FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Cap 19)
Resumen y comentarios
Tema 5.- Los errores
Dios no es burlado
1. Rumi dice que cuando
el hombre, obstinado, practica maldades lanza polvo a los ojos de su
discernimiento. Cesan en él la vergüenza por el pecado y el acudir a Dios;
cinco capas de polvo pósense sobre su espejo, manchas de moho empiezan a roer
su hierro, el valor de su joya es cada vez menor.
2.
Toda nuestra vida es una prueba de
inteligencia. Y cuanto mayor nuestro advertimiento, más difíciles son las
nuevas preguntas.
3.
Según Bagehot, la providencia latente, la vida confusa, el extraño mundo material,
las tragedias de la vida, estas no son las verdaderas dificultades, aunque lo
parezca. Son realmente ayudas para nuestra vida moral, pues por ellas
aprendemos a modelar nuestro comportamiento inherentemente egoísta. Ahí está
nuestra verdadera libertad, en aprender a vivir correctamente, a responder bien
a cada una de las preguntas que la vida nos presenta en forma de
acontecimientos no siempre favorables a nosotros.
4.
Si contestamos mal a las preguntas
de la vida, crecerá nuestro propio atontamiento, hasta hacer prácticamente
imposible advertir las verdaderas potencialidades de nuestro ser.
5.
El atontamiento no sólo es
individual, sino colectivo, y puede contaminar a sociedades enteras que se
derrumban catastróficamente en una interminable decadencia. El final es siempre
terrorífico, puesto que no hay imperio que antes de derrumbarse
definitivamente, no se haya destruido a sí mismo desde dentro, lenta pero
inexorablemente.
6.
Dar respuestas correctas a los
retos de la vida produce un desarrollo espiritual progresivo.
7.
Las respuestas a los retos generan
el karma[1].
8.
El hombre malintencionado viviendo
prósperamente es oscurecido, sin el darse cuenta en su interior. El hombre de
buena voluntad, en la aflicción, es purificado.
9.
Con Juliana de Norwich decimos “todo está bien”, el problema del mal
tiene solución en la eternidad que los hombres, si lo desean, pueden experimentar,
pero no describir.
10.
Spinoza[2]
plantea un conocido dilema. Los hombres pecan por naturaleza. Este imponderable
puede hasta cierto punto excusarles; es como un atenuante, que no eximente.
Pero es incapaz de gozar el conocimiento de Dios, y por ello está perdido
inevitablemente.
11.
¿Por qué es ciego este? ¿Por los
pecados de sus padres? No, lo es para que las obras de Dios se manifiesten en
él. Dice Jesús. Esto no una soberana memez
para los hombres de ciencia, que atribuirán la ceguera a genes paternos o a
infecciones de la cámara anterior del ojo, pero nunca para que Dios se
manifieste en él. La respuesta de Jesús se sale totalmente de la lógica humana.
Los orientales aducen al karma y las consecuencias de los pecados de vidas
pasadas.
12.
Las tres respuestas, la de la
ciencia, la del karma y la de Jesús, no son incompatibles. Porque todo, en definitiva es manifestación de
la Divina base en la existencia. Los genes, las infecciones, el karma, son expresiones
de la Divina base. Es así de simple y así de misterioso.
13.
Los humanos, al hacernos,
absolutamente todos a Dios a nuestra imagen y semejanza, creemos que Dios piensa
como nosotros, razona como nosotros y se comporta como nosotros. Según este
patrón de comportamiento, totalmente humano, las manifestaciones de Dios son
incomprensible. ¿Por qué permite el mal si es misericordioso? ¿Por qué ha
permitido que un inocente muera de hambre, o nazca ciego?
14.
Sólo en el estado de “no yo”, sino
de “Dios en mi”, el alma puede comprender a Dios. Lo demás es una pretensión
tan hueca como inútil.
15.
Sólo hay posibilidad de comprender
cuando nos salimos del tiempo y del espacio, y logramos ver un mínimo atisbo de
eternidad, de un continuo presente.
16.
Es por eso, que la conducta no es
lo más importante, sino la oración, a consecuencia de la cual, la conducta se
modela, según el arzobispo Temple[3].
17.
El objeto y designio de la vida
humana es el conocimiento unitivo de Dios. Entre los medios indispensables para
tal fin figura la recta conducta, y por el grado y clase de virtud lograda
puede aquilatarse el grado de conocimiento libertador y avaluar su calidad. En
una palabra, el árbol se conoce por sus frutos; Dios no es burlado.
18.
Las creencias y prácticas
religiosas, aunque no son el objetivo final de la vida humana, conforman un
conjunto de factores que ciertamente determinan el comportamiento de la gente.
Forman parte de la conciencia colectiva, y son una ayuda muy importante para el
caminar de las gentes como colectividad, como grey, y “por sus obras le
conoceréis”, si estas prácticas religiosas se corresponden con un
comportamiento que refleje lo que predican.
19.
En este punto, Huxley reflexiona
sobre la tragedia del cristianismo, la religión de unas naciones que en una
época emprendían guerras y cruzadas contra los infieles y trataban de mantener
la pureza de la doctrina con medios tan coercitivos y expeditivos como la
Inquisición, para, con el tiempo entregarse abiertamente a la adoración del
becerro de oro de la economía neoclásica y a las excentricidades de los
nacionalismos. La razón fue que la Filosofía perenne predicada por Jesús de Nazareth ha sido recubierta
por una gruesa capa de creencias erróneas que derivaron en actos históricamente
erróneos. Estas creencias erróneas partieron de la base errónea de sobrevalorar
el poder temporal y la devaluación de la eternidad, considerándola como lo que
no es (un estado interminable dentro del tiempo). Se ha considerado como
absolutamente importante los hechos históricos acaecidos hace dos mil años, sin
comprender su auténtico significado, incurriendo en disputas y cismas que han
convertido los dogmas cristianos en fuente no de unión sino de conflictos y
separación con consecuencias muchas veces sangrientas. Entre los errores más
deletéreos, está el de elevar con atributos prácticamente divinos a las
instituciones eclesiásticas que se configuraron tras la caída del Imperio
Romano, y que en la práctica fueron sus continuadores. Los herederos de los emperadores
han sido los papas. Todo esto originó por una parte el enriquecimiento
desmedido de la Iglesia católica, su tremendo poder político y financiero y el
florecimiento de rencores y luchas en las que se vio envuelta, sin que ello
tuviera nada que ver con lo que debería haber sido su auténtica misión, la
propagación de la fe en Jesús de Nazareth.
20.
Lo acepte o no la Iglesia
católica; lo trate de remediar ahora con un nuevo enfoque de su misión
pastoral, el hecho es que la desconfianza que la clase política de la Iglesia
ha generado en el común de los pueblos de Europa ha hecho un daño tremendo en
el mensaje de Jesús, que se mira con escepticismo; un escepticismo que se manifiesta en la
sospecha de que la auténtica intención de la labor evangelizadora de la Iglesia
no es la transmisión del Evangelio, sino la captura de prosélitos que ayuden a
financiar una organización que precisa cada vez más capital económico para tenerse
en pie.
21.
Pero “todo está bien”. Dios no
puede ser burlado ni por los necios, ni por los poderosos, ni por los que han
tratado de utilizarle para medrar políticamente. La Historia es irrepetible, y
ha sucedido lo único posible, teniendo en cuenta la naturaleza humana, para
Gloria de Dios y vergüenza de los hipócritas y soberbios con o sin mitra.
Porque en el otro extremo, dentro de la esfera cristiana siempre han florecido
los sabios maestros de la espiritualidad que, con un gran sufrimiento causado
por sus superiores y autoridades oficiales, han sabido denunciar los excesos y
maldades de unos poderosos que han cometido el mayor de los pecados posibles,
por los que más les hubiera valido no haber nacido, el escándalo de toda la
gente humilde a la que han confundido, tratado de someter y esclavizado en el
espíritu.
[1] Karma : De acuerdo con varias religiones orientales, el karma sería
una energía metafísica (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de
las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas
reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas
anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del ayyavazhi,
el budismo,
el hinduismo
y el jainismo.
El sustantivo sánscrito kárman significa ‘acción’. Proviene
de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unādi Sūtra 4.144).[1]
Es errónea la etimología karana: ‘causa’ y manas: ‘mente’, en boga en
Occidente. Aunque estos credos expresan diferencias en el significado mismo de
la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el
karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto.
[2] Baruch
de Spinoza, (Ámsterdam, 24 de
noviembre de 1632
- La Haya,
21 de febrero
de 1677)
fue un filósofo
holandés,
de origen sefardí
portugués,
heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres
grandes racionalistas
de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés
René Descartes y el alemán
Gottfried Leibniz.
[3] William Temple (Exeter, 1881 -
Canterbury, 1944) Pastor anglicano, arzobispo de York (1929-1942) y de
Canterbury (1942-1944), que destacó por su ecuanimidad y por sus dotes de líder
en el campo del ecumenismo. Hijo del arzobispo de Canterbury, Federico Temple,
fue educado en el colegio Rugby y en la Universidad de Balliol, Oxford. En su
escritos destaca Mens Creatrix (1917) donde planteó una base filosófica para un
teísmo cristiano. En 1924 publicó Christus Veritas, volumen en el que mejor
explica su teoría sobre la Encarnación, muy cercana a las enseñanzas de
Calcedonia, a pesar de su sabor neo-nestoriano. Finalmente, en Nature, Man and
God (1934), expone su posición definitiva: el realismo dialéctico.
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