FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Cap 18)
Resumen y comentarios
La fe
1.
Fe es confianza en alguien. Fe es
creer en proposiciones que no hemos podido verificar por nosotros mismos, como
la existencia de lugares que no hemos visitado o teorías que ni comprendemos ni
podemos comprobar, o asertos que nadie puede demostrar, como son los dogmas de
las religiones.
2.
La fe es condición previa de todo
conocimiento, de todo obrar y de todo vivir decentemente. La fe, como confianza,
es condición indispensable para la normal convivencia entre seres humanos.
3.
Las sociedades se mantienen, no
principalmente por el miedo de los más al poder coactivo de los menos, sino por
una difundida fe en la decencia de los demás. Tal fe tiende a crear su propio
objeto, mientras que una difundida desconfianza mutua, debida, por ejemplo, a
la guerra o a las disensiones domésticas, crea el objeto de la desconfianza.
4.
La fe es necesaria para el trabajo
científico, una fe en un Universo que en sí mismo es una obra de arte coherente.
5.
En la esfera de lo social, la fe
es necesaria para confiar en aquellos con autoridad moral reconocida para
pronunciar afirmaciones que no se pueden comprobar. Y es necesaria para aceptar
las propias hipótesis credenciales.
6.
En la esfera de lo sutil, aplica
lo que comúnmente se denomina “fe religiosa”. La fe religiosa es de una
naturaleza tal que ningún ser humano puede razonarla ni demostrarla, ni en todo
ni en parte. Es simplemente, y se acepta o no se acepta. Y no hay razones ni
para aceptarla ni para rechazarla. Es algo que supera el entendimiento humano.
7.
De esta forma, la fe sobre ideas
no comprensibles puede desplegarse en un amplio espectro de actitudes, desde la
mística más elevada hasta el fanatismo más ciego. Y hasta la justificación
del propio pecado gracias a la fe.
8.
La fe que se supone salvadora
puede ser una fe en proposiciones no meramente inverificables, sino que
repugnen a la razón y al sentido moral y estén en completo desacuerdo con los
resultados obtenidos por los que cumplieron las condiciones de penetración
espiritual en la Naturaleza de las Cosas. Un Dios misericordioso que por otra
parte va a salvar sólo a unos pocos de toda una Humanidad pecadora, que parece
deleitarse en la tortura de los miserables.
9.
La revelación no dice nada de
todas estas doctrinas horribles, a las cuales la voluntad fuerza el intelecto,
que siente por ello una renuencia harto natural y justa a dar asentimiento.
Tales nociones no son producto de la penetración de los santos, sino de la
atareada fantasía de juristas, que estaban tan lejos de haber trascendido el yo
y los prejuicios de la educación, que tenían la loca presunción de interpretar
el universo en términos de la ley judía y romana, con la que estaban
familiarizados. "¡Ay de vosotros, los juristas!", dijo Cristo. La
acusación era profética y válida para todos los tiempos.
10.
[NP] Periódicamente en la
Historia, se ha producido un balanceo entre la tendencia innata de los juristas
y legisladores religiosos a interpretar la revelación y la fe de modo
dogmático, lo que siempre ha llevado a una judicialización de la fe y de la
vida religiosa, es decir la religión basada en dogmas y cánones legislativos de
comportamiento con un severo código penal, tanto temporal (inquisición) como
intemporal (penas de infierno y purgatorio), y movimientos reactivos contra esa
opresión y dominio de las conciencias, liderados generalmente por místicos y
personas que buscaban la “liberación” de las cadenas humanas para encontrar a
Dios sin traba, volviendo a los orígenes o renovando completamente el status
quo religioso del momento, por lo que siempre han sido perseguidos,
encarcelados e incluso condenados a penas capitales. Siempre ha sido así y
siempre será así. Volvemos al intento de dominio del gran colectivo, del pueblo
por los más fuertes, por los somatotónicos.
11.
La esencia de cualquier religión
es la Filosofía perenne. Tiene que haber una fe, en el sentido de confianza, pues la confianza
es el principio de la caridad para con los seres humanos. Y además la fe, en el
sentido de confianza hacia Dios, porque también es el principio de la caridad
suprema. Debe haber fe en la autoridad de los maestros, que conocen por
experiencia (no por estudios solamente), la Divina Base de todo ser. Y
finalmente fe en las proposiciones sobre la Realidad aportada por los filósofos
a la luz de la iluminación, que el creyente sabe que puede experimentar si se
pone a ello.
12.
Con todo, Huxley recuerda que una existencia que saca su objetividad de la
actividad mental de los que creen intensamente en ella no puede de ningún modo
ser la Base espiritual del mundo y que una mente atareada en la actividad
voluntaria e intelectual que es la "fe religiosa" no puede hallarse
en el estado de abnegación y atenta pasividad que es la condición necesaria
para el conocimiento unitivo de la Base. Por esto afirman los budistas que
"la amorosa fe conduce al cielo; pero la obediencia a la Dharma conduce al
Nirvana". La fe en la existencia y poder de cualquier entidad sobrenatural
que sea menos que la Realidad espiritual
última, y en cualquier forma de adoración que no alcance el anonadamiento
de sí mismo, producirá sin duda, si el objeto de la fe es intrínsecamente
bueno, un mejoramiento del carácter, y probablemente la supervivencia postuma de
la mejorada personalidad en condiciones "celestiales". Pero esta
supervivencia personal dentro de lo que es todavía el orden temporal no es la
vida eterna de la unión atemporal con el Espíritu. Esta vida eterna "está
en el conocimiento" de la Divinidad, no en la fe en algo que sea menos que
la Divinidad.
13.
Como dice Santa Teresa, no es lo
mismo estar que estar; no es lo mismo creer en Dios que creer en Dios. No es lo
mismo imaginarse a Dios y relacionarse con Él a través de una serie de
prácticas religiosas, que vivir a Dios. La práctica religiosa presenta
muchísimos matices, muchísimas manifestaciones, desde las más sencillas hasta
las más rebuscadas y barrocas; desde las más ritualistas y ceremoniosas hasta
las más puras simples; desde las más enrevesadas hasta la quietud total. Y todo
esto, dependiendo entre otras cosas en el tipo de fe que las personas tengan en
Dios. La fe basada en un dios hecho a nuestra imagen y semejanza, que exige ser
adorado a través de rituales, solemnidades y demás manifestaciones externas no
tiene absolutamente nada que ver con la fe basada en la asunción de la Divina
Realidad.
14.
Esta es la clave de la fe, la
basada en un dios imaginado por nosotros o en el Dios absoluto, al que sólo
podemos experimentar por la vía mística.
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