FILOSOFÍA PERENNE de Aldous Huxley (Cap 25)
Resumen y comentarios
Ejercicios espirituales
1.
Los ritos son para el culto
público lo que los ejercicios espirituales es para la relación íntima del alma
con Dios. Son las modalidades que emplea en la oración el alma cuando se recoge
en su celda, en su interior y se pone en presencia del Padre.
Doble filo de los ejercicios
2.
Como todo instrumento de
aprendizaje, los ejercicios espirituales pueden usarse bien y mal. Unos
progresan y otros se enredan en confusas fórmulas. Creer que la práctica
espiritual es sinónimo de iluminación, la convierte en idolatría.
3.
Hablar de perfección no significa
practicarla, afirma San Francisco de Sales. Cada uno tiene su idea de la
perfección, cargando las tintas en lo que más le sugiere: ayuno, limosna,
lectura rezada de salmos, etc. Pero confunden el medio con el fin, como
siempre.
4.
La perfección es simplemente amar
hasta el extremo. Ni más ni menos. La propia oración es un medio para
alcanzarla, para ponerse en los brazos de Dios, pero no es un fin en sí misma.
5.
Jamás la práctica de la oración
debe anteponerse a la atención de la caridad a quien necesita de ti. Jamás la
misa dominical debe anteponerse al deber de amar expresamente a alguien, justo
en ese momento.
6.
Los ejercicios espirituales son un
conjunto de prácticas ascéticas que preparan el intelecto y las emociones para
formas superiores de oración de quietud y contemplación.
7.
Los ejercicios espirituales en
oriente comenzaron a practicarse varios siglos antes de Cristo.
8.
El Occidente, los monjes de la
Tebaida, cerca del Delta del Nilo comenzaron a practicar la meditación de modo
sistemático en el Siglo IV.
9.
La oración mental no se introdujo
de modo definitivo hasta el final de la
Edad Media, por obras de los reformadores del monacato decadente, y en
respuesta de la corrupción del clero diocesano y del Gran Cisma de Oriente y
Occidente en 1054 (S-XI)
Desarrollo histórico de los ejercicios
10.
Los primeros sistematizadores
fueron los canónigos de Windesheim, cuyo más conocido exponente Thomas de
Kempis (1380-1471)[1],
en estrecho contacto con los Hermanos de vida en común y autor de la Imitación
a Cristo.
11.
Pero cuando se ponen los
ejercicios espirituales [2]
como tal, literalmente de moda es a
través de la obra de Ignacio de Loyola[3],
editados en 1548.
12.
Entre los místicos se desató la
denominada controversia quietista[4],
cuya conclusión fue el descrédito del misticismo, y con él los métodos para
alcanzar la contemplación.
13.
No hay más secreto para alcanzar
la contemplación que “perder el yo en el Amado”,
según afirma San Francisco de Sales.
14.
Los sufís han seguido un camino
similar, con la práctica de ejercicios espirituales.
15.
Si deseas la unión con Dios,
afirma la obra “La Nube del desconocer”,
céntrate en la palabra Dios y Amor, y repítelas constantemente, de modo que
siempre estén presente en tu vida, hagas lo que hagas. En la India esta
repetición se denomina mantra. El más conocido y breve es “OM”, símbolo que concentra
toda la filosofía vedanta. Los hindúes le atribuyen el poder mágico de ser el
sonido primordial. Su repetición es un acto sacramental. Su efecto es similar
que la palabra “Dios y Amor” para los cristianos.
Peligros
16.
Estas prácticas no están exentas
de peligros de desdoblamiento de la realidad. Con la práctica de la meditación,
quietud y contemplación, el alma entra en una dimensión distinta a este mundo, y las personas
no preparadas pueden verse confundidas y creer lo que no es. Concentrarse fuertemente
en una imagen puede hacer que la persona la vea como completamente real. Son
insólitas ocurrencias psicofísicas que confunden gravemente la percepción de lo
que es real o imaginación.
17.
Estos fenómenos casi paranormales
están descritos en la casuística, tales como éxtasis, precognición, telepatía,
levitación, transverberación, arrobamientos. Místicos como San Felipe Neri,
Sta. Catalina de Siena, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, entre otros, han
referido estos fenómenos.
18.
En suma, tanto en el Cristianismo
como en el budismo, no se recomienda la fijación obsesiva en una imagen, por
ser una fábrica de la propia mente.
19.
La Divinidad se revela a aquellos
carentes de todo egocentrismo. Pero el camino interior se puede confundir con
la introversión y el centrado en uno mismo. Que Dios esté en nuestro interior
no significa que nos centremos en nuestro interior, sino en Él, que está en
nuestro interior, según Benet de Canfield[5],
mientras caminamos hacia nuestro aniquilamiento, el estado vacío de imágenes,
el total desasimiento, y la eternidad es aprehendida en el tiempo.
La nube del desconocimiento
20.
Es necesario eliminar esa “nube
del desconocer” que separa el alma de Dios, aborreciendo todo lo que sea inferior a
Dios. Benet explica ejercicios para ese total desasimiento, que son sorprendentemente
similares a los que se exponen en el Libro tibetano de los muertos[6].
21.
Finalmente, Eckhart sentencia. “El que busca a Dios
bajo una forma pre establecida, toma la forma y pierde al Dios oculto en ella”.
Todos los símbolos son meras señales que indican la dirección de lo sagrado,
pero no lo son. Asiste al símbolo es como abrazar una señal de tráfico que
indica la dirección de la ciudad, creyendo que la señal es la ciudad.
22.
La regla fundamental de la oración
es el simple abandono, pues como refieren, tanto Eckhart como Benet de
Canfield, "Cuanto más opera un
hombre, tanto más es y existe. Y cuanto más es y existe, tanto menos de Dios
hay y existe en él."
23.
Las distracciones son propias de
la mente, y no deben ser ni rechazadas violentamente, ni aceptadas, pues
resultaría una barahunda. Simplemente se trata de no hacerlas caso, de verlas
como caen las hojas de los árboles, como van y vienen las olas en la playa. Hay
que ver sin pasión, sin sentimiento las distracciones que perturban el
recogimiento.
24.
Y llegamos a la vida cotidiana, de
cómo mantener la Presencia durante las horas largas de trabajo y actividad que
nos exige atender a “las cosas de la casa”, los negocios y los placeres.
Depende de las tareas. Hay tareas que requieren total concentración. No pasa
nada, debemos estar a lo que es menester para cumplir correctamente con nuestro
trabajo y responsabilidad para con los demás. Pero siempre hay momentos de
aflojamiento en el que el alma puede recuperar la presencia (que en realidad
nunca ha perdido).
25.
Tranquilidad y Sabiduría
26.
El examen de las diferentes
técnicas de meditación, recogimiento y presencia hace ver que existe una
convergencia en las principales escuelas, tanto orientales como occidentales.
Todas estas técnicas se denominan “medios convenientes” para alcanzar la
Unidad. Lo fundamental es la caridad y la compasión para con todos los seres.
Hay ejercicios espirituales de liberación de todo deseo y apego. De todos los
medios convenientes, los más interesantes son el “método de la tranquilidad” y
el “método de la Sabiduría”.
27.
Están recogidos en un texto chino, “El despertar
de la Fe” escrito durante el Siglo primero después de Cristo, y cuyo original
se perdió. Fue escrito por Ashvaghosha[7].
28.
El objeto del método de la
Tranquilidad es detener todos los pensamientos turbadores. Es la detención de
todo discurso. Práctica de advertimiento no analítico, no reflexivo de la
realidad. La práctica de la detención, recomienda el retiro a un lugar
tranquilo. Hay que comenzar centrándose en el prana de la respiración. La
técnica encamina a la pura Esencia.
29.
El objeto del método de la
Sabiduría es la capacidad de la aplicación
de la penetración adquirida, a desterrar todo estorbo a la contemplación. El alma se va
desprendiendo poco a poco de pensamientos que necesitan consuelo.
30.
En suma, todos estos métodos están
orientados a minimizar la densidad del alma, para que la luz del Eterno penetre
completamente y anule todo resquicio de sombra. El conocimiento así adquirido
es la Sabiduría.
31.
La conclusión de todo lo referido
al ejercicio espiritual, refleja cómo todas las culturas tienden esencialmente
al abandono del “yo”, para poder impregnarse el alma de la Luz divina, fuente
de todo conocimiento. Pero este camino es un adentrarse en terreno ignoto. Se
han desarrollado métodos, técnicas; unos con más éxitos que otros, unos con más
detalle que otros, pero todos están orientados al abandono de uno mismo para
dejar paso a la Luz divina, porque la luz de la mente y la de Dios no son
compatibles.
[1] Beato
Tomás de Kempis O.S.A. (Kempen, 1380 -Zwolle, 30 de agosto
de1471)
fue un monje
cristiano
renacentista
del siglo XV
y el autor de la Imitación de Cristo, uno de los más conocidos libros de
devoción cristiana redactado a propósito de la formación de los monjes, pero
que ha sido valorado por otros seguidores de Cristo por
fuera del monaquismo. Si bien su autoría fue ampliamente contestada por autores
posteriores, en la actualidad se tiene como histórica su atribución. La Iglesia Católica en especial venera su nombre
como "beato" y otros grandes personajes de la espiritualidad
cristiana le han dado significativa importancia como Teresita de Lisieux, Bossuet,
Voltaire,
Juan Bosco
y Juan XXIII,
entre otros. Tomás pertenece a la escuela de místicos
que se difundieron especialmente en el norte de Europa, de Suiza a Holanda.
Fue un seguidor de Geert Groote y Florentius Radewijns, los fundadores de los
Hermanos de la Vida Común. Sus escritos son de carácter devocional e incluyen
meditaciones, cartas, sermones, una vida de santa Lydwine, una mujer cristiana
que dio muestras de grandes virtudes y perseverancia aún en momentos de grandes
dificultades. Tiene la biografía de Groote, Radewijns y nueve de sus
compañeros. Todas esas obras tienen el mismo sentido, estilo y fuerza de la
Imitación de Cristo como una prolongada meditación de la vida y las bendiciones
divinas. Todas sus obras son una permanente adoración a Cristo.
[2] Los
Ejercicios espirituales de Ignacio de
Loyola son una breve serie de meditaciones, oraciones
y ejercicios mentales (el libro está disponible en varios formatos) diseñados
para ser realizados por un período de 28 a 30 días. El libro tiene
aproximadamente 200 páginas. Aparentan haber sido escritos con la intención de
aumentar la experiencia personal de fe en una manera que incluye matices claramente católicos. Por este nombre se entiende todo
modo de examinar la conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar; todo
modo de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones
desordenadas (apegos, egoísmos, ...) con el fin de buscar y hallar la voluntad
divina.
[3] Ignacio
de Loyola, nacido Íñigo López de Regalde (* Azpeitia,
24 de octubre
de 1491
- † Roma,
31 de julio
de 1556),
fue un religioso español, fundador de la Compañía de Jesús. Declarado Santo por la Iglesia Católica, fue también militar
y poeta,
y se convirtió en el primer general de la orden.
[4] Quietismo En el
sentido más genérico de la palabra, quietismo designa a un movimiento espiritual
de tendencia eminentemente mística, ya que se deriva de quies,
"quietud", forma de oración contemplativa y al mismo tiempo, según
este sistema, meta de la vida espiritual. La denominación de quietismo, como
oración de quietud, tiene un significado específico propio en el siglo XVII y
en Europa occidental. La crisis quietista. A pesar de que se dejaban sentir
ciertas influencias del quietismo en casi todas las naciones de Europa, la
verdadera crisis puede circunscribirse a Italia y a Francia, En la primera, el
movimiento es más popular y difuso; en la segunda, es más limitado y
aristocrático. En Italia el quietismo va ligado al nombre de Miguel de Molinos
(1628-1696), un sacerdote español establecido en Roma que alcanzó un enorme
éxito con su Guía espiritual (1675), donde enseñaba la oración según el modelo
quietista. Otra figura destacada es el obispo de Jesi, luego cardenal, P. M.
Petrucci. Dadas sus influencias. se formaron pronto dos partidos que
defendieron sus posiciones con una literatura espiritual polémica y con todos
los medios en su poder. Después de varios años de lucha y de acusaciones, se
puso fin a la cuestión: Molinos fue arrestado por orden del Santo Oficio y se
condenaron 58 proposiciones suyas (bula Caelestis pastor, 1687). También contra
el cardenal Petrucci se inició un proceso que acabó con una humillante retractación
de 54 proposiciones ( 1687).
[5] Benito
de Canfield, también llamado Benoît o Benet de Canfield o
Canfeld, anteriormente conocido como William Fitch (Little Canfield, condado de
Essex, 1562
- París,
1610 ó 1611) fue un sacerdote
capuchino
y escritor
ascético-místico
inglés
de gran influencia en la espiritualidad del siglo XVII.
Es considerado uno de los místicos del movimiento recusante frente al anglicanismo.
[6] El Libro Tibetano de los Muertos, también llamado Bardo Thodol, es una guía de
instrucciones para los muertos y los moribundos, pues se considera que la muerte dura
49 días y después de ello sobreviene un renacimiento en el ciclo de la reencarnación.
Basándose en esta creencia, el libro da algunas recomendaciones a tener en
cuenta durante ese período intermedio del Bardo.
[7] Ashvaghosha: Sabio de la segunda centuria del Mahayana y
poeta shravasti en la India central. Entre los veinticuatro sucesores de
Shakyamuni es el duodécimo. Según el Fuhozo Innen Den, al principio denunció en
voz alta el Budismo pero, más tarde, fue convertido por Parshva, décimo de, los
veinticuatro sucesores. Ashvaghosha condujo a muchas personas a las enseñanzas
del Buda por medio de su habilidad para la música y la literatura. Se dice que
una vez convirtió al Budismo a quinientas princesas a través de un drama que
compuso, titulado Rashtrapala. Además, recibió el apoyo del Rey Kanishka y
propagó el Budismo en el norte de la India. En su epopeya Buddhacharita, relata
la vida del Buda y es considerada una obra maestra de la literatura india.
También se le atribuye el Daijo Kishin Ron. (Argentina Seikyo Nro. 747
1/05/1995)// Ashvaghosha: (En jap.: Memyo.) Filósofo budista del siglo ti que
vivió en el reino de Shravasti, India. A1 principio, criticó el Budismo, pero
más tarde fue refutado por Parshva y convertido a esta enseñanza. Condujo a muchas
personas a las enseñanzas budistas desplegando una excelente habilidad
literaria. (“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin”
Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR)
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