FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Cap 14)
Resumen y comentarios
1. La inmortalidad es la participación en el eterno ahora de la Divina base.
2. La supervivencia es la persistencia en una de las formas del tiempo.
3. La inmortalidad es el resultado de la liberación total.
4. La supervivencia es la suerte de aquellos que se hallan parcialmente
libertados en algún cielo, o que no están libertados, pero se encuentran, por
la ley de su propia naturaleza intrascendida, obligados a escoger una servidumbre
de purgatorio o encarnación todavía más penosa que la que acaban de abandonar. Tal cual es como Huxley explica estos
conceptos.
5. Eckhart explica que Dios en la plenitud
de su divinidad reside eternamente en su Imagen, el alma humana.
6. El alma, cuando el cuerpo muere, según la filosofía budista, no va a
ninguna parte; ni va, ni viene de ninguna parte.
El cuerpo físico
7. Tanto en Oriente como en Occidente, se acepta que la vida terrena es
una oportunidad singular para alcanzar la liberación o salvación. Tanto el
cristianismo católico como el budismo mahayánico coinciden en que el alma, tras
la muerte no puede adquirir mérito, sino que sufre en “el purgatorio” las
consecuencias de sus actos pasados (karma). Pero mientras la doctrina católica sostiene una sola oportunidad en
una sola vida terrenal de ganarse o perder el Cielo, los orientales sostienen
que existen ciertas condiciones póstumas en que las almas meritorias pueden
seguir evolucionando hacia la Divinidad, o bien volver a encarnarse en una
nueva forma de vida, para seguir caminando hacia la beatitud completa; es a lo
que denominan “reencarnación”.
8. San Bernardo, Sankara y Bhagavatam reconocen el privilegio de poseer un
cuerpo físico, sin el cual no podríamos alcanzar el conocimiento de la Divina
base.
9. Pero en realidad, lo que sucede es que hay seres humanos, los menos,
que espiritualizan sus cuerpos, y los más, que mentalizan su espíritu.
10. El cuerpo mental totalmente espiritualizado es un Tathagata, que no va
a ningún sitio cuando muere. El alma que al morir no ha entrado en la “Asidad”,
(Así-ido) el eterno principio de todos los estados del ser o unión total con la
Divina base, entra en algún estado purgatorial. En esto coincide con los
católicos.
11. La naturaleza de la liberación tras la muerte, depende de tres
factores, 1.- el grado de santidad logrado en el estado corporal, 2.- El
aspecto de la Divina realidad al que fue fiel, y 3.- el sendero que eligió.
Teorías sobre la evolución del alma post mortem
12. En la filosofía oriental, el alma, tras la muerte puede seguir
evolucionando hacia estadíos de mayor perfección cognitiva del Eterno. La
ortodoxia católica no admite bajo ningún concepto esta posibilidad, es decir, a
donde llegue el alma humana en el momento de la muerte, ahí se queda, y así
será su futuro en la otra vida. Si no traspasa la línea roja del pecado mortal,
tras un proceso purgatorial más o menos largo (en términos de temporalidad), el
alma puede pasar al estado de beatitud. Pero si traspasa esa línea de no
retorno, resulta la condenación eterna en un estado nada deseable de sufrimiento eterno, en términos también de temporalidad,
infinitos días, meses y años. No es por tanto inmortalidad, sino supervivencia
(seguir viviendo).
13. Para los orientales, Dios es infinitamente paciente, de modo que no hay
condenación eterna, sólo purgatorios y una serie indefinida de segundas
oportunidades para avanzar hacia el fin último.
14. Estar preocupados por la salvación – liberación, más que un medio a
favor, resulta ser un obstáculo para la propia liberación.
Escenarios post mortem
15. Para el oriente budista, lo que sobrevive a la muerte no es la
personalidad. El budismo niega la existencia del alma, lo que sobrevive es el
carácter. Lo que nosotros decidimos hacer en el curso de nuestra vida, afecta
al medio psíquico, donde llevamos parte de nuestra dual existencia. Esta
modificación psíquica, tras la muerte, inicia una nueva existencia en la
tierra, cielo o purgatorio.
16. Para la filosofía vedanta, que sí reconoce el atman (o alma o yo espiritual), existe
por encima de él algo de carácter anímico que se reencarna en un cuerpo físico
o etéreo. Esta alma no es la personalidad del difunto, sino más bien la
particularizada conciencia del yo de la cual surge la personalidad.
17. Desde la Psicología, las únicas personalidades con las que tenemos
algún trato directo son seres encarnados, compuestos de cuerpo y alguna desconocida
x. Pero si x más un cuerpo es igual a personalidad, es imposible que x menos un
cuerpo sea igual a lo mismo. Las entidades aparentemente personales que la
investigación psíquica parece descubrir a veces sólo pueden considerarse como
seudopersonalidades compuestas de x y el cuerpo del médium.
18. Entramos en este momento en un terreno meramente especulativo sobre
formas y esencias de lo que es el mundo sutil y la conciencia, el Yo superior,
el alma, el atman, o como se quiera denominar al componente espiritual del ser
humano. Oriente tiene sus teorías, Occidente tiene las suyas. Difieren en la
naturaleza del alma, atman, personalidad, medio psíquico, etc, en los eventos
postmortem o novísimos, según los católicos. Y en la eternidad (presente continuo)
o temporalidad (tiempo interminable) [NP]
19. Con independencia de los matices de detalle, la tesis más difundida es
que tras la muerte, lo espiritual del ser humano, permanece en un estado etéreo,
en otra dimensión, fuera del tiempo y del especio, en un presente eterno. Y
suceden cosas, purgatorios, reencarnaciones, Nirvana, Cielo o Paraíso, y
condenas eternas. El alma en cualquier caso, permanece. En su fusión con el
Eterno, no se sabe bien si la identidad personal permanece, o al ser Uno con
Él, la personalidad es ya algo sin importancia, tanto que desapareció tras la
muerte del “yo”. [NP]
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