FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Cap 15)
Resumen y comentarios
COMIENZO DE LA TERCERA PARTE: LA VIDA INTERIOR
El silencio
1. Una palabra habló el Padre, que fue su
Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma. (San
Juan de la Cruz)
2. Para William Law, la vida espiritual es en realidad Vida Espiritual, con mayúsculas;
pues es la vida del Espíritu Santo dentro de nosotros. Pero para que el
Espíritu se pueda manifestar en nuestro interior, nuestro espíritu ha de
callar, ha de dejar un vacío infinito para que el Infinito se manifieste. La
retórica y el buen discurso es charlatanería al lado del silencio.
3. Por eso Lao Tse afirma que el que sabe, no habla y el que no sabe,
habla.
4. Hablar sin discernimiento es moralmente malo y espiritualmente
peligroso. Caer en la maledicencia es sumamente fácil. Como predican los
toltecas, ser “impecables en el hablar” es uno de los cuatro acuerdos[1] que una persona se debería proponer en su
vida. Cada palabra ociosa tiene consecuencias.
5. A lo largo del día, un número nada despreciable de palabras y
expresiones que pronunciamos pueden caer en una de estas tres categorías: 1,.
palabras inspiradas por la malicia y falta de caridad, 2.- Palabras inspiradas
en la codicia, sensualidad y amor propio; y 3.- palabras puramente
estúpidas e inanes, que sólo meten ruido y no aportan nada, salvo confusión y
distracción. Esto respecto de las que pronunciamos y transmitimos en nuestras
conversaciones.
6. Pero por otra parte están las del absurdo monólogo que mantenemos con
nosotros mismos donde, por el hecho de que la imaginación no nos da tregua, nos
pasamos el día charloteando sobre absolutamente nada. El pensamiento tiene la
puñetera manía de no darnos tregua, nonos permite descansar de nosotros mismos.
7. No nos damos cuenta realmente, hasta qué punto el constante “run run”
del pensamiento, elaborando a granel frases sin venir a cuento, constituye una
de las más descomunales barreras para el crecimiento personal y el conocimiento
unitivo de la Divina base. Es como una danza de polvo y moscas que nubla
nuestra capacidad de ver nítidamente la Luz interior.
8. La guarda de la lengua y de la mente es una de las más costosas y
además más fructífera mortificaciones. Por no decir, es la mortificación por
antonomasia. El Ancren Riwle[2]
o antigua regla de monjas eremitas en Inglaterra, refiere que al echar el
huevo, la gallina cacarea, y al hacerlo, viene la chova (ave parecida al
cuervo), es decir, el diablo.
9. Fenelón abunda diciendo que el principal ayuno no es el de la comida,
sino el de la mente. Porque ¿qué necesidad hay de tanta noticia, cuando todo lo
importante sucede en nuestro interior? En boca de Law.
10. Si un perro no es bien considerado porque ladra mucho, por qué a un
hombre se le considera porque habla mucho, se pregunta Chuang Tse.
11. El hablar distrae, el callar y obrar da fuerza al espíritu, en palabras
de San Juan de la Cruz.
12. Hay tres grados de silencio, el de la boca, el de la mente y el de la voluntad, según de Molinos[3]
Abstenerse de hablar ociosamente es difícil; acallar el farfullar de la memoria
e imaginación, mucho más difícil; lo más difícil de todo es aquietar las voces
de la codicia y aversión dentro de la voluntad.
13. En 1945, Huxley ya consideraba que el Siglo XX se estaba caracterizando
por una descomunal eclosión del ruido, transportado frenéticamente por las
ondas de radio. Luego vino la televisión para llegar al paroxismo de una
comunicación del inimaginable ruido de los “mass media” “urbi et orbe”, que se
adueña de nuestra mente y nos mantiene constantes imágenes subliminales que nos
inducen a obrar de una determinada manera, a codiciar bienes que no nos hacen
falta y a su vez a comentarlos con otros, de modo que el ruido mental y físico
crece de manera exponencial en las comunidades humanas. Todo ello ha hecho del
silencio una extraña cualidad extraordinariamente
difícil de conseguir.
14. Cuando entramos en una reunión de personas de varias decenas, en momentos
de descando, en un coffee break, el tumulto que se forma puede llegar a ser
ensordecedor ¿De qué hablarán, que tenga una mínima utilidad? ¿Cómo estás? ¿qué
tal la vida? ¿Y tus hijos? Etc. La gente comparte cortesmente sus
preocupaciones, pero en otras simplemente se habla por hablar, porque el
silencio es socialmente inadmisible, es
una situación molesta e incómoda. Por eso lo llenamos de palabrería inútil, y
la mayoría de las ocasiones, peligrosamente escorada hacia la crítica ¿Sabes de
qué me he enterado?, de que Fulanita tiene un nuevo novio que bla, bla, bla. Y
¿te has fijado aquel? ¡Valiente mal nacido! Mira que pavonearse de tener… bla,
bla, bla, bla… [NP]
15. La principal actitud ascética es el silencio exterior e interior.
16. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: “Este pueblo
me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden
culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.” Luego llamó a la
gente y les dijo: “Oíd y entended. No es
lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la
boca, eso es lo que contamina al hombre”. Palabras de Jesús de Nazareth en Mt 15, 7-11
[1] Los
cuatro acuerdos: Ensayo escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz,
está basado en la sabiduría de los antiguos nahuales
(toltecas). Relata la cosmovisión que debería tener un ser humano
para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional,
mental
y social. Para lograrlo se debe, en primer lugar,
entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión),
adquirido por influencia social y familiar y, que muchas veces algunas
creencias adquiridas los perturban mental, emocionalmente y los vuelven infelices;
en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para
conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para
lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos (4 dogmas).
1.- "Sé
impecable con tus palabras". 2.- "No te tomes nada
personalmente". 3.- "No hagas suposiciones" y 4.- "Haz
siempre lo máximo que puedas".
[2] Ancren
Riwle The name given to a
thirteenth-century code of rules for the life of anchoresses, which is
sometimes called "The Nuns' Rule". In Middle English the word ancren was used for
solitaries, or anchorites
of both sexes; but in this case it refers only to ladies who had left the world
and were established in a secluded place, in order to lead a life devoted to
the practices of religious observance. Of the text of this "Rule"
several copies are extant in the English libraries.
[3] Miguel de Molinos Zuxia fue un
escritor místico y teólogo español, creador del quietismo.
Nació en Muniesa
(Teruel)
los últimos días de junio de 1628 y falleció preso en Roma el 28 de
diciembre de 1696).
Su doctrina suele denominarse molinosismo (que no conviene confundir con el molinismo
de Luis de
Molina, otro teólogo español del siglo XVI). Su Guía espiritual, con
el significativo subtítulo "Que desembaraza al alma y la conduce por el
interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el
rico tesoro de la interior paz" se publicó en italiano (Roma, 1675). En
ella Molinos expone el mejor camino para llegar a Dios; el último objetivo es
el amor de Dios, para el
cual el alma no ha de hacer nada: ha de estar pura y sin pecado, aligerada de
toda preocupación o meditación, quieta. Dios hará lo demás. Esto produce un
vacío espiritual, una nada, como el camino más corto para llegar a Dios. Estas
doctrinas son curiosamente muy cercanas al budismo
y a su búsqueda del nirvana, lo que no escapó a Pierre Bayle
(considerado un antecedente de la Ilustración), en su Dictionnaire historique
et critique (1697), donde realiza una descalificación del pensamiento oriental sobre
la base de homologarlo al quietismo.
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