Bienvenida

Hola, amig@.
Este es un blog dedicado a los caminos del ser humano hacia Dios. Soy cristiano, pero no pretendo dar una visión exclusivamente cristiana de estos temas.
Tampoco, y esto es muy importante, deseo que nadie tome lo que escribo como temas doctrinales. No imparto cátedra, líbreme Dios de algo que sólo está adjudicado a los sabios doctores con autoridad para impartir doctrina.
Lo mío es mi experiencia de vida y pensamiento, y lógicamente, puedo estar equivocado.
Dicho esto, y sin intención de cambiarle los esquemas a nadie, la pregunta que debes hacerte si quieres encontrar algo interesante en este blog es la siguiente:
"Si tengo y siento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
"Si no tengo o no experimento a Dios en mi vida, lo demás carece de importancia"
Si esta declaración va contigo, entonces, bienvenido seas.
Si no te dice nada, échale no obstante un vistazo; mal no creo que te haga, aunque sí puede que te haga rascarte la cabeza y plantearte cuestiones acaso "religiosamente incorrectas". Sobre todo ve a la entrada 19.- sitúate en el umbral
En cualquier caso, que la Paz esté contigo.
El título de blog "Todos los santos de Dios", afirma un convencimiento personal de que "todos los santos de Dios son todas aquellas personas de buena voluntad y sincero corazón, para los que Dios tiene sentido en su vida, aunque sean pecadores, aunque caigan una y otra vez, aunque incluso sean "ovejas perdidas de Dios", pero sienten algo dentro de sí que no saben lo que es, pero buscan el Camino de Regreso a Casa, con independencia de raza, nación y religión que pudieran profesar. Incluso aunque digan no creer. Si aman, y creen en la verdad, con todos sus defectos, forman la gran comunidad de Todos los Santos de Dios. Una Comunidad para los que Jesús de Nazareth vivió, murió y resucitó, aunque ni lo sepan, e incluso, ni lo crean.
Ya empezamos mal, desde el punto de vista doctrinal católico, pero no creo que esto a Dios le importe demasiado.

Si es la primera vez que entras, abre primero de todo la página "¿Quienes somos?, creo que te sorprenderás.
Luego consulta la página "Presentación del blog"
Y para navegar por las entradas de la página principal, vete mejos a la página "Índice", porque así encontrarás las entradas por orden de incorporación al blog.

Si, por otro lado, te interesa el pensamiento sistémico, te invito a que pases también a ver mi nuevo blog "HORIZONTE TEMPORAL", una visión sistémica del mundo para imaginar algo más allá de lo que pueden percibir nuestros sentidos.
Va de temas de aquí abajo, y de cómo plantearnos una forma holística de comprender los problemas que nos abruman en este mundo.

Correspondencia: alfonsoypaloma@gmail.com

sábado, 30 de octubre de 2010

31.- Fiat homo: puertas de emergencia


Cuando uno se encuentra en un habitáculo en el que se encuentra incómodo, siente claustrofobia o percibe una situación de peligro, trata de encontrar una puerta por donde salir al mundo exterior, bien para respirar aire puro, huir del peligro, o para dejar de experimentar esa desagradable sensación de ahogo. Cuando nos subimos a un avión, la tripulación, antes de despegar, nos recuerda dónde están situadas las puertas de salida, para, en caso de una toma de emergencia, poder abandonar la aeronave lo más rápidamente posible.

El Confinador puede llegar a oprimirnos tanto, con los problemas cotidianos de la vida, económicos, personales, sociales, familiares, etc., que a veces nos gustaría escaparnos hacia espacios abiertos, distraernos, tomar unas vacaciones, que en el fondo, las vacaciones, son un necesario intento de escapar del ahogo cotidiano que la vida de todos los días.

En nuestro instintivo intento de escapar, o al menos de liberar presión, nos hemos montado una serie de puertas de escape, a las que acudimos, a veces para tratar de escapar, o para en el fondo, sentirnos más cómodos aquí dentro.
Fidel Delgado plantea que habitualmente la vida nos ofrece seis puertas de emergencia de nuestro símil de Confinador.

Sería algo así como en un avión, que es nuestro pequeño mundo, dentro del gran Confinador, que es la realidad que vemos con nuestros ojos, el escenario del Show de Truman. Veremos que hay seis puertas de emergencia aparentes, que lo que hacen es sacarnos de nuestra pequeña vida (el avión), para abrirnos las puertas de nuevas posibilidades “dentro del confinador”, pero ampliando sus límites.

La primera puerta, la escotilla de emergencia del ala derecha, es la del conocimiento y el aprendizaje de habilidades. Supone adquirir habilidades, estudios, oficios. Nos embarcamos en aprender nuevos conocimientos, nuevas profesiones, formas de perfeccionamiento profesional. Todo lo necesario para tener la mente ocupada en múltiples ocupaciones… y medrar dentro del Confinador. No es en realidad una puerta de salida, sino una forma de conseguir un mejor asiento en el viaje hacia donde nos lleve el Confinador. O bien, nos abre nuevos horizontes de conocimiento de la realidad tangible, como los que adquiere el que estudio astrofísica, biología, física cuántica, arte, historia. Pero por mucho que ampliemos conocimientos y nos convirtamos en unos expertos en la materia que sea y tengamos una visión del mundo mucho más amplia que la que tiene el común de las gentes, seguimos dentro del Confinador. Porque nuestra vida sigue en él.

La segunda puerta, digamos  que  en el ala izquierda, está de moda con eso de una alimentación sana y práctica de ejercicio físico. Focalizamos en nuestro cuerpo casi el ideal de nuestra vida, mantener un peso adecuado, una piel sin arrugas, una salud envidiable, etc. Es una ayuda, a fin de cuentas el cuerpo es el soporte físico de nuestra existencia aquí abajo, y hemos de cuidarlo. Esta puerta en realidad no es una puerta de salida, sino una forma de ir en un asiento más confortable, con un cuerpo bien entrenado y sano. No está de más mantener el cuerpo sano. Ya se sabe “mens sana in corpore sano”. Pero todo queda en casa. Es un método para permanecer mejor, para sentirnos más cómodos en el Confinador.

La tercera puerta está en la parte posterior del costado derecho del avión; se basa en el control de la vida ordinaria. Por ella tratamos de adquirir más y más habilidades para tener nuestro pequeño mundo bajo control; libros de autoayuda, asistir a seminarios, hacer muchas prácticas de control mental. Cada vez hay más iniciativas sociales orientadas al aprendizaje de habilidades mentales para el dominio y control de uno mismo. No somos tontos, y desde bien antiguo, el ser humano es consciente de sus propios errores, y de que la visceralidad natural que hace que a poco que nos lleven la contraria nos enredamos en conflictos personales y sociales, es mal camino para solucionar realmente las cuestiones. Tenemos muchas guerras a nuestras espaldas como para comprender que la violencia no es la vía de solución de casi nada (aunque no todos están de acuerdo con esta afirmación, sobre todo los perros de la guerra). 
El hombre ha aprendido él solito, que las cuestiones sociales y políticas, más vale solucionarlas por la vía del diálogo social, que por la vía del enfrentamiento, aunque una buena guerra es un filón de suculentos negocios, primero por la venta de armas, segundo por las tareas de reconstrucción y tercero por el endeudamiento de los países beligerantes. Sólo tenemos que encender la televisión o leer el periódico para ver cómo es más política y socialmente correcto el camino de la negociación y los pactos, que el enfrentamiento. Y aunque los políticos, quizás debido a su baja talla humana, no hacen más que ofrecernos bochornosos espectáculos de enfrentamiento dialéctico, sin embargo, en general, la vida social transcurre dentro de unas razonables buenas formas, y el odio comenzamos a saberlo controlar, liberando nuestra adrenalina los domingos en el fútbol, porque empieza a estar mal visto manchar las calles de sangre. Luego hay que limpiarlas, y es muy engorroso y desagradable…

Del aprendizaje de estas técnicas, está el supermercado comercial llenito de ofertas a cuales más sugerentes, y a veces caras. Tenemos muchos cursos en oferta; por ejemplo, técnicas de coaching, de liderazgo, de gestión de recursos humanos, de resiliencia, de control mental, de psicoterapia, de relajación, de técnicas antiestrés, etc. Todas estas técnicas están basadas en el entrenamiento personal, en sacar lo que uno lleva dentro, en aprender técnicas mediante el aprendizaje de habilidades personales. Las escuelas de negocios están haciendo su particular agosto
Por ahí no es conveniente salir, porque en realidad no salimos del Confinador. Vuelve a ser una puerta falsa, si lo que pretendemos es salir de él, porque sigue quedando todo en casa, como en el caso de las otras dos puertas.

La cuarta puerta está en la parte anterior derecha del avión. Es en el fondo una continuación de la cuarta, pero con un truco añadido. Se centra en el desarrollo de técnicas de meditación.

A ver si me explico y no meto la pata demasiado. Me refiero al advenimiento de la Era de Acuario, y de irrupción de la New Age, todo ello relacionado con el fenómeno de la precesión de los equinoccios. 
Según esta creencia, la Era de Acuario marcaría un cambio en la conciencia del ser humano, que ya estaría empezando a notarse y que llevaría asociado un tiempo de prosperidad, paz y abundancia. Es por esta razón que una variedad de corrientes filosóficas y espirituales más nuevas o más antiguas relacionadas con estas ideas, son asociadas a la Nueva Era. Esto a menudo lleva a un confuso sistema de creencias no unificado, un agregado de creencias y de prácticas (sincretismo), a veces mutuamente contradictorias. Las ideas reformuladas por sus partidarios suelen relacionarse con la exploración espiritual, la medicina holística y el misticismo (entendido de "aquella manera", que se dice). También se incluyen perspectivas generales en historia, religión, espiritualidad, medicina, estilos de vida y música.

Para las religiones oficiales, la New Age se considera una seria amenaza, porque aparte de ignorar los dogmas, se presentan ante la sociedad como alternativa espiritual. Y en este sentido está teniendo bastante éxito, porque la gente interesada por esta megatendencia, parece estar encontrando una alternativa espiritual, más acorde con los tiempos que corren que las prédicas tradicionales de la religión oficial. La cruz de la moneda es el deseo de una religión a la carta, y además, una religión sin Dios (Energía cósmica, éter, etc...), y en este sentido está duramente denostada por el Vaticano, como camino de falsa luz hacia la perdición.

Es por ello que esta puerta es un poco confusa, pues en ella se hace propaganda de todo un conjunto de técnicas duales entre lo físico y lo espiritual, se potencian las técnicas de relajación, de control mental con fines anti estrés y todo eso. Y en torno a eso se ha desarrollado todo un supermercado de lo espiritual que va desde el uso del aerobic occidental hasta el yoga, tai chi y demás técnicas orientales. Pero entrañan un peligro, no por las técnicas en sí, que son totalmente lícitas, si se asocian a las religiones y sistemas de pensamiento originales, sino porque pueden confundir bastante al personal, en el sentido de que si no se está bien formado en el auténtico significado y finalidad de estas técnicas, podemos perdernos en un laberinto de tendencias sin un fin verdaderamente claro, salvo el pago de la mensualidad de la academia. Sectas y grupos con estricto ánimo de lucro y con fines nada honestos se mueven entre las comunidades de práctica zen, tao o budistas, trigo y cizaña mezclados, desvirtuando y adulterando lo que son filosofías y religiones de tradición milenarias.

Según Caroline Myss, el fenómeno New Age se cimenta en dos fenómenos importantísimos sucedidos a mediados del Siglo XX de modo casi simultáneo, la invasión del Tíbet por China y la apertura de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. La invación del Tíbet provocó un éxodo de una importante cantidad de lamas y monjes que han recalado en Europa y Norteamérica. Por otra parte, el "aggiornamento" o "intento de...", que supuso el Concilio, dio pie a que los cristianos más lanzados nos aventuráramos a salir al mundo para darnos la mano con los demás habitantes del Planeta, para los que las puertas del Cielo, puede que ya no estuviesen según la Iglesia cerradas tan a cal y canto. 
Me encantó mi estancia en San Francisco en 1973 y danzar con los Hare Krisna en Girardelli square. Ese año leí "At the feet of the master" (a los pies del maestro) de Krisnamurthi, para mi uno de los libros más trascendentales que he leído en mi vida. 
De esta formala espiritualidad de Oriente y Occidente han tratado de darse la mano, no sin generar una seria preocupación y recelo en los guardianes de la pureza doctrinal de los correspondientes sistemas credenciales, ya que a esta aproximación la califican de sincretismo religioso y “gnosis”, uno de los enemigos habituales de la Iglesia católica.


Si estos dos acontecimientos los mezclamos (sin agitar, como el martini de James Bond) con el movimiento hippie, las películas de kung fu, el movimiento contracultural y antibélico contra la guerra del Vietnam de la juventud “primavera del 68”, los rebeldes sin causa y demás inconformistas con el stablishment, en una coctelera con un poco de LSD, cocaína y demás drogas delirantes, tendremos como resultado el “paz y amor” de la nueva era, amenizado con el mantra “Om” de los hindúes, pero en boca de los hippies y sus nietos postmodernos, y jóvenes antisistema haciendo amor libre y meditación en posición de loto. 

El espectáculo que uno puede observar con todo esto es bastante lamentable y confuso. Supone una banalización de una metafísica milenaria, sagrada y absolutamente respetable, como es el la filosofía oriental (budismo, zen, tao etc.), en manos de los nuevos mercaderes del templo de Dios, que jalean nuevas tendencias comerciales y espirituales, en el triste y suculento caldo de cultivo de las ovejas perdidas de Dios, ofreciendo un supermercado espiritual sincrético y a mogollón. 

Saber diferenciar las iniciativas honestas y fiables, de la legión de falsos profetas en la que, en mi opinión, parece haberse convertido la New age, es bastante difícil, y depende de la madurez de cada cual, razón por la que las religiones oficiales están seriamente preocupadas. Saber diferenciar de los nuevos invitados a las bodas los que llevan el traje adecuado de los que no, es una tarea bastante complicada.

De todas formas, Jesús da una indicación absoluta.

 «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.  Así que por sus frutos los reconoceréis.
Mt 7, 15-20

Por sus frutos les conoceréis. Esta es la señal inconfundible. Porque el que busca el encuentro sincero con la Divina realidad, primero, no es que sea incompatible con tener un cutis terso, o un peso óptimo, o poder dormir por las noches, pero todo esto son añadiduras. 
De momento, acercarse a estas técnicas con el objetivo de salud y belleza, eso no tiene nada que ver con entrar en la senda de la Vida Interior. Absolutamente nada, es una burla a lo más sagrado de la vida humana (pero en esto Occidente es un consumado artista). 
Y el problema es que muchas iniciativas con el sello de “nueva era” están orientadas a una oferta comercial de productos de salud y belleza, amén de sosiego psicológico de esta vida tan trajinada. Hacer pranayama como método con el objetivo de una solución antiarrugas o anticelulitis, pues es simplemente una grotesca burla hacia esa noble práctica oriental que es el yoga.
Dicen los que realmente practican el yoga como estilo de vida, que en Oriente, la relación que existe entre el que enseña y el que aprende, es la de discípulo-maestro. El Occidente, la relación es la de alumno-profesor. Con esto está dicho todo.

La senda de la Vida Interior es algo mucho más serio y profundo que dar con un método de meditación para quitar los michelines de las caderas. Esto es simplemente asqueroso.

Por eso, “por sus frutos les conoceréis”.

Es por ello que esta puerta es ciertamente peligrosa, pues es la puerta de las sectas tipo dianética o de otras llenas de un aparente misticismo zen. Una secta (del latín: sequi, seguir) es, originalmente un término para referirse a comunidades filosóficas, religiosas o políticas, que a través de sus enseñanzas o sus ritos han roto con su comunidad de origen. Por ejemplo, el cristianismo es una secta surgida del judaísmo. Desde el punto de vista sociológico, es un grupo de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc). Como una de las posibles acepciones del término tiene connotaciones negativas, se ha sugerido el de NMR: nuevos movimientos religiosos.

Los nuevos movimientos religiosos son grupos religiosos, éticos y espirituales de reciente creación que aún no han sido integrados en ninguna de las religiones anteriormente existentes ni tampoco han sido reconocidos con la denominación de Iglesia o cuerpo religioso. Constituyen un auténtico laberinto del fauno, donde si entras puedes encontrarte con desagradables sorpresas, entre otras la de quedar atrapado y no poder salir. En este sentido, hay que ser muy conscientes del peligro que se corre, y es por eso que el recelo de las religiones oficiales, por esta parte, está más que justificado.
Esta cuarta puerta, que roza tangencialmente la espiritualidad profunda, en el fondo puede ser un desagradable espejismo, porque no hay ninguna Divina Realidad en el final del camino, sino creaciones extrañas y peligrosas.

La quinta puerta está en la parte posterior del costado izquierdo del avión, y que corresponde con la inteligencia emocional de Daniel Goleman. No está mal, y es un gran avance para muchas personas eso de controlar tus instintos y emociones. La psicología poco a poco ha ido investigando en algo que parecía olvidado a efectos del análisis de la inteligencia, la afectividad. 
En psicología se usa el término afectividad para designar la susceptibilidad que el ser humano experimenta ante determinadas alteraciones que se producen en el mundo sexual o en su propio yo. También se conoce como el amor que un ser humano brinda a alguien.
El desarrollo de la afectividad consciente es un primer gran paso que puede dar el ser humano en la búsqueda de su verdadera identidad. Porque la Inteligencia como la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente, y de procesar información, está íntimamente ligada a otras funciones mentales como la percepción, o la capacidad de recibir dicha información, y la memoria, o capacidad de almacenarla y procesarla. Pero la afectividad supone el desarrollo de la capacidad de amar. 

Hasta ahora, realmente, las puertas anteriores nos  muestran recursos para defendernos y conquistar el entorno del Confinador. No nos permiten salir, sino desarrollar habilidades para actuar adecuadamente dentro de él. 

Esta quinta puerta por la que podemos desarrollar la afectividad se comporta como un prolegómeno, un anticipo de lo que podría ser la puerta definitiva. En esta puerta podemos desarrollar, dentro del Confinador, las bases de lo que es el amor humano.

El amor humano se basa, según Platón en tres atributos, el eros o sexualidad, la philias o amistad, y el agapé o donación total. El desarrollo de la afectividad desde lo que son las capacidades humanas, a lo máximo que puede pretender es a desarrollar una sexualidad que no llegue ni a la violencia ni a la humillación, sino que se base en el respeto mutuo.
El primer atributo , que es el eros, la sexualidad, se basa en lo que en el budismo se denomina “amor afectivo”, es decir, que despierta el afecto, el “me caes bien”, “estoy a gusto contigo”, “hay química”. Este suele ser el detonante de una relación entre dos personas, y que puede desembocar en la atracción física, tradicionalmente entre hombre y mujer, o bien entre personas del mismo sexo. 

El segundo atributo, que es la amistad sincera tiene como cualidad lo que en el budismo se denomina “amor estimativo”, es un “te amo porque me haces feliz”. Es decir, te necesito, te deseo, porque soy feliz a tu lado. Esto es muy humano y razonable, pero siempre tendrá un componente posesivo, un componente interesado; apego lo llaman. Y por supuesto que una pareja se ama así. ¿Quién puede negar esto? Pero este componente es posesivo, a la larga generará una fuente tremenda de intransigencia y de exigencia, que termina en la típica expresión de los esposos que viven un conflicto. 

El tercer atributo, es la donación total, un “te doy mi vida”, “te amo porque deseo hacerte feliz”. Esto son  palabras mayores para una vida centrada en los trajines del Confinador. Volveremos a entrar en este tema, al hablar de la Lógica de Dios.
En suma, esta quinta puerta supone un buen comienzo; entrar por ella supone darse cuenta de que en el mundo existe algo más que uno mismo. Es un buen aprendizaje, pero no te permite salir del Confinador. Sigues incardinado en la rejilla espacio temporal.


Estos tres atributos, son los pilares de lo que en Encuentro Matrimonial, movimiento mundial orientado al crecimiento de la relación de pareja, al que pertenecemos mi esposa y yo, denomina las tres vías de presencia: la sexualidad, el diálogo y la espiritualidad matrimonial. Ya te hablaré de ello.

La sexta puerta es la que se centra en la práctica convencional de la religión. Es la religión de mínimos, centrada en prácticas religiosas. Esta sexta puerta puede ser una alternativa válida para salir del Confinador, sí y sólo sí toda esta práctica es consecuencia del descubrimiento de la Vida Interior, que veremos en la siguiente entrada. De no ser así, tiene francamente un valor relativo, salvo el que hemos dicho, un buen comportamiento religioso y moral, dentro del Confinador, manteniendo la esperanza de que después de la muerte viviremos una vida mejor junto a Dios, si superamos el examen final, que no es poco.
En la sexta puerta podemos aprender intelectualmente, con la mente, con la inteligencia, que “Dios nos ama”.

Sabemos que Dios nos ama, de la misma forma que sabemos que creó el mundo y etc. etc. “Soy amado por Dios” Este hecho es la raíz de todo lo demás que pueda acontecer al alma humana. Bien es verdad que acecha siempre la tentación de creernos protagonistas de nuestra vida de fe y comportarnos como si lo fuéramos. En este caso seguiremos cayendo en el pecado original, la soberbia.

Es la herejía pelagiana, el mundo centrado en mí mismo, en yo, yo y siempre yo. De alguna forma la soberbia de creernos merecedores y artífices de nuestros avances supone el más absoluto freno y bloqueo de cualquier avance de la vida espiritual, dado que por ese camino, la acción de Dios sería tan minorada, que prácticamente llegaría a ser inexistente, que es lo que realmente ha sucedido en la historia de la Humanidad.

La sexta puerta es camino válido, siempre que no se quede en la exclusiva práctica religiosa convencional, la aceptación de dogmas y la práctica de preceptos. 

La sexta puerta es la fe del joven rico, que es verdad, cumplía religiosamente todos los preceptos, pero no ve qué más puede hacer, porque todo está claro y legal en cumplir los mandatos y preceptos religiosos.

Jesús le alaba su actitud religiosa, pero le dice..,


 "sólo te falta un pequeño detalle"...

Y ahí se cayó el joven con todo el equipo.

Una religión de cumplimiento dominical, está bien, pero no es suficiente si se quiere emprender el viaje de salida del Confinador, al encuentro primero de uno mismo, y segundo, al encuentro real con Dios, en esta vida.

Porque vamos a adelantar la clave principal de este viaje. 
La salida del Confinador es literalmente “vivir el Reino de Dios en la Tierra”.

Esto, habitualmente no se suele explicar en misa dominical, centrada en ser buenos aquí, respetando todo lo respetable, para poder disfrutar de Dios en la vida eterna, minorar en lo posible nuestra estancia en el purgatorio, y que la Virgen Santísima se apiade de nosotros en este valle de lágrimas. Este es al menos el mensaje que percibo domingo tras domingo. Un mensaje de vida más o menos decente, centrada en purgar los pecados, para evitarnos una estancia nada cómoda y prolongada en el purgatorio, que nadie ha sabido explicar en qué consiste, pero parece que se conocen con bastante aproximación las duraciones de su estancia, según un detallado código penal y el catálogo de indultos por medio de las indulgencias.

Estas seis puertas son las alternativas habituales que la vida dentro del Confinador nos ofrece para resolver los problemas de claustrofobia que nos provoca vernos, sentirnos confinados a espacios tan ridículos como el de nuestro pequeño mundo. En ninguno de los casos se sale realmente del Confinador; tan sólo en el sexto caso, el camino de salida se intuye, una vez hayamos muerto, pero no antes.

Cuando uno, repasando su vida, observa cómo de buena fe y sincero corazón, ha tratado de vivir una vida recta, cumpliendo la ley de los hombres y los mandamientos de la divina Ley; se ha pasado toda su vida frecuentando los sacramentos, practicando rezos y haciendo prácticas religiosas a todo dar, y no obstante es consciente, barrunta que “algo” le falta; va a los asesores religiosos y por respuesta le dicen que “más de lo mismo”, se interroga sobre ¿qué más se puede hacer? Esta parece ser una pregunta sin respuesta.

En el otro extremo están los desencantados y decepcionados de lo religioso, y creyendo que no creen, dejan y abandonan todo lo que huela a incienso, como si hubiera sido todo un tremendo cuento chino, del que afortunadamente han despertado, hasta convencerse que “esto es lo que hay”, lo que ven mis ojos, y aquí me he de quedar hasta que se nos acabe el royo vital y nos vayamos directo al hoyo de donde nadie saldrá para contarlo. A estos no les falta “algo”, les falta “todo”. ¡La anestesia espiritual hace milagros!

Quiero sin embargo, romper una lanza por la sexta puerta, la de la práctica religiosa convencional. Porque lo de convencional no lo aporta la Iglesia, lo aportamos cada uno de nosotros, con un comportamiento ramplón, dado que, obsesionados por nuestros asuntos cotidianos, vemos esta práctica religiosa (sea de la religión que sea, aunque en mi caso, me refiero a la católica) vivida tan sólo como práctica, vacía de Vida Interior, no es que esté mal, pero es poco más que lo que uno se plantea para pagar la cuota del seguro de Vida eterna. No sé si eso sirve de mucho. Por eso, que esta práctica religiosa tenga un sentido más allá del “cumplo” y “miento”, depende realmente de la “respuesta del joven rico al desafío de Jesús”.

Todo radica en comprender el significado de “vende todo lo que tienes”.

De eso te hablaré a continuación  al tratar la séptima puerta, la "Vía directa".

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