a ser permanentemente un niño desde el punto de
vista espiritual.
Todos llegamos un momento en el que nos
sentimos incómodos en la situación en la que hemos vivido toda la vida, como el
joven ya adulto siente que debe comenzar a vivir su vida, separándose de sus
padres, que comienzan a suponer más un freno en su desarrollo que un impulso.
Es así que nos vemos impulsado a realizar una investigación personal, a crecer
por nosotros mismos, a salir de nuestro pueblo para conocer otros paisajes,
otras tierras.
Para eso tenemos que vencer no pocos miedos
(que no tendríamos si viviésemos arropados por las faldas de nuestra madre). Y
uno de los miedos es la soledad. Porque este es un camino que hemos de recorrer
solos.
El camino se denomina “expansión de la
consciencia”.
Consiste en ser conscientes de que todos somos
uno con el Todo, y que todos formamos parte de un potente sistema energético.
Vivir cimentados en creencias aprendidas nos
impide descubrir nuestro propio ser, dado que todo lo que tenemos nos ha sido
implantado por la tribu, que se erige en nuestra Madre, nuestra santa madre,
cuyo magisterio y autoridad no podemos poner en duda a riesgo de provocar un
cisma personal con ella.
Tomar conciencia supone ser conscientes del
poder de nuestro pensamiento, de nuestro poder de elección entre lo bueno y lo
malo. Este poder es impresionante, y Occidente hace poco que se ha comenzado a
dar cuenta de ello, porque ha vivido durante siglo focalizado en el desarrollo
de los chakras inferiores. A todo esto, con ello han desarrollado la
civilización tecnológica que tenemos, con sus luces y sus sombras.
Sumidos en la disciplina tribal, nuestra
capacidad de elección está muy limitada, pues todo está codificado bajo una
estricta doctrina.
Explorar el poder individual supone toda una
aventura, la de adentrarnos en nuestra vida interior.
Al introducirnos por los senderos de la Vida
Interior, descubrimos las conexiones energéticas que tenemos con los demás,
evidenciamos que todos formamos parte de una gran Unidad en Aquel que nos ha
dado la vida. Comenzamos realmente nuestro camino de regreso a Dios.
También descubrimos, somos conscientes de que
toda virtud tiene su lado oscuro, su fuerza antagónica. Es la ley de las
fuerzas antagónicas, gracias a la cual, el Universo se halla en un estado de
equilibrio estable, y en las fases de crecimiento o involución, estas están
amortiguadas mediante los sistemas de control que la propia naturaleza imprime
a ambas fuerzas. Estas son las bipolaridades de Piscis, que ya refleja el
profeta Isaías (Is 45.7)
Aprendemos también algo que es intuitivo, que
cada decisión elimina de raíz cualquier otra oportunidad alternativa. Es el
dilema coste de oportunidad. Toda decisión (oportunidad aceptada) supone el
coste de dejar pasar las otras alternativas desestimadas.
Cada paso que damos en este sentido es
duramente criticado por la tribu, que nos considera unos insensatos, al
prescindir de las seguridades que la tribu nos aporta; de modo que tratará una
y otra vez de disuadirnos en nuestra locura de explorar por nosotros mismos, ¡¡
nada menos que nuestro propio interior ¡!
Adentrarse en uno mismo es como sumergirse en
un lago profundo. La mayoría de la gente prefiere estar en la superficie y
tener a la vista la orilla que representa la tribu.
Sin embargo, el viaje a nosotros mismos
comienza en muchas ocasiones sin que nosotros nos demos cuenta.
Hay señales que se hacen evidentes. Caroline
Myss las enumera de la siguiente forma.
1.- Incomodidad en el medio habitual en el que
vivimos.
2.- No saber por qué, pero sentirnos
deprimidos o agotados.
3.- Sensación profunda de soledad.
4.- Certeza de que algo (no sabemos qué) ha
cambiado en nosotros.
5.- Creciente curiosidad por conocer otras
formas de ver la vida y de afrontar los problemas.
6.- Aparición de nuevas dotes o habilidades,
tales como la capacidad de sanar, de dar consejo, de percepción de la realidad,
mayor sensibilidad hacia la energía de las otras personas. Mejora sustancial de
la intuición.
7.- Cambio en nuestra relación con el tiempo,
esto es, pasar del tiempo lineal de la tribu (niñez – edad adulta – vejez), al
tiempo relativo marcado por nuestra capacidad de aprender y de evolucionar.
8.- Aumento de sensibilidad a ciertos
alimentos. Pueden aparecer alergias, o nuevas alergias.
9.- Creciente curiosidad por el propio
crecimiento personal.
10.- Sensación de nueva identidad, deseo de
cambiar de forma de vivir.
11.- Nueva sensación de libertad.
12.- Necesidad de estar más en contacto con la
Naturaleza.
13.- Querer estar más tiempo solo.
14.- Infinito aburrimiento por todo aquello
que antes me llamaba la atención.
15.- Desarrollo de una enfermedad rebelde a
los tratamientos convencionales de la Medicina alopática.
Estos desafíos se han denominado
tradicionalmente como “la travesía del desierto”, o “la noche oscura del alma”.
Ciertamente se sufre en este estado, pero una
vez pasado un límite en el camino de interiorización, se siente que no hay
vuelta atrás, y se acepta el dolor y el sufrimiento que requiere el proceso de
aprendizaje por un lado y de “desaprendizaje” por otro. Esto es importante,
porque como afirma Dee Hock, el creador del sistema Visa de tarjetas de
crédito, es imposible adoptar un nuevo modelo mental si antes no se ha sabido
deshacerse del antiguo. En este sentido, una de las tareas más desagradables
que requiere el camino de la vida interior es el desmontaje de todos los mitos
y creencias, la mayoría de ellas irracionales, que nos inculcaron de pequeños;
separar el trigo esencial de la paja accesoria.
La enfermedad como vehículo de transformación
Para Caroline Myss, la enfermedad es a veces
el medio por el que descubrimos el poder de nuestra mente y nuestro espíritu. A
veces la enfermedad es la respuesta a nuestras plegarias, donde descubrimos
nuestros auténticos dotes de sanación propia a para los demás.
La enfermedad es una invitación a descubrir
nuestro nivel superior de consciencia. Puede y debe ser considerada una
experiencia de transformación. Nos obliga prestar atención a nuestro proceso de
curación. Esto supone a veces un cambio radical de vida y una oportunidad única
de profundizar en nosotros mismos. Activa el potencial de sanar.
La enfermedad nos obliga a dejar de ocuparnos
exclusivamente de nuestros asuntos y negocios de la vida cotidiana, para
prestarnos obligadamente atención a nosotros mismos. En este sentido, frente a
la Medicina científica, que pretende actuar tan sólo desde el plano físico y
bioquímico, al margen del estado anímico del paciente, la Medicina alternativa
requiere la plena participación de la persona en el proceso de curación.
El papel de la religión…, pues depende. En
general la práctica religiosa convencional, apenas aporta valor al proceso de
sanación, en tanto se limita tan sólo al cumplimiento de ritos y participación
en ceremonias, tales como la misa dominical. Por otra parte, el sentimiento
profundamente inculcado de ser grandes pecadores hace que en muchas ocasiones
la persona perciba la enfermedad como un castigo merecido de Dios a su
perversidad y vida de pecado. Sin embargo, la sola posibilidad de ver a Dios
con otros ojos, con una nueva espiritualidad, alejada de mitos y tabúes genera
una sinergia con la enfermedad que puede ser explosiva de vida, valor y coraje.
No sé por qué la Iglesia católica no considera estas cosas.
Cuando uno es capaz de liberarse del peso
infundado del pecado, puede comprender que la enfermedad (aún grave o severa)
es el medio escogido por Dios para efectuar un parón en la vida, para iniciar
el camino de regreso a casa.
La enfermedad física puede ser el medio que
Dios emplea para sanarnos el alma, con independencia de que el cuadro remita o
no. Todo depende del valor simbólico que demos a la enfermedad que padezcamos.
Es todo cuestión de actitud interior ante la adversidad. Pasar de víctima a
protagonista del destino.
Las crisis vitales
Una crisis vital es el segundo de los medios
que Dios emplea para conseguir apearnos del burro.
La tribu nos enseña lo que tenemos que desear,
a lo que tenemos que aspirar, nos da la vida resuelta, prácticamente. Si no nos
salimos del carril no hay nada que temer.
“Peero”…
Esto tiene un precio, nuestra propia libertad
individual. Nuestra propia capacidad de elección queda anulada dentro del corsé
dogmático y normativo que nos impone la tribu. De hecho, si uno piensa bien, lo
que se denomina “libre albedrío” es una quimera auténtica, dado que desde que
nos levantamos hasta que nos acostamos muy pocos actos realizamos desde nuestra
propia libertad.
Esto nos obliga, en el extremo, a tener que
enfrentarnos más tarde o más temprano a dar “el salto de fe” entre lo que se
nos ha enseñado que tenemos que desear y lo que realmente aspiramos, lo que
sale de nuestro interior, de nuestros propios chakras. Esto supone una crisis
vital hasta que conseguimos resolverla, optando por lo que realmente queremos,
que habitualmente quebranta las normas accesorias de la tribu. Aunque no su
esencia.
Sucede que seguir el sendero de lo que
realmente queremos genera una potente energía personal habitualmente calificada
como “motivación”. Esta es una de las mayores fuentes de poder y energía
conocidas. Puede realmente mover montañas.
Cuando de repente sentimos que tal y como
hemos vivido hasta ahora deja de motivarnos para levantarnos por las mañanas,
eso significa que el entorno ha cesado de aportarnos esa energía que precisamos
para desarrollarnos como persona. El cambio asusta hasta obligarnos por miedo a
socavar el proceso, a detenernos.
Los cambios en la vida emocional afectan
profundamente a nuestra biología, siendo en el lado negativo la causa de no
pocos procesos patológicos. La Medicina habla de órganos diana donde
focalizamos todo nuestro estrés y sufrimiento.
La superación de las crisis personales nos
abre el camino hacia el poder individual, dado que en la mayoría de las
ocasiones, su superación radica en romper las ligaduras externas que nos
mantenían unidos a los designios de la tribu, en tanto esta, la tribu, no sepa
ver más allá de lo accesorio.
Del poder tribal al poder personal
Una vez cruzado este umbral, la persona se
adentra en el proceso de la Sabiduría de la experiencia, que no acaba nunca. Es
el reino de la autoestima, de la capacidad de Amar plenamente, en sus tres
atributos, eros, philias y agapé.
El poder personal tiene sus propias
prioridades. Uno se da cuenta de que se enfrenta a desafíos jamás imaginados.
Se ha activado un potencial interior que hasta ahora estaba aletargado.
Se empieza por comprender la importancia de
amarnos a nosotros mismos, indispensable para amar a los demás.
El amor a lo propio puede confundirse con el
egoísmo y el narcisismo. Esto viene del error de confundirnos entre nuestro
“yo” cotidiano y nuestro “Yo Real”. El ego es una fábrica de nuestro
pensamiento, es la armadura que nos hemos visto obligado a ponernos para
sobrevivir en este mundo. Es tan consustancial con nosotros que al vernos al
espejo, creemos que la imagen que proyectamos somos nosotros. Nuestro Yo real
duerme plácidamente en el octavo chakra, mientras nuestra mente se fabrica sus
fantasías para, más o menos, trampear en este mundo, creyéndose que es lo que
tiene montado.
Del poder personal al poder simbólico
La toma de conciencia de nosotros mismos nos
abre la puerta al octavo chakra, y con ella al más elevado nivel de la persona,
al nivel más profundo de percepción.
Pasamos del estado de percepción racional,
positivo, al estado contemplativo, que nos permite ver más allá del significado
físico de los acontecimientos. Los místicos lo describen como más real que lo físico,
más poderoso que lo tangible. De hecho, cuando la persona asciende al estado
contemplativo se da cuenta de que este mundo real es simplemente una ensoñación
transitoria.
La consciencia simbólica nos une literalmente
a Dios, nos conduce a la séptima morada del castillo interior descrito por
Santa teresa, o la cumbre del monte Carmelo de San Juan de la Cruz.
n combinación con el
poder tribal (que no por haberlo superado hay que despreciarlo, pues gracias a
él, hemos podido aprender a enfrentarnos a los desafíos de la vida), e
individual, la mente simbólica (la consciencia) permite interpretar los desafíos negativos y positivos de la vida, para comprender
que “está sucediendo lo que tiene que ser”,
que “estamos en buenas manos”, que ya no somos nosotros, es Dios quien habita
nuestro interior y somos Uno con Él.
Esta es, literalmente, la
invitación de Jesús al joven rico, a dejar todas sus riquezas (lo que él había
atesorado a fuerza de discursos), para ceder los mandos de su vida a Él,
abrazar sus cruces (sus circunstancias positivas y negativas) y seguirle…
“hágase tu voluntad”.
Pero el joven rico tuvo
miedo de perder todo lo que había conseguido con su esfuerzo…
Alcanzar el poder simbólico, darle a la vida y sus
acontecimientos un significado más allá de las propias cosas, para asimilarlos a la propia Voluntad de Dios, significa
habitar nuestro Yo Real y profundo, en unión don el Creador, Redentor y Salvador
nuestro.
Silencio
Al estado contemplativo, no se puede llegar
con el ruido del pensamiento. Llegados a este nivel, la mente se convierte en
un estorbo.
Generalmente la oración suele estar basada en
una conversación, tipo monólogo entre el alma y Dios. El alma pide, implora,
expresa, le cuenta a dios sus cuitas y sus anhelos.
Pero habitualmente Dios permanece callado,
porque sencillamente no le dejamos hablar. Es como si nos encontramos a un
amigo y estamos todo el tiempo hablando, y no le dejamos ni que nos diga buenos
días, porque continuamente estamos hablando.
A veces nos enerva no recibir respuesta de
Dios alguna. Y es que la cuestión no está en que Dios nos hable como en los
pasajes de la Biblia, mediante una potente voz que en nuestro idioma nos dice
qué hemos de hacer.
El idioma que Dios emplea para comunicarse con
nosotros es el de los símbolos que representan todos y cada uno de los
acontecimientos de la vida. La preciosa frase anónima “si pones a Dios en todo
lo que haces, le encontrarás en todo lo que acontece”, refleja perfectamente cuál
es el lenguaje que Dios emplea para comunicarse con nosotros.
Caroline Myss dice que en el proceso de
sanación, lo importante no es que la enfermedad remita, sino que nuestro
espíritu sepa comprender lo que significa, el sentido que tiene, lo que esté
sucediendo en nosotros, tanto si es la remisión de la enfermedad como su
avance, incluso hasta una situación terminal y muerte.
La gran dificultad que tenemos en el progreso
espiritual es saber comprender, darnos cuenta, de que Dios se manifiesta
continuamente en nuestra vida, pero lo hace de forma muy sutil, en parábolas,
como Jesús explicaba el Reino de los Cielos.
Si sabemos ver cómo todo lo que sucede resulta
ser una expresa manifestación de la voluntad de Dios, no volveremos a hacernos
la absurda pregunta de cómo Dios permite el mal en el mundo. Y si sabemos ver
cómo nosotros somos el soporte físico de Dios en el mundo, comprenderemos la
importancia capital que nuestra vida tiene para Dios, pues somos el soporte de
su Resurrección.
“Si dos
o más os reunís en mi nombre, allí estoy yo en medio de vosotros” [4],
significa que si dos o más somos conscientes que Él habita en nosotros, Él está
en medio de nosotros. Este es el verdadero sentido de la Resurrección.
Vivir en este estado supone tener todos
nuestros chakras abiertos a la Energía universal, la fuerza vital del Universo,
la que todo ser vivo necesita para expandir sus funciones vitales y vivir en
plenitud. Se denomina Energía Universal a Todo lo que Es. Es una forma de
nombrar genéricamente a Dios, sin acepción de confesión religiosa alguna, para
demostrar, lo que decían los versos vedas, “Uno
sólo existe, que los sabios llaman con diferentes nombres”
Después de haber analizado desde el punto de
vista de las ciencias positivas la Energía cósmica, cuando se llega a través
del silencio interior al territorio del lenguaje simbólico, superada ya la
actividad racional del pensamiento, todo se ve con más claridad, pues la
académica separación entre lo físico y lo espiritual empieza a carecer de
sentido.
Cuando el sonido de un ruiseñor te habla de
Dios; cuando la rompiente de las olas te habla de Dios; cuando la suave caída
de las hojas de los árboles en otoño te habla de Dios; cuando la muerte de tu
madre te habla de Dios; cuando la felicidad de tu hija enamorada te habla de
Dios; cuando la victoria de tu equipo de futbol te habla de Dios; cuando el
cáncer de tu esposo te habla también de Dios, y cuando los dramas que ves por
los medios de comunicación también son capaces de hablarte de Dios; cuando Dios
te habla a través de todo lo que sucede, has comenzado a entender el idioma y
la lógica de Dios.
Entonces comprendes la inagotable fuente de
Energía que tienes a tu disposición para volcar todo tu amor, el que recibes de
Dios, a los demás.
No creo que haya que contar mucho más sobre la
esencia de la Energía Universal. Hay que comenzar a experimentarla.
Pero para ello, nuestro pensamiento tiene que
callar. Hemos de aprender a hacer silencio interior.
La forma más sencilla de aprender a callar la
mente y abrir el alma al infinito es mediante la meditación.
Meditar
En el curso de Energía que nos impartió
Marino, practicamos este sencillo ejercicio, como forma de poder hacer silencio
interior, ponernos a la escucha y en disposición de recibir los mensajes del
Eterno, la Energía que viene de Él, que es Él.
Es un sencillo ejercicio de relajación física
y mental por medio de la respiración en ausencia de todo pensamiento. Se hace
en tres fases, la primera con los ojos abiertos, y tres respiraciones profundas,
para indicarle a la mente que se esté un ratito callada, sin dar el coñazo.
La segunda fase supone cerrar los ojos y
permanecer en silencio y relajado entre diez y treinta minutos máximo.
La tercera fase supone abrir los ojos,
comprobar que ha transcurrido el tiempo estimado, respirar de nuevo tres veces
profundamente, y salir de la meditación.
La cuestión es no pretender nada, es perder el
tiempo, no hacer nada, no pensar en nada, no forzar, dejar pasar plácidamente
el tiempo.
El silencio es la respiración del alma.
De esta forma, nuestro ser se habrá recargado
de Energía, que debemos transmitir a los demás en nuestro trato diario. La
práctica de la meditación conduce inexorablemente a la apertura de nuestros
chakras superiores, el séptimo, al Infinito, hasta ser plenamente conscientes
de que somos Uno con Él.
Cada cual, según la religión que profese lo
traduce a los términos que refiere la doctrina de su fe, los orientales de una
forma, los cristianos de otra, pero en esencia todos participamos del mismo
proceso sanador y de crecimiento espiritual. Sada cual que tenga y practique su
fe. Al final la Fe Universal es única para todo el género humano.
La Medicina de la Energía
Los dos cursos con Marino nos enseñaron a
aplicar todo este manantial de vida y energía para ayudar a los demás.
El asunto consiste en convertirnos nosotros en
canales transmisores de la energía que recibimos de lo alto mediante la
meditación, para ayudar a sanar a otras personas.
Esto supone la práctica de métodos
alternativos a los de la Medicina alopática convencional. Básicamente consiste
en sesiones de aplicación de las manos en aquellos chakras por donde se
introduce la Energía, para poder abrirlos y que esta Energía fluya y produzca
el efecto vivificante en aquellos órganos y sistemas del organismo que están
enfermos.
Hemos descubierto Paloma y yo todo un mundo de
posibilidades, donde se entrelazan los aspectos físicos con los espirituales,
donde descubres el poder tremendo que tiene el pensamiento y la voluntad de
amar, en los demás.
Como afirma Masaru Emoto, autor del libro “Los
mensajes del agua”, si el pensamiento puede hacer “esas cosas” sobre el agua,
qué no podrá hacer sobre nosotros.
Efectivamente, la capacidad de curación o
enfermar que tiene el pensamiento es asombrosa. Caroline Myss lo ratifica una y
otra vez en su libro “La medicina de la Energía”. Y lo estamos pudiendo
comprobar nosotros mismos. Hemos realizado los dos primeros niveles del curso.
Nos falta el nivel III, que tenemos intención de hacerlo en cuanto podamos,
pasado el tiempo prudencial de seis meses. Y quien sabe, si después el método
Silva o el Reiky.
Para mí, médico de profesión, todas estas
cosas pueden parecerme cosa de superstición. Pero, primero las respeto
profundamente, porque proceden de una cultura milenaria, segundo, es efectiva y
realmente tiene capacidad de curación, y tercero, sé que hay algo más que la
pura bioquímica y fisiología en el proceso salud – enfermedad. Y cuarto, y no
menos importante, sé que la Medicina científica está tocando fondo, y necesita
urgentemente un cambio casi total de paradigma. El camino de la
subespecialización está convirtiendo los profesionales médicos en técnicos de
detalle, incapaces de ver más allá de su ámbito de conocimiento. Me decía un
compañero neurólogo, que ya no hay neurólogos generales, sino que se han
subespecializado en epilepsias, facomatosis, vasculitis, patología del tronco
encefálico, etc. No quiero pensar qué va a ser de la Medicina cuando no quede
nadie que sepa ver a un enfermo como persona en su totalidad. A parte de
convertirse en una carga para los Estados, astronómicamente cara, lo será tanto
como inútil.
La conclusión a este tremendo y aterrador
escenario va a ser la eclosión de la Medicina alternativa en sus múltiples
ramas.
Los médicos no deberíamos tomarnos a risa los
chakras y la Energía que a su través fluye, porque puede que sea la salvación
de una Medicina que está llegando a un límite crítico de viabilidad, tanto
económica como científica.
Más vale hacer sinergia y buscar un nuevo
paradigma que tome las potencialidades que ofrecen todas las ramas del arte y
ciencia de sanar a la persona en su totalidad. *
[1]
http://www.tarotistas.com/secciones/esoterismo/Los_Chakras_y_el_aura
[2] Miguel Ruiz. Los cuatro acuerdos
[3] Caroline Myss. La medicina de la Energía.
Ediciones BSA. BarcelonA 2007
[4] (Mt 18. 20)
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